Trucos para darle medicamentos a bebés y niños

Tu hijo/a no quiere tomarse la medicina. ¿Sabes qué puedes hacer?


Publicado por Patricia Fernández, bloguera y periodista especializada en ocio y tiempo libre
Creado: 15 de septiembre de 2017 10:46 | Modificado: 20 de noviembre de 2025 18:01


Dar medicamentos a los bebés puede convertirse en una batalla épica... o en un momento relativamente tranquilo. La diferencia suele estar en cómo lo preparamos: la postura, la dosis, el utensilio y, sobre todo, la calma de la persona adulta. Aquí tienes trucos prácticos y actualizados para que ese ratito no sea una pesadilla para nadie.

 

Antes de nada: seguridad por encima de todo

Antes de pensar en trucos, lo más importante es tener claras algunas normas básicas:

  • Nunca automediques: da solo lo que ha recetado el pediatra o lo que te haya indicado para su peso y edad.
  • Sigue la dosis al milímetro: en bebés, un poquito de más no es "más rápido" ni "más eficaz", puede ser peligroso.
  • Usa siempre el dosificador correcto (jeringa oral, cuentagotas, vasito dosificador), no cucharas de cocina.
  • Si tienes dudas sobre la dosis, la frecuencia o la forma de administración, consulta con pediatra o farmacéutico, no improvises.

Con estas bases claras, vamos a los trucos prácticos.

Trucos para dar medicinas a los bebés

Truco 1: Colocar al bebé cómodo y en buena posición

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La idea clásica de "instalar al niño cómodamente" sigue siendo válida, pero hoy sabemos mejor cómo hacerlo:

  • Coloca al bebé semisentado, en brazos o en una hamaca, con el cuerpo ligeramente inclinado hacia atrás, nunca completamente tumbado boca arriba, para evitar atragantamientos.
  • Sujétale suavemente la cabeza con tu antebrazo, sin forzar, solo para que no gire de golpe.
  • Usa un babero o toallita sobre la ropa, por si hay escapes.
  • Elige un momento en el que esté relativamente tranquilo: no justo en medio de una rabieta ni cuando esté muerto de sueño.

Cuanto más relajado esté el bebé, más fácil será que acepte el medicamento y trague sin escupir.

Truco 2: Preparar la dosis adecuada (adiós a las cucharadas "a ojo")

El truco antiguo de medir "dos medias cucharadas" se ha quedado desfasado. Hoy se recomienda medir en mililitros (ml) con el dispositivo que trae el propio medicamento.

Algunos consejos:

  • Comprueba siempre en el envase la dosis en ml según el peso o la edad del bebé.
  • Usa jeringa oral o cuentagotas: son más precisos y se derrama menos que con la cuchara.
  • Si el medicamento trae su propio dosificador, no intercambies dosificadores entre jarabes distintos.
  • Si se te derrama parte de la dosis, no "echas un poco más" a ojo: vuelve a medir una nueva dosis completa o pregunta al pediatra si tienes dudas.

Y, muy importante: no mezcles el medicamento en el biberón entero. Si el bebé no se termina el biberón, no sabes cuánto ha tomado realmente.

Truco 3: "Una cucharadita para mamá", versión 2026

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El truco clásico para dar una medicina a los bebés consistía en ofrecer la medicina con una cucharita, colocando la cuchara en el labio inferior y dejando que el bebé fuera chupando. Esto puede todavía servir en niños un poco más mayores, pero en bebés funciona mucho mejor la jeringa oral:

  • Si el medicamento tiene buen sabor, puedes dejar que el bebé chupe el extremo de la jeringa suavemente mientras vas presionando muy despacio el émbolo.
  • Si prefieres usar cuchara dosificadora (en bebés algo más grandecitos), llénala con la dosis exacta, colócala en el labio inferior y déjale que lama o chupe, sin volcar el contenido de golpe.

Después:

  • Lava bien la jeringa o la cuchara con agua, deja secar al aire y sustitúyela si se borran las marcas de medida.

Truco 4: La jeringa "antimuecas" y otros aliados modernos

Cuando el sabor no ayuda o el bebé se niega a abrir la boca, la jeringa dosificadora es tu mejor amiga:

  1. Carga la dosis exacta con la jeringa.
  2. Coloca al bebé semisentado y sujeta su cabeza con suavidad.
  3. Introduce la punta de la jeringa hacia un lateral de la boca, apuntando al interior de la mejilla, no hacia el centro de la garganta.
  4. Ve presionando el émbolo poco a poco, dejando que vaya tragando.

Esto tiene varias ventajas:

  • Evita que el medicamento vaya directo a la garganta, lo que podría provocar atragantamientoo vómito.
  • Reduce el contacto con las papilas gustativas de la punta de la lengua, así que las muecas suelen ser menores.

Otros truquitos útiles:

  • Si el pediatra lo permite, pregunta si puedes dar el jarabe ligeramente frío (algunos se toleran mejor así).
  • A veces se puede mezclar la dosis con una pequeña cantidad de leche materna, leche de fórmula o un puré, siempre y cuando el bebé se lo tome entero (no lo hagas en un gran volumen).
  • Canta, habla bajito, haz caritas graciosas: mantener la calma y un tono de juego ayuda más de lo que parece.

Truco 5: Gotas y colirios bien tolerados

Dar gotas en los ojos a un bebé da respeto a cualquier madre o padre. El truco es prepararlo todo y minimizar el estrés:

  1. Lávate bien las manos y ten las uñas cortas.
  2. Acuesta al bebé boca arriba o en tu regazo, con la cabeza ligeramente inclinada hacia atrás.
  3. Sujeta la cabeza suavemente con una mano.
  4. Con la otra mano, deja caer la gota en el rabillo interno del ojo o en el párpado inferior ligeramente separado, sin tocar el ojo con el gotero.
  5. Deja que el bebé parpadee o, en el caso de un recién nacido, abre y cierra suavemente sus párpados para que la gota se distribuya.
  6. Limpia el exceso con una gasa limpia, sin arrastrar fuerte.

Si tienes que poner varias gotas o diferentes colirios, suele recomendarse dejar unos minutos entre uno y otro (lo verás en las indicaciones o te lo dirá el pediatra).

Truco 6: Convertir la medicina en un pequeño ritual

Más allá de la técnica, hay un aspecto emocional muy importante:

  • No regañes ni castigues si el bebé o el niño rechaza el medicamento: a nadie le entusiasman los sabores amargos.
  • Usa un tono de voz tranquilo y firme: "Ahora toca la medicina y después hacemos...", y nómbrale algo que le guste (un cuento, un ratito de brazos, una canción).
  • En niños algo mayores, puedes darle cierta elección: ¿te la doy con jeringa o con vasito? ¿La tomamos sentados en el sofá o en la trona? Elegir el "cómo" les hace sentir más partícipes.
  • Ten a mano un sorbo de agua, leche o zumo apto para su edad (si el pediatra no dice lo contrario) para quitar el sabor después.

La idea no es "disfrazar" siempre la medicina, sino que el niño vaya asociando ese momento con algo controlado, rápido y predecible, no con una lucha eterna.

Lo que NO deberíamos hacer al dar un medicamento al bebé

Algunos errores muy frecuentes que conviene evitar:


  • No mezclar la medicina en el biberón grande: si no se lo termina, no sabrás cuánto ha tomado.
  • No repetir una dosis por tu cuenta si la ha escupido o ha vomitado al poco tiempo: consulta con el pediatra.
  • No sujetar al niño de forma brusca ni taparle la nariz para que trague. Además de peligroso, genera mucho miedo.
  • No usar cucharas de cocina: son imprecisas y favorecen errores de dosificación.
  • No alargar tratamientos "porque le va bien" ni acortarlos "porque ya está mejor" sin confirmarlo con el pediatra.

Cuándo pedir ayuda

Conviene contactar con el pediatra o con urgencias si:

  • El bebé vomitarepetidamente tras cada toma del medicamento.
  • Aparecen ronchas, hinchazón, dificultad para respirar o cualquier signo que pueda sugerir reacción alérgica.
  • Has cometido un error de dosis (por exceso o por defecto) y no sabes cómo actuar.
  • Te resulta imposible administrarle el tratamiento pautado: a veces se puede cambiar la forma farmacéutica (por ejemplo, de jarabe a gotas o a otra presentación más fácil de manejar).

Dar medicamentos a los bebés nunca será el momento favorito del día, pero con una buena posición, la dosis bien medida, una jeringa amiga y mucha calma, puede convertirse en un trámite rápido y sin dramas. Y recuerda: ante la duda, mejor una llamada al pediatra que una jugada "creativa" con las medicinas.

 

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