Así reacciona el bebé ante cada sabor

Dulce, salado, ácido y amargo: listo para descubrir los sabores.

A tu glotón le gusta el sabor dulce. ¿Y el amargo? Hace falta un poco más de tiempo para que lo aprecie. Pero el esfuerzo merece la pena para que en la vida sea curioso y disfrute con todo.

Sigue los consejos de Marie-Claire Thareau-Dupire, experta en el sentido del gusto, que te acompañará en este viaje de lo dulce a lo amargo.

Desde que nace, tu bebé está listo para el aprendizaje del gusto desde el punto de vista fisiológico. El sabor depende en un 90% del olor, y el olfato del recién nacido está altamente desarrollado. El lactante capta los sabores gracias a las papilas gustativas que cubren no solo su lengua, sino también toda su cavidad bucal. Unas son sensibles a los sabores dulces, salados, ácidos y amargos; y otras informan a tu pequeño sobre la textura o la temperatura de los alimentos. Cuando llega a la edad de la diversificación alimentaria, tiene la mejor guía: ¡su mamá! Tú tienes el honor de hacerle descubrir la gama interminable que va de lo dulce... a lo amargo. Mira cómo reacciona.

Cuando es dulce

¿Qué siente? Es suave como la leche materna.

¿Cómo descubre este sabor? ¡Ya en el útero! El feto inhala el líquido amniótico por la nariz y lo escupe por la boca y lo hace con mayor avidez si el líquido es dulce. Luego, a través de la leche materna, con sus mil matices azucarados (aromas a alcachofa, plátano...) que percibe gracias a sus sutiles capacidades sensoriales. Al llegar a la etapa de diversificación alimentaria, al niño le gustan los purés de zanahoria y las manzanas crudas o cocidas. Le atrae su dulzura natural.

¿Le gusta? El placer por lo dulce es innato. Si, por ejemplo, le pones un poco de solución de sacarosa en los labios, tu bebé esbozará una sonrisa y realizará movimientos de succión.

Consejo +: no endulces nada o casi nada sus platos. Sería una lástima que tu pequeño se limitara a este sabor que disimula otros. ¿Serías capaz de apreciar el sabor de un café si te pusieras seis azucarillos?

Cuando es salado

¿Qué siente? Bastan una granos de sal en el huevo para que sepa mejor. La sal realza el sabor.

¿Cómo descubre este sabor? En los purés. Los alimentos contienen sales minerales que los salan de forma natural, especialmente si se lleva a cabo una cocción ligera y adaptada (por ejemplo, al vapor) que realza ese sabor.

¿Le gusta? Depende de la intensidad. Los bebés son muy sensibles. Lo que a ti te parece soso no tiene por qué serlo para él.

Consejo +: el exceso de sal es peligroso, basta con la que contienen los alimentos. Como ocurre con el azúcar, puede disimular otros sabores. Cuidado con algunos quesos que contienen mucha sal. Tu hijo descubrirá el sabor salado, como el resto de los sabores, a partir de los 2 años, cuando coma con la familia en la mesa. Seguramente le gustará añadir tres granitos de sal a su plato.

Cuando es amargo

¿Qué siente? Es la clave de muchos sabores. Estudios realizados con niños de 10 años han demostrado que los que están "abiertos" al sabor amargo son más curiosos, más despiertos.

¿Cómo descubre este sabor? A través de las legumbres, por ejemplo, o de la coliflor, las endivias... Y también con el pomelo y hasta con la onza de chocolate negro que deja un ligero amargor en el fondo de la boca.

¿Le gusta? ¡No! Arruga la nariz y frunce el ceño. Si insistes, se pone a llorar. Esto se explica por un reflejo ancestral de defensa frente a los alimentos tóxicos. Pero eso no quiere decir que solo le guste lo dulce. Y algunos niños empiezan a apreciar el sabor amargo muy pronto.

Consejo +: suaviza el sabor de las verduras un poco amargas con una cucharadita de nata líquida. No dejes de ofrecérselo a tu hijo, pero no lo fuerces. Invítale a participar en la preparación del plato: si es él el que enrolla las endivias en el jamón, seguro que le sabe mejor, ¡compruébalo!

Cuando es ácido

¿Qué siente? Lo ácido es lo opuesto a lo dulce, es refrescante.

¿Cómo descubre este sabor?Generalmente jugando. El limón, ¡puaj!, pica. Y también de forma natural, por ejemplo al tomar un yogur sin azúcar añadido.

¿Le gusta? ¡Hace una mueca! Pero a algunos niños pequeños les encanta el sabor ácido. Un pepinillo... ¡qué sensación tan sorprendente!

Consejo +: acompaña a tu hijo. Dale a probar una cucharadita de queso de cabra fresco. Si ves que siente un escalofrío, tranquilízale, dile: "¡Mmm! ¡Qué rico está y qué refrescante es!". Si lo escupe, sobre todo no insistas. Mañana o pasado puede que cuando le des una cucharada del mismo queso con un poco de compota de manzana le parezca delicioso.

Agnès Barboux
© Enfant Magazine


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Comentarios (1)

09 ene 2020 23:07 Olivia

Azúcar??? Sal??? Nata líquida??? Pobres bebés.......