Cómo prevenir la bronquiolitis en los bebés

Es un virus muy común que afecta a los bebés. Sigue estos consejos.

Cada otoño reaparece esta enfermedad viral y cada primavera desaparece. Más del 80 % de las bronquiolitis afectan a bebés de menos de 30 meses, siendo más frecuente entre los 2 y los 7 meses.

¿Cuáles son los síntomas de la bronquiolitis?

La bronquiolitis es una infección viral. Al penetrar en los bronquios, el virus crea una inflamación que, a su vez, genera una hipersecreción de mucosidad y tapona los bronquios. Aunque es una enfermedad que se considera benigna, puede derivar en afecciones más graves en niños menores de 3 meses.

Se inicia generalmente por un resfriado acompañado de fiebre alta. Luego, el lactante empieza a toser cada vez más y respira con más o menos dificultad, emitiendo un pitido. Si el bebé tiene problemas para beber es un síntoma de gravedad que implica acudir al médico rápidamente.

El virus se transmite por las secreciones nasales y las gotitas de saliva, lo que significa que cualquier persona que padece rinitis simple, rinofaringitis, laringitis o bronquitis puede contagiar al pequeño.

¿Qué medidas preventivas hay que tomar?

  1. Lo principal es limitar los contactos entre el lactante y las personas potencialmente portadoras de virus. Eso concierne, por supuesto, a otro bebé que padezca bronquiolitis, pero también a los adultos o los niños que están resfriados, tengan fiebre o tosan.

  2. Si un hermano mayor ya va a la guardería o al colegio, hay que enseñarle desde el principio a lavarse las manos, especialmente en cuanto llega a casa. También es importante explicarle que los besos en el vientre o en los pies son igual de agradables para el bebé que los que se depositan en las mejillas. Del mismo modo, es mejor que el hermano mayor se coloque al lado y no en frente del bebé, limitando así los problemas derivados del estornudo.

  3. Si estás resfriada (esto, naturalmente, es válido para cualquier persona que se ocupe del pequeño), utiliza una mascarilla mientras le das el pecho o el biberón.

  4. Por último, extrema la higiene: lávate las manos con cuidado antes de cambiarle el pañal y cuando lo acicales, antes de darle un medicamento o de aplicarle una pomada, después de haber sonado los mocos a tu hijo mayor o de haberte sonado tú misma.

  5. Última medida importante: desinfecta sistemáticamente el cambiador con lejía.

¿Existen lugares de riesgo?

Aunque te tiente llevar al recién nacido a todos lados, evita los lugares cerrados, como el metro o el supermercado en las horas punta. Evita también los ambientes con humo.

Para las consultas médicas, escoge las horas de menos afluencia. Habla con tu pediatra para que te reserve una de las primeras citas en su agenda del día, así tendrás menos probabilidades de encontrarte con muchos niños enfermos. Estas medidas pueden parecer restrictivas, pero son realmente preventivas.

Y, de un modo general, si puedes, procura que tu hijo entre en contacto con otros niños lo más tarde posible (después de los 3 meses) y evita que empiece la guardería durante la época de riesgo (entre septiembre y diciembre).

¿Cómo se trata la bronquiolitis?

  • Los broncodilatadores, los corticoides o los antibióticos no son en absoluto eficaces, porque se trata de una enfermedad viral. Los medicamentos contra la tos son inútiles, cuando no peligrosos. Para un bebé, la tos es un medio natural para limpiarse. Los mucolíticos también están desaconsejados.

  • La bronquiolitis se cura en casa. Generalmente, el tratamiento se reduce a un buen lavado de nariz. Mantén firmemente la cabeza del bebé de un lado y ciérrale la boca colocando el pulgar bajo el mentón. Instila un chorro de suero fisiológico o de agua de mar en el orificio nasal superior para que el líquido salga por el orificio inferior. Repite esta operación varias veces a lo largo del día.

  • La homeopatía da buenos resultados. Pide consejo a un médico homeópata, nunca lo mediques tú misma.

  • El recurso a la hospitalización afecta a los bebés de menos de 6 semanas (ya que el diámetro de sus bronquios es muy reducido), a los que tienen problemas para alimentarse y a los que presentan síntomas de insuficiencia respiratoria o fiebre persistente.

  • Si tu bebé está muy agobiado, son aconsejables algunas sesiones de kinesioterapia respiratoria.

Maryse Damiens
© Enfant magazine


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Comentarios (1)

15 oct 2020 12:31 Eva Vazquez Lacasa

Enserio? Homeopatia????? Venga va...seamos serios. Igual de efectiva que darle agua con azucar.