¿Cuándo es mejor quitarle el chupete al bebé?

Su necesidad de succión hace que no sepas cuándo es el mejor momento.

Es una lata. Tu pequeño está totalmente enganchado a su "tete". Pero a ti te gustaría hacerlo desaparecer.

Todo empieza en el hospital. Desamparada ante el llanto de tu bebé, has sucumbido al chupete que habías jurado no utilizar nunca. ¿Es posible dar marcha atrás?

Antes de los 2 meses, es fácil sustituir el chupete

Cuando es tan pequeño, el bebé nota que tiene algo en la boca, pero todavía no identifica el chupete como un objeto exterior. Si se lo quitas, no se dará cuenta.

Pero a esta edad, la succión responde a una necesidad fisiológica. Es una actividad que desencadena la secreción de endorfinas, las famosas hormonas del placer. En cuanto le sustraigas el chupete, tu bebé solo tendrá una idea: sustituirlo por otra cosa. Entonces escogerá su pulgar, que es muy probable que descubra hacia la octava semana, o tal vez se lance a chupar la punta de un trapo o de un babero, o incluso su labio inferior. Es importante tener en cuenta que los bebés que se quedan sin chupete reclaman más el biberón o pasan más tiempo mamando.

A partir de los 3 meses, es más difícil quitárselo

Para el 80 % de las madres, el tercer mes viene marcado por la reincorporación a la vida activa y la necesidad de destetar al bebé si le está dando el pecho. El chupete, que hoy en día tiene una textura especialmente diseñada para que se parezca a la de tu seno, puede ayudarle a superar sin traumas este primer momento crucial de su vida. El bebé, que justo entonces empieza a ir a la guardería o a quedarse con la niñera, necesita más que nunca ese consuelo. Privarle del chupete durante este periodo clave es lo menos oportuno.

Tu hijo está en plena fase oral. Para él, el placer de alimentarse y el de succionar el chupete están íntimamente ligados. Prohibirle uno es como prohibirle el otro. Algunos bebés toman la decisión de su mamá al pie de la letra y se niegan a alimentarse: es la llamada anorexia del lactante.

Hacia los 6-8 meses, ni se te ocurra quitarle el chupete

Hacia los 6 meses, tu hijo toma conciencia de que tú no formas parte de él. Entonces le invade el miedo al abandono. Durante todo este periodo, el chupete le calma, le da tranquilidad.

Cuando ya dormía las noches de un tirón, se vuelve a despertar cada dos horas. Crees que es porque se le cae el chupete, pero estás equivocada. Te llama a ti, porque está experimentando uno de sus primeros terrores nocturnos. No le quites el chupete: se despertará de todos modos, pero le costará tres veces más volverse a dormir.

Otro contratiempo para tu bebé es la aparición del puré de verduras a la hora de comer, en lugar del biberón. Piensa con qué energía succionaba antes el alimento. ¡Necesita desahogarse con el chupete!


Por último, no olvides que le empiezan a doler los dientes. El chupete, constantemente mordisqueado, tiene una vida dura... y hace la suya más agradable.

Trucos para que se "desenganche"

  1. No se lo quites de la noche a la mañana, enséñale a prescindir de él poco a poco.

  2. No lo utilices como "tapón". No debe sustituir a tus palabras tranquilizadoras y a tus caricias. Resérvalo para ayudarle a esperar el biberón, para la siesta o para la hora de dormir... Pídele que se lo quite cuando juegas con él. De hecho, le divierte escupirlo cuando está activo. Ofrécele un sustitutivo. Puedes acostumbrarlo al contacto con un peluche o un trapo impregnado con tu olor. A partir de los 2 ó 3 meses, el bebé lo sujeta contra su cara y puede acabar abandonando el chupete, que no huele a ti...

  3. No mojes el chupete en mermelada ni compres modelos extravagantes. El chupete no contiene nada: no es un producto, es solo una herramienta que le ayuda a crecer.

El momento adecuado para quitarle el chupete

Al año, tu bebé se enfrentará a un gran desafío: andar. Quitarle el chupete sería como despojarle de la muleta invisible sobre la que se apoya. Durante los 12 a 18 meses siguientes, tendrá que pasar a la alimentación sólida, y deberá hablar y dejar de manchar el pañal. Va a someterse a una presión enorme. Diversos estudios han demostrado que el reflejo de succión alcanza su punto culminante entre los 18 y los 21 meses. Por eso no es de sorprender que a los 2 años sienta un gran apego por su chupete. Hasta los 3 años, el pequeño no estará preparado para desprenderse de él.

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