¿Cómo funciona la adaptación a la guardería?

Para el bienestar del bebé, padres y profesionales hay varios trucos.

Tanto para los padres como para los profesionales, es importante organizar bien el inicio del niño en la guardería. El éxito de su integración se basa en la separación progresiva y el conocimiento mutuo. Djemila Grémaud, directora de una guardería, nos revela algunos trucos que utilizan los profesionales para que los niños se adapten a la guardería.

Deseabas que te concedieran esa plaza en la guardería, pero, aún así, la separación no resulta fácil. Por más que te dices que no eres la primera madre que se reincorpora al trabajo y que nunca has oído hablar de niños traumatizados por la guardería, no las tienes todas contigo. "Solemos creer que el tiempo de adaptación de una o dos semanas que proponen las guarderías está concebido pensando en el niño. Pero no solo pensamos en él", explica Djemila Grémaud, directora de una guardería de Estrasburgo. "Es un tiempo pensado también para los padres, así como para la persona que va a ocuparse del niño y velar por su integración. Ese trío necesita intercambios y establecer una relación de confianza para crear un ambiente tranquilizador en el que el niño encuentre su lugar". A continuación te damos unas claves para entrar con buen pie en la guardería.

Adaptación a la guardería: la madre

  • Acepta la idea de que las separaciones son útiles. Durante unos meses, habéis vivido juntos, has estado "pegada" a tu pequeño. Ahora tienes que retomar el trabajo y vivir separada de él todos los días. Cuando empieza la guardería, tienes que asumir que tu hijo va a dar sus primeros pasos en la vida social y colectiva, que va a tejer otros lazos y va a llevar una vida propia en tu ausencia. No siempre es fácil aceptarlo, ¡pero tampoco es imposible! Haz caso de tus emociones y no dudes en decir a tu bebé o a las educadoras que estás triste. Las cosas suelen ser más fáciles cuando se expresan.

  • ¡Anticípate! Durante las vacaciones, déjalo medio día o un día entero con sus abuelos o con amigos a los que conoce bien. No regreses de vacaciones a último momento: tu hijo necesita recuperar sus puntos de referencia antes de descubrir un universo nuevo.

  • Haz preguntas. "A menudo, los padres nos piden que les expliquemos qué hacemos cuando un niño llora, cómo es una jornada habitual y qué actividades realizamos con los niños. El equipo presente está disponible para responder a sus preguntas y tranquilizarlos: es importante para que después puedan dejar al niño con total confianza. No hay preguntas tontas", asegura la directora.

  • No te marches de la guardería precipitadamente. Por la mañana, tómate el tiempo necesario para prepararte, de modo que antes de salir puedas dedicarte esencialmente al niño.

  • No alargues la despedida. Al marcharte, te irás acostumbrando a decir a tu pequeño la hora a la que vas a volver antes de abandonar la sala. Evidentemente, él aún no conoce las horas, pero, por tu entonación tranquilizadora, comprende que no estás preocupada. Con el paso de los días, podrás ir prolongando el tiempo que estés ausente hasta que esté bien integrado.
  • No olvides su peluche o su trapito, si lo tiene. Ese objeto "transicional", impregnado de los aromas de su casa, sirve de enlace entre la guardería y su universo familiar, por lo que dará seguridad a tu hijo.

  • Respeta los horarios. Durante el periodo de adaptación, todo el personal se ha volcado para recibirte con tu pequeño. Procura respetar los horarios del equipo y, especialmente por la tarde, no llegues tarde a recogerlo.
  • No te forjes una imagen idílica. ¿Cuál es la actitud de los padres que más preocupa a Djemila Grémaud? "La de los padres que tienen una imagen idílica de la guardería y que nos dicen que con nosotros su hijo alcanzará el pleno desarrollo, que no temen nada... Y tienen razón, sí, ¡pero solo en parte! El niño también va a tener que aprender a esperar su turno, a dejar de ser la prioridad absoluta, puede que otro niño le muerda... Evidentemente, está en un entorno muy seguro, controlado por profesionales, pero, como ocurre en casa, también puede enfrentarse a algunas dificultades. Es mejor saberlo. En caso contrario, puede provocar una gran decepción y la integración puede resentirse".

Adaptación: la guardería

  • Una persona para tu hijo. En la guardería, varios adultos con diferente formación y cometido van a ocuparse de tu bebé: la directora, las educadoras infantiles, las auxiliares de puericultura, la educadora que se encarga de los talleres de estimulación temprana... Pero solo una persona hará de enlace entre los padres, el niño y el resto del equipo. "Esa persona referencial se ocupa habitualmente de tu hijo: a la hora de comer, cuando hay que cambiarlo...", explica Djemila Grémaud. Es la persona que, cuando vas a buscarlo por la tarde, te cuenta cómo ha pasado el día, si ha dormido la siesta, cómo ha comido... Durante ese primer periodo, ella será la que te reciba a ti y a tu pequeño y la que os presente al equipo".
  • Permitir una reincorporación tranquila. "Cuando la madre debe reincorporarse a la vida laboral y esa perspectiva la estresa o tiene miedo de sentirse atrapada por su trabajo, generalmente preferimos establecer un periodo de adaptación de dos semanas", precisa la directora. "Durante la primera semana, el niño y uno de los padres vienen una vez al día, en cinco momentos distintos: el primero para una entrevista, el segundo para jugar, el tercero para tomar una comida, el cuarto para dormir la siesta y el quinto para merendar. Durante la segunda semana, el niño está presente en jornadas muy cortas. Es un buen método, porque también permite a la madre disfrutar de un tiempo para sí misma antes de reincorporarse al trabajo".

  • Un tiempo de intercambio indispensable. "Realizamos un cuestionario que esboza los diferentes aspectos de la vida del niño. Pedimos a los padres que nos hablen del embarazo, del parto, de las preferencias y las costumbres del niño: ¿duerme solo o con un hermano?, ¿come bien?, ¿sigue algún régimen alimenticio particular? Todas esas preguntas nos permiten conocerlo mejor y dar con la explicación adecuada si se presenta una dificultad concreta. No todas las guarderías tienen un cuestionario preestablecido, pero siempre se entabla ese diálogo".
  • Caso por caso. ¿Tu hijo tiene el sueño ligero? ¿Come poco? "Intentamos acabar la semana de adaptación con los aspectos que pueden ser más complicados. Si, por ejemplo, al niño le cuesta dormir la siesta, esperamos a que ya haya jugado y comido antes de pasar a esa etapa. Por eso es importante dialogar y conocerse bien".
  • En caso de urgencia. ¿Y si la integración en la guardería se lleva a cabo precipitadamente y los padres no pueden quedarse? "En ese caso, llamamos siempre a un sustituto, como la abuela, por ejemplo. Lo organizamos de modo que uno de los padres lleve al niño a media mañana y que la abuela venga a pasar un rato con él durante el día. Luego el otro padre acude a buscarlo temprano".

  • En manos de profesionales. ¿Surge una dificultad? ¿A un bebé le cuesta adaptarse? "La persona referencial no está sola. La puericultora supervisora puede ayudarla. También hay un cuaderno de comunicación interna en el que el personal de la guardería consigna las dificultades que se le presentan. Es muy útil para buscar soluciones juntos. Algunas guarderías también cuentan con la ayuda de un psicólogo que está allí para ayudar no solo a los niños y a los padres, sino también al personal cuando un niño tiene problemas para integrarse".
  • Transparencia con los padres. El diálogo con los padres es primordial. "No les ocultamos las eventuales dificultades, pero sin alarmarles. Cuanta más confianza tienen los padres, más fácil es la integración. Ponemos en común las cuestiones que nos han revelado los padres y que pueden explicar un problema eventual. Algunos niños tienen problemas con las caras nuevas, con el hecho de encontrarse en un marco diferente... ¡Pero jamás un niño ha dejado de integrarse!".

Marie Auffret-Pericone con la colaboración de Djemila Grémaud, directora de una guardería de Estrasburgo
© Enfant Magazine


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