Cómo influye el nombre del bebé sobre su vida

La influencia del nombre para las personas

El nombre del bebé tiene una gran influencia sobre su vida. Los padres lo dan, el niño lo recibe, los demás lo perciben. Incluso cuando un nombre responde al deseo íntimo de los padres, es difícil que escape a las tendencias de la moda. Nombres precursores o nombres anticuados, todo cuenta. 

La importante elección del nombre del bebé

La influencia del nombre en el bebé

Instalados en una acogedora sala de partos de la maternidad del Institut Montsouris de París, Isabelle y Didier esperan, felices y preocupados, la llegada de su pequeña. Su nombre ha sido escogido desde hace tiempo, pero, todavía nadie lo sabe, sigue siendo asunto de ellos. Mitad secreto, mitad supersticioso, lo dirán una vez que nazca la bebé.

En un apartamento de Celle-Saint-Cloud (Yvelines), Julian, apoyando la cabeza en el hombro de Marina, su madre, tiene solo unas semanas. Aún no lo sabe, pero sus padres lo pensaron mucho antes de decidir llamarlo así. ¿Cómo envejecerá el nombre de pila?, ¿No está demasiado extendido?, ¿Suena bien con el apellido?, ¿Qué evoca?, ¿Cómo involucrar a los abuelos en esta elección? Tantas preguntas que tuvieron que resolver con Matías, el papá.

Luis, unos días más joven, explora con sus grandes ojos la casa de sus padres, Clara y Esteban, maestros en Aisne. La elección no fue inmediata, porque "Guillermo, Alejandro, Gregorio o Remi ya hay en nuestras aulas ¡y son terribles! Y así llegó el nombre Luis, que se impuso con naturalidad, por su sonido. "Buscábamos un nombre corto y sencillo", explica Clara. En éste, hubo una resonancia particular, una luz, una calidez. Luis es un nombre popular.

Padres felices que han terminado con las dudas que a menudo suscita la elección del primer nombre del primer hijo. La inversión de tiempo y pensamiento es grande, han de pensar en las cuestiones regionales, religiosas, familiares, literarias...Y la convicción de haber encontrado para su hijo el nombre ideal que está por encima de los demás, merece invertir todo el tiempo necesario. 

"Elegir un nombre, nombrar un ser, es un acto de increíble libertad", analiza Alice Chalanset, filósofa que, con Claudie Danziger, editó el libro "Nombre, nombre, la regla y el juego". Es una creación, que va acompañada de la vertiginosa impresión de marcar un destino. Es dejar su huella en su trabajo, movilizar toda una imaginación con la ayuda de referencias, sonidos, significados que pueden influir en la forma en que el niño será percibido por los demás".

Pero detrás de lo que los padres "ponen" conscientemente en el nombre de pila de su hijo, también hay una transmisión más inconsciente. "El primer nombre es un hilo que tiramos con nuestros pacientes", resume el psicoanalista Jean-Pierre Winter.

Lleva la marca del deseo de generaciones anteriores. Él es el punto de contacto entre lo que nos precede y lo que nos convertiremos. En resumen, dice algo sobre el lugar del niño en su familia. ¿Ejemplos? La elección de un nombre mixto puede resaltar la decepción de uno de los dos padres con respecto al sexo del bebé. Cristiano, evocando a Cristo, en una familia con el patrónimo hebreo, puede ser la marca de una ruptura. 

Como un producto, un nombre responde a los ciclos de vida

En otras palabras, la elección del nombre de un niño, la relación que cada uno tiene con el suyo, moviliza valores y aspiraciones muy íntimas. Hoy, este elemento esencial de la identidad de todos surge más del ámbito familiar y amistoso, para convertirse en un nombre público. En la escuela, los profesores utilizan cada vez menos el apellido para enviar a sus alumnos a la pizarra. "También en la empresa se está expandiendo el uso del primer nombre, una marca de relajación que viene del otro lado del Atlántico", señala Guy Desplanques, autor, con Philippe Besnard, de La Cote des prénoms 2002 (leer al lado).

Apasionados por el desarrollo de "este bien de uso libre y gratuito", estos dos científicos (el primero es demógrafo del INSEE, el segundo es sociólogo) estudiaron el primer nombre como fenómeno social. Su investigación, que comenzó a fines de la década de 1980, les permitió concretar cómo influía el entorno y las modas a la hora de poner el nombre al bebé.  Los dos especialistas sitúan el inicio de las primeras oleadas de nombres entre las dos guerras. A partir de este momento, se pierde la transmisión de los nombres habituales de los abuelos o padrinos a los niños.

Por tanto, existe un ciclo de vida del primer nombre, al igual que, en economía, un ciclo de vida del producto. Según las observaciones estadísticas de Guy Desplanques y Philippe Besnard, inicialmente solo unos pocos padres pioneros eligieron un nombre de pila en su día. A partir de ahí, la moda comienza y se instala en la sociedad.  Entonces la curva se invierte: ese nombre de pila se va perdiendo y pasa por un período de "reflujo", antes de encontrarse "atrasado", "pasado de moda".

Con un poco de suerte, unas décadas más tarde encontrará de nuevo el favor de los padres jóvenes. Así, Leticia, un nombre excéntrico ??antes de 1957, poco a poco llamó la atención de los nuevos padres, para vivir una tendencia años despuésm entre 1978 y 1984. Comenzó su caída en 1985 y, hoy, parece un elección "pasada de moda".

Por el contrario, algunos nombres de pila olvidados, despegaron ligeramente después de haber desaparecido de la circulación. Los escenarios, por supuesto, son numerosos y la suerte de los nombres muy diversa. Pero podemos deducir la edad probable de una persona a partir de su nombre. 

Influencia de las series de televisión en el nombre de una persona

Algunos nombres propios han sido durante "puestos de moda" desde los círculos de personas más pudientes. De eesta manera, el orden de nacimiento del niño, la edad de la madre, el tipo de hogar o la categoría profesional también pueden darnos información sobre el carácter precursos o conformista de los padres a la hora de escoger nombre. 

Sin embargo, "estas observaciones deben ponerse en perspectiva", dice Guy Desplanques, "porque hoy el catálogo de nombres ha crecido enormemente y estamos asistiendo a una dispersión. Ciertos mecanismos, como el tipo de nombre de una persona en la escala social, ya no son necesariamente relevantes. Los primeros nombres anglosajones se han desarrollado especialmente en los círculos populares, sin duda bajo la influencia de las series de televisión, sin paso previo por las capas más acomodadas". 

En busca de la originalidad, sensibles al exotismo, los padres de hoy suelen encontrar su inspiración fuera de nuestras fronteras. Así, asistimos a la presencia de nombres como Christian, Kevin, Johnatan, E, Lucas, Enzo o Mateo.

Arnaud Schwartz, La Croix © Bayard Presse, 20 febrero 2002

Arnaud SCHWARTZ

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