Adolescentes: cómo planificarse a la hora de estudiar

¿Cómo elaborar un plan de trabajo y distribuir correctamente las horas de estudio?

A la hora de ponerse a estudiar, es fundamental que nuestros hijos adolescentes elaboren un plan de trabajo efectivo. Para ayudarles a hacerlo, os contamos cómo comenzar la planificación, características de un buen plan de trabajo, cómo distribuir el tiempo y otras técnicas adicionales de organización.

El plan de trabajo es un elemento imprescindible en el estudio personal porque:

  1. Ayuda al adolescente en su camino y lo guía sin dudas ni titubeos hacia la meta final.
  2. Desarrolla hábitos positivos.
  3. Racionaliza los esfuerzos y distribuye el tiempo disponible de una forma más eficaz y realista.
  4. Evita movimientos inútiles y desperdicios de tiempo.
  5. Facilita el estudio y lo hace más eficaz.
  6. Permite dedicar más tiempo al descanso.
  7. Evita esfuerzos de última hora.
  8. Permite un control y una revisión de lo realizado.

Ideas para comenzar la planificación

  • Crear un calendario grande de pared y un conjunto de marcadores para llevar un seguimiento de todas las tareas. Nuestro hijo puede asignar a cada clase un color de marcador diferente y escribir todas sus tareas, y actividades en el calendario. También puede utilizar un calendario on line y sincronizarlo con su móvil o su portátil.

  • Crear una planificación semanal. Se trata de dividir la información recogida en el calendario con el objetivo de confeccionar un plan de estudio de cada semana. Aprenderá a traspasar sus obligaciones desde el calendario grande hacia uno semanal, asegurándose de que incluya tiempo para trabajar en cada tarea unos días antes de sus fechas de entrega.

  • Crear una lista de supervisión diaria. En este último apartado se trata de dividir el plan semanal en una lista de verificación día a día. Nuestro hijo detallará las tareas de cada día, en el orden en que debe hacerlas y la hora específica.

¿Cuáles son las condiciones de un buen plan de trabajo?

  • Realista: Es inútil concebir y elaborar planes de trabajo complejos, demasiado ambiciosos, absolutamente utópicos... porque en todo caso no se cumplirían. El plan debe ser realista, ceñirse a las posibilidades del adolescente y al tiempo disponible. Además, es aconsejable que, en principio, se tracen unos planes más asequibles, con pocas cosas y no demasiado ambiciosos... pero que se cumplan rigurosamente; luego, paulatinamente, irán aumentando en complejidad y dificultad. Se trata, en definitiva, de elaborar planes asequibles que se puedan cumplir.

  • Flexible: El plan no puede ser rígido, debe someterse a una continua revisión: precisamente se aconseja elaborar un plan provisional que se irá sucesivamente modificando según los datos que nos vaya proporcionando el rendimiento y la propia experiencia. Eso sí, la revisión debe obedecer a razones muy sólidas, y se deben establecer periodos de revisión ordinaria no inferiores a los quince días. Por otra parte, hay que reservar semanalmente un determinado número de horas a actividades o a situaciones imprevistas: una visita inesperada, unos temas más difíciles de lo esperado, una excursión o viaje especial...

  • Idóneo: Sencillamente, debe servir de verdad al adolescente. Para ello en su elaboración deberán cumplirse una serie de requisitos:
    • Ser elaborado por él/ella misma.
    • Hacer un análisis previo tanto de las dificultades de las materias como de la propia capacidad y del tiempo realmente disponible.
    • Someterlo a una moderada revisión de acuerdo con la propia experiencia.
    • Ceñirse a las auténticas necesidades del adolescente en función de los objetivos que persigue a través del estudio.
    • Armónico y equilibrado, teniendo en cuenta todas las materias objeto de estudio y todas las actividades que es preciso realizar.
    • Adecuarse al nivel del chico y de los propios estudios.

  • Sencillo y práctico: Debe estar expresado en términos muy claros, utilizando para ello gráficos sencillos y adecuados. Debe ser también muy práctico y fácilmente evaluable.

¿Cómo elaborar un plan de trabajo y distribuir correctamente las horas de estudio?

  1. Hacer un análisis provisional de las materias objeto de estudio y valorar su dificultad intrínseca.
  • Hacer una relación completa de las materias a estudiar.
  • Distribuirías por orden de dificultad intrínseca: Complejidad y profundidad de las materias en sí mismas, nivel de exigencia del profesor encargado, porcentaje de horas asignadas a cada una de ellas en el horario oficial que se ha llevado a cabo en el colegio...
  • Hacer una valoración de las propias aptitudes y de las dificultades usuales halladas en el aprendizaje.
  • Hacer el análisis del tiempo disponible.
  • Hacer una distribución de las materias a lo largo de la semana, teniendo en cuenta.
    • El trabajo que suele encargar el profesor.
    • La necesidad de repasar inmediatamente antes y después de la clase. Antes, para poder responder a las posibles preguntas del profesor y preparar la actividad de la clase, después, para fijar de una forma inmediata los conceptos.
    • El plan de trabajo del mismo centro.
  • Elaboración de un plan provisional.
  • Elaboración del Plan de Estudio definitivo a revisar temporalmente: una vez elaborado el plan provisional y sometido a prueba por espacio de cuanto menos quince días se procederá a la elaboración definitiva del Plan de Estudio teniendo en cuenta lo siguiente:
    • La unidad de tiempo será de media hora, después habrá un descanso, extendiéndose como máximo a una hora y media diaria.
    • En el plan, se colocan sólo las materias más difíciles que exigen un estudio complementario o que llevan implícitos ejercicios y problemas.
    • El plan es semanal.
    • Se deja un tiempo de reserva para cualquier eventualidad.
    • Para ubicar cada actividad se tiene en cuenta la planificación del día.

    Técnicas adicionales para mejorar la organización

    1. Utilización correcta de la agenda. De manera práctica, el chico podrá ir apuntando lo que tiene que hacer cada día, tanto las cuestiones diarias como aquellas que le llevarán a completar los hitos del calendario mensual.

    2. Memorización del horario diario. De la misma manera que por la mañana sabe qué clase tiene a cada hora, el adolescente debe tener claro cómo repartir el tiempo por la tarde. Si practica deporte o acude a clases particulares o de idiomas tendrá que colocar las tareas y el descanso en las horas que le queden libres.

    3. Preparación del espacio adecuado para estudiar. Los adolescentes necesitan un lugar fijo para estudiar, alejado de televisiones y de teléfonos móviles. Cuanto más ordenado esté, más sencillo será que se concentre y aproveche mejor el tiempo.

    4. Organización del material. El adolescente deberá tener todo el material necesario a mano y saber qué necesita antes de empezar a trabajar, así no tendrá que interrumpir constantemente el trabajo.

    5. Planificación de objetivos, metas y camino a seguir. Desgranar las tareas más grandes, difíciles, largas o pesadas en otras más pequeñas y a su alcance. Esta técnica podrá aplicarla a cada uno de los proyectos que deba desarrollar para las diferentes asignaturas.

    6. Realización de checklist: es importante chequear y verificar que todo está hecho. En caso de que quede algo pendiente tendrá que buscar cuándo lo concluirá y qué plazo se puede marcar para ello.

    7. Establecimiento de recompensas: Es muy importante que el adolescente establezca recompensas a sus logros. Debe aprender cómo utilizar esos deseos como recompensas y a aplazarlas hasta haber conseguido alguna de las metas que se haya propuesto.

    Un estudiante con un buen plan de estudios es capaz de:

    • Establecer metas.
    • Seleccionar estrategias para alcanzar las metas.
    • Monitorear el progreso.
    • Reestructurar si no se cumplen las metas.
    • Autoevaluar los métodos de aprendizaje.
    • Aprovechar el tiempo de manera eficiente.

    Ana Roa, pedagoga y  psicopedagoga


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