A los bebés les encanta la rutina

¿Lo sabías? Tu bebé se siente bien cuando la vida cotidiana es previsible. Para él, la monotonía es sinónimo de seguridad. ¡Aprovecha esa circunstancia!

¿Rutina para qué?

Desde que nace, tu bebé necesita un marco donde encuadrar sus necesidades como dormir, comer, jugar, que lo cambien o que le hagan mimos. Cuanto más clara es la estructura, más seguro se siente tu hijo y más confía en su universo. Pocos días después de nacer, el pequeño ya empieza a reconocer su entorno. Intenta establecer relaciones de causa/efecto y se crea expectativas sobre el funcionamiento de su entorno.

Una rutina beneficiosa para él y para ti

Si tu bebé tiene una rutina bien establecida, no necesita consumir energías en ordenar su universo y puede ponerlas al servicio de su desarrollo intelectual. En un terreno conocido, tu pequeño se sentirá más confiado y logrará un estado de armonía más profundo, que es la base ideal para adquirir nuevas percepciones y creatividad.

Para ti también será beneficioso, porque si tu hijo conoce sus costumbres, dormirá mejor y generalmente a horas fijas, lo que tú que podrás aprovechar.

¿Cómo puedes organizar la vida cotidiana de tu bebé y, por lo tanto, la tuya propia? Los primeros días, observa bien a tu hijo. Por el tono de su voz y la intensidad de su llanto, enseguida descubrirás si está cansado, si tiene hambre o si está aburrido. Averigua a qué hora prefiere comer y organiza el resto del día en función de los horarios de alimentación. Así conseguirás establecer una rutina que tu bebé reconocerá.

La rutina a la hora de la siesta

Cuando acuestes a tu bebé por la noche, baja la persiana, pon en marcha su móvil e intenta que se duerma siempre del mismo modo. Pero respeta bien el orden que has escogido. Al cabo de unos días, habrá asimilado que cuando la persiana está bajada hay que dormir.

Conviene que lo sepas: puede que tu bebé necesite un poco de ayuda para aprender a distinguir el día de la noche. Cuando duerma la siesta durante el día, no bajes del todo la persiana de su habitación y deja la puerta entreabierta. Por el contrario, si lo tienes que cambiar por la noche, procura que reine la calma. Así aprenderá el ritmo día/noche.

La rutina a la hora de comer

Para ayudar a tu bebé a reconocer el momento del biberón o de tomar el pecho (sobre todo si tiene poco apetito), puedes escoger una música suave y un lugar preciso de la casa. Enseguida reconocerá de qué se trata y disfrutará de la comida en cuanto oiga la música y te sientes en el sofá escogido.

Conviene que lo sepas: si al principio tu bebé solo bebe uno o dos tragos y luego se duerme, despiértalo con suavidad y anímalo a beber. Las comidas no deberían durar más de 20 ó 30 minutos.

Una buen rutina hoy, pero ¿y mañana?

Para dar un mayor significado a la rutina, no dejes de comentar a tu bebé todo lo que haces: "Vamos a comer", "te voy a cambiar el pañal". Aunque aún no comprenda lo que dices, con el tiempo reconocerá el modo en que le hablas y lo que viene después.

Conviene que lo sepas: cuando instauras una costumbre, piensa bien si realmente la vas a mantener durante las semanas siguientes. Puede que hoy sientas una gran felicidad al ver que el bebé se duerme en tus brazos, ¿pero crees que podrás hacerlo todos los días? Es preferible adoptar también una costumbre para dormirlo.

¡Consejo!

Por supuesto, puedes cambiar la rutina que has establecido, por ejemplo cuando quieres que tu hijo pase de dormir en tu habitación a hacerlo en la suya. Pero cuenta con que, con cada cambio, probablemente el pequeño reaccione con llantos y agitación, porque sus esperanzas se verán frustradas. Necesitará alrededor de una semana para reconocer su nueva rutina.