11 pautas para ayudar a los niños a gestionar su frustración

¿Cómo actúan los niños y niñas con baja tolerancia a la frustración?


Publicado por Ana Roa, pedagoga, profesora y terapeuta
Creado: 23 de julio de 2019 11:00 | Modificado: 25 de agosto de 2025 11:46


¿Tu hijo se frustra con facilidad cuando las cosas no salen como quiere? Tranquilo, no estás solo. Enseñar a los niños a gestionar la frustración es clave para su desarrollo emocional. Aquí tienes técnicas prácticas y efectivas para ayudarles a manejar mejor esas emociones.

¿Qué es la frustración y por qué es tan difícil para los niños?

Tolerar la frustración significa ser capaces de aceptar que las cosas no siempre salen como queremos, sin perder el control emocional. Es una habilidad fundamental en la vida, pero que no nace con nosotros, se aprende con el tiempo... y con ayuda.

Como explican los expertos, se trata de una actitud que puede trabajarse y desarrollarse, especialmente en la infancia, cuando el niño aún es egocéntricoy piensa que todo gira en torno a él.

¿Cómo se comporta un niño con baja tolerancia a la frustración?

Los niños que no han aprendido a gestionar la frustración suelen presentar algunas de estas conductas:

  • Exigen todo de inmediato y sin medida.

  • Son impulsivos e impacientes.

  • Les cuesta aceptar los "no".

  • Se frustran y se enfadan con facilidad.

  • No entienden que otros también tienen necesidades.

  • Tienden a pensar en blanco o negro ("todo o nada").

  • Tienen rabietas frecuenteso llanto descontrolado.

  • Pueden sufrir ansiedad ante la mínima dificultad.

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Este patrón, si se mantiene, puede derivar en problemas de conducta a medio y largo plazo. Por eso es importante actuar cuanto antes.

¿Cómo ayudar a un niño a gestionar la frustración?

Aquí tienes 11 pautas prácticas que puedes aplicar desde casa para mejorar su tolerancia a la frustración de forma progresiva.

1. No cedas siempre a sus deseos

Evitar el malestar a toda costa no les enseña a enfrentarse a la realidad. No siempre se gana. Y está bien que lo aprendan.

2. Sé su mejor ejemplo

Demuestra cómo tú gestionas los problemas. Si te frustras por un atasco y reaccionas con serenidad, estarás enseñando más que con mil palabras.

3. Fomenta la autonomía

Dales espacio para intentar resolver cosas por sí mismos, incluso si fallan. El error es parte del aprendizaje.

4. Deja que se equivoquen

No resuelvas todos sus problemas. Aprender a esforzarse y perseverar es más útil que encontrar soluciones inmediatas.

5. No refuerces las rabietas

Ceder ante un berrinche refuerza la idea de que el llanto o el enfado es un medio para conseguir lo que desean.

6. Ayúdales a identificar sus emociones

Frases como "entiendo que estés triste" o "parece que estás enfadado porque no has ganado" les ayudan a poner nombre a lo que sienten.

7. Diferenciar deseos de necesidades

Es esencial que comprendan que no todo lo que quieren es imprescindible. No es lo mismo querer una tablet que necesitar comida o afecto.

8. Convertir la frustración en aprendizaje

Cada decepción es una oportunidad para mejorar. Pregunta: "¿Qué podríamos hacer diferente la próxima vez?"

9. Enséñales cuándo y cómo pedir ayuda

Primero que intenten resolver por sí solos, y solo después ofrecer alternativas o acompañamiento. Así evitas dependencia excesiva.

10. Practica técnicas de relajación

Respirar hondo, contar hasta diez, imaginar un lugar tranquilo... Son recursos valiosos para calmarse y retomar el control.

Técnica de la tortuga para el autocontrol en niños pequeños

Una de las herramientas más eficaces para la gestión emocionalen edades tempranas es la Técnica de la tortuga, creada por M. Schneider.

¿En qué consiste?

Mediante un cuento, se enseña a los niños que cuando se sienten muy enfadados o frustrados pueden "meterse en su caparazón" como hace una tortuga para calmarse.

Pasos para aplicarla:

  1. Cuento de la tortuga: Se les cuenta una historia donde la tortuga se esconde en su caparazón cuando se enfada.

  2. Dramatización: El niño simula esconderse como la tortuga, pegando la barbilla al pecho, cerrando los ojos y contando hasta 10.

  3. Relajación: Esta tensión-controlada seguida de distensión provoca un efecto calmante.

  4. Motivación externa: Se pueden usar dibujos de tortugas con casillas para colorear cada vez que utiliza la técnica con éxito.

  5. Refuerzo positivo: Al completar casillas, puede recibir algún pequeño premio o elogio.


Esta técnica funciona especialmente bien entre los 4 y 7 años, pero puede adaptarse como recurso simbólico para mayores.

¿Por qué enseñar a frustrarse es tan importante?

Porque la frustración forma parte inevitable de la vida. No siempre se gana, no siempre se consigue lo que se quiere, y no todo el mundo piensa igual que uno. Enseñar esto no es rendirse, es prepararles para ser adultos resilientes y emocionalmente sanos.

Al aprender a tolerar la frustración, los niños:

  • Se vuelven más pacientes.
  • Desarrollan la empatía.
  • Mejoran su autocontrol.
  • Aprenden a resolver problemas.
  • Aumentan su autoestima.
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