Mi bebé tiene diarrea, ¿qué hago?

Te contamos qué hacer ante estas molestias intestinales del bebé.

La diarrea es un episodio desagradable para ti, pero no tan molesto para tu bebé... siempre que se intervenga rápidamente. ¿A qué es debida? ¿Qué hay que hacer? ¿Por qué hay que actuar? Sigue estos consejos.

¿Cómo se produce la diarrea?

En condiciones normales, la mucosa del intestino está recubierta de muchas células, los enterocitos, que se encargan de absorber los nutrientes y regular las secreciones que los hacen asimilables por el organismo.

Hasta los 12 meses o los 2 años, la mucosa intestinal de tu bebé es delicada. Basta una pequeña infección que pase por ahí o que a un alimento le cueste transitar para que la mucosa se irrite y los enterocitos dejen de desempeñar su papel correctamente: el agua y las sales minerales contenidas en los alimentos pasan mucho más rápido a través del intestino, y las heces se vuelven más líquidas.


¿A qué es debida la diarrea?

  • A una infección: generalmente causada por un virus ?especialmente el rotavirus (así llamado porque tiene forma de rueda)-, que provoca diarrea. Con mucha menos frecuencia, la infección es debida a una bacteria (Shigella, Escherichia coli, Campylobacter...).

  • Un alimento que se "atasca": por intolerancia a determinados elementos (a la lactosa, a las proteínas de la leche...), por disolución insuficiente de la leche, debido a un nuevo alimento introducido demasiado pronto o en un momento inadecuado (durante la erupción dentaria, por ejemplo)... Son "errores" del régimen alimentario que tu pediatra detectará y corregirá.

No hay tiempo que perder

Son pocos los bebés que no tienen al menos una o dos diarreas durante su primer año de vida. Sin embargo, no hay que tomárselas a la ligera, porque provocan una pérdida de agua y sales minerales importante y pueden llevar en pocas horas a una deshidratación grave, sobre todo si las heces son muy líquidas o van acompañadas de vómitos. Hay que prestar especial atención si el bebé tiene menos de 3 meses, porque el pequeño renueva cada día el 20% de sus reservas hídricas, por lo que su necesidad de agua es muy alta.

Vigila atentamente a tu bebé y acude enseguida al pediatra si aparece uno de los síntomas siguientes: si la diarrea persiste más allá de 48 horas o va acompañada de hilillos de sangre, si el bebé tiene ojeras, si está decaído, si no hace pis, si tiene la fontanela hundida (en el caso de los lactantes) o si ha perdido el 10% de su peso (pésalo dos veces al día).

Dale tiempo para que recupere la salud

  • Lo más importante es compensar la pérdida hídrica dándole de beber de vez en cuando (cada dos o tres horas) pequeñas cantidades de agua que contenga una solución de rehidratación rica en sales minerales (de venta en farmacias).

  • Deja que sus intestinos descansen suprimiendo la leche infantil (si le das el pecho, puedes continuar haciéndolo, porque las proteínas de la leche materna son menos irritantes que las de la leche de vaca) y sustitúyela por una leche a base de proteínas de soja, sin lactosa, que te recetará el pediatra.

  • Si tu bebé tiene más de 4 ó 5 meses, puedes darle alimentos antidiarreicos: plátano aplastado, manzana cruda rallada o un potito de manzana y membrillo.

  • No le des nunca medicamentos que no te haya recetado el médico.

Laurence Dibarrat
© Enfant.com

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Comentarios (1)

07 may 2019 12:15 Eliana Rocío Giménez

Me sirvió mucha gracias por la información