Mi bebé tiene gastroenteritis. ¿Qué hago?

Esto es lo que debes hacer si sospechas que tu bebé padece gastroenteritis.

Tu bebé está pachucho y vomita. ¿Tendrá una gastroenteritis? Esta infección causada por el rotavirus puede aparecer en cualquier época del año, tanto en invierno como en verano. El principal peligro es la deshidratación.

¿Cuáles son los síntomas?

La gastroenteritis es una inflamación del estómago y de los intestinos que se manifiesta por síntomas más o menos asociados: náuseas, vómitos, diarrea (aumento de la frecuencia de las deposiciones) y, a veces, fiebre alta. Es causa de muerte en países en vías de desarrollo. Aunque en nuestras latitudes suele ser una enfermedad menos peligrosa, no hay que subestimarla, especialmente en los bebés.

¿A qué es debida la gastroenteritis?

Generalmente, esta enfermedad la causa un virus, el rotavirus. También puede derivar de una infección directa de los intestinos de tipo bacteriano. El germen penetra en las células de la mucosa intestinal impidiéndoles desempeñar su función.

Entonces, el organismo de tu bebé pierde cantidades anormalmente grandes de agua y sales minerales. Si estas pérdidas no se compensan rápidamente, pueden llevar a la deshidratación (pérdida masiva de agua). Presta especial atención si tu bebé es regordete. Su buena constitución puede ocultar la gravedad de la situación.

¿Cómo se transmite?

La transmisión tiene lugar por vía "fecal-oral": se produce cuando el bebé se lleva a la boca las manos que han estado en contacto con heces infectadas o con una superficie manchada.

¿Cómo se trata la gastroenteritis?

  • Acude al médico de familia o al pediatra, que le recetará un antidiarreico, que tiene la ventaja de disminuir las pérdida de agua. El tratamiento se mantiene hasta que las heces del bebé recuperan la forma, en todo caso, nunca más de cinco días.

  • En caso de fiebre, dale paracetamol, siguiendo las dosis recomendadas por tu médico. Si la gastroenteritis va acompañada de diarrea sanguinolenta con fiebre, se realizará un análisis de heces, un coprocultivo, para determinar la bacteria responsable y escoger el antibiótico adecuado.

  • Si le das el pecho, sigue habiéndolo como siempre, sin cambiar nada. Solo tienes que suprimir de tu alimentación todos los productos irritantes y ácidos, como por ejemplo el melón, las fresas y la vinagreta, y dar a tu pequeño productos de rehidratación entre toma y toma. Estos productos se venden en farmacias.

  • Si lo alimentas con biberón, sustituye la leche artificial por una solución de rehidratación. Son unos polvos que se diluyen en agua mineral (un sobre por cada 200 ml). Ofrécesela a menudo, cada veinte minutos más o menos, en pequeñas cantidades. La hay de varios sabores y los bebés la aceptan bien.

  • Atención: las soluciones de rehidratación no deben utilizarse más de veinticuatro horas porque apenas tienen nutrimentos.

  • Vuelve a alimentar a tu pequeño rápidamente con una leche especial para bebés con diarrea, que se vende en farmacias.

¿Cuándo volver a la alimentación normal?

De la forma más suave posible. Tras un episodio de diarrea fuerte, las mucosas del intestino tardan en cicatrizar. No vuelvas demasiado rápido a la leche habitual. Espera hasta que el bebé lleve cuarenta y ocho horas haciendo deposiciones normales. Si tu bebé no tolera la reintroducción de la leche, tiene que seguir un régimen sin lactosa durante un mes.

¿Qué medidas preventivas se pueden tomar para evitar la gastroenteritis?

Pasan, sobre todo, por respetar unas determinadas reglas de higiene:

  • Lávate bien las manos antes de preparar el biberón o después de cambiar al bebé.
  • Mantén el cambiador limpio y desinféctalo regularmente.
  • Avisa a las personas que conviven con el bebé. ¡La gastroenteritis se contagia con facilidad!

¿Qué vacunas utilizar contra la gastroenteritis por rotavirus?

El rotavirus es muy resistente y muy contaminante. Solo la vacunación puede detenerlo. Existen dos vacunas contra el rotavirus disponibles en España, que se presentan en solución oral.

  • El RotaTeq: esta vacuna pentavalente, que protege contra las cinco cepas más frecuentes responsables de la enfermedad, se administra en tres dosis. La primera puede darse a los 2 meses, 3 meses y 4 meses. El intervalo entre cada dosis tiene que ser de al menos 4 semanas. Las 3 dosis tienen que ser administradas antes de las 26 semanas de edad.
  • El Rotarix: esta vacuna monovalente se basa en el principio de que una sola cepa basta para generar la inmunidad frente a otras cepas. Se administra en solo dos dosis: la primera a los 2 meses y la segunda a los 3 meses, siempre con un intervalo de 4 semanas entre las dos dosis.

Estas dos vacunas se pueden administrar junto a las vacunas habituales (difteria, tétanos, tos ferina, haemophilus, polio, hepatitis) y las vacunas contra las infecciones por neumococo. Aunque está recomendada en el calendario de vacunaciones de la Asociación Española de Pediatría, no está subvencionada por la Seguridad Social, por lo que son los padres los que tienen que asumir el coste.

Gastroenteritis: ¿Cuándo acudir a urgencias?

Hay cuatro síntomas que deben llamar tu atención. Si cualquiera de ellos aparece, acude al hospital:

  • Piel seca y un poca arrugada, que denota que la deshidratación del bebé es avanzada.
  • Un comportamiento apático, poco reactivo.
  • Lengua rasposa, como la de los gatitos.
  • Ausencia de orina en el pañal.

En el hospital rehidratarán rápidamente al niño por vía intravenosa.

Maryse Damiens con la colaboración de Béatrice di Mascio, pediatra.
© Enfant Magazine

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Comentarios (1)

10 oct 2018 06:25 Pepina Mel

Es importante que compruebes que esto es lo que padece tu niño, porque en caso de que el no tenga esto podrías estar dando un tratamiento incorrecto. Mi pequeño empezó a llorar mucho al hacer caca, lo llevamos al pediatra le dijeron que tenía estreñimiento. Mi papá empezó a buscar productos que ayudaran a mi hijo y dio con el indicado, el Toddler Magic Tea de Secrets of Tea. Un producto 100% natural que promueve e intensifica una digestión saludable y hace que tu niño empiecen a hacer sus necesidades regularmente.