El grave peligro de zarandear el bebé

Cuidar a un bebé exige un nivel de paciencia para el que muchos padres y madres no están preparados. Un bebé puede llorar durante horas, puede no dormir bien por la noche o puede estar afectado por enfermedades comunes de la infancia, debido a que su sistema inmunológico todavía no está entrenado. 

Ante la desesperación, tomar al bebé con las manos y zarandearle para que se calle o simplemente por encontrarnos al límite, nunca ha de ser la solución. Nunca se debe sacudir a un niño. Zarandear fuertemente a un bebé puede producirle graves lesiones. Conoce más a fondo cuál es el peligro de zarandear al bebé.

¿Qué es el síndrome del bebé zarandeado?

Según la AEPD: "El síndrome del niño zarandeado es el conjunto de lesiones cerebrales que se producen al sacudir vigorosamente a un bebé. Es relativamente frecuente: se estima que su incidencia en el mundo es de 20-25 casos por cada 100 000 niños menores de dos años. En España, de los 450 000 niños nacidos al año, unos 100 pueden padecer este síndrome".

¿Por qué no debemos zarandear a los bebés ni a los niños?

Los recién nacidos y los bebés, sobre todo, no tienen suficiente fuerza muscular para sostener sus propias cabezas. No es hasta los 4, 5 o 6 meses que son capaces de sostener sus cabezas. Es por ello que, un movimiento fuerte o rápido en el se produce una sacudida en su delicada cabecita, es suficiente para lesionar su cerebro. Los movimientos bruscos o las sacudidas hacen que el cerebro golpee contra el hueso del cráneo. Las consecuencias son devastadoras, porque se pueden producir hematomas y otros daños que pueden tener impacto en la salud del bebé.

Dependiendo de la gravedad de la lesión, el bebé puede sufrir alteraciones visuales, dificultades motoras y epilepsia de por vida. Asimismo, puede provocar una discapacidad severa de por vida o incluso puede provocar su muerte. 

Se estima que uno de cada diez niños que sufren un zarandeo grave, fallece y más de la mitad que sobreviven padecen un daño neurológico grave de por vida. 

¿Por qué los padres sacuden o zarandean a sus hijos?

El detonante, en la mayor parte de los casos, es el llanto del bebé unido a un estado de agotamiento y/o depresión. Durante los primeros meses de vida, algunos bebés lloran de forma frecuente y muchos padres se sienten desesperados ante esta situación.  

El llanto en los recien nacidos suele ir aumento tras el nacimiento y alcanza su punto álgido, en general, cuando tiene mes y medio. A partir de entonces, los periodos de llanto suelen acortarse y casi desapareciendo entre los 3 y 4 meses.

Sin embargo, no todos los padres que conviven con bebés que lloran en exceso muestran este tipo de abuso hacia sus hijos, los expertos apuntan a que se da en mayor medida en padres con baja tolerancia a la frustración y una tendencia a las conductas agresivas. 

Pautas para no perder los nervios si el bebé llora

En algunos momentos del día y, especialmente por la noche, los bebés pueden estar más sensibles y los padres más agotados por razones obvias. Para aliviar la tensión y evitar gritar al bebé, evitar zarandearle o ignorarle, puedes poner en práctica estos métodos para aliviar la tensión:  

- Crea una atmósfera relajante para el bebé y para ti, puedes poner música tranquila, luces ténues...

- Si crees que te va a desbordar la situación, sal a tomar un poco de aire fresco y a pasear con tu bebé. 

- Intenta relajarte tú para no transmitir más estrés al bebé.

- Mecer suavemente al bebé y hablarle con palabras cálidas y tranquilas le puede aportar seguridad.

- Sal de la habitación durante unos minutos si te sientes al límite. 

- Pide ayuda a tu pareja o familiares para que te releven con el bebé. 

Conclusión

Nunca se debe zarandear al bebé ya que tiene repercusiones graves: lesiones intracraneales, lesiones en la retina, la piel, los músculos del cuello, la columna y la médula espinal. Las graves consecuencias de sacudir al bebé pueden conducir a la muerte del niño.