Cuentos populares de los indios nativos americanos

Relatos y leyendas de los indios norteamericanos para leer con tus hijos

cuentos nativos americanos para leer a los niños

Te invitamos a leer estos cuentos populares de los indios nativos americanos. Son historias que se contaban al calor del fuego y que fueron transmitidas de generación en generación hasta que fueron puestas por escrito. Es por ello que, los indios americanos de distintas tribus, en ocasiones cuentan variantes de una misma leyenda nativa.  

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El nacimiento del nenúfar, cuentos populares indios

cuento indio: el origen del nenúfar

A su vuelta de la guerra contra la tribu Tahawi, el jefe de los Saranacs entró triunfante en su poblado junto al Lago de las Estrellas Agrupadas, llamado años después por los ignorantes como Lago Tupper.

Alto e invencible paseó entre su gente, alardeando de sus victorias y luciendo las cabelleras que había cortado.

- Saludad al jefe Sol Ardiente Wayotah, he hecho temblar a los Tahawi, la victoria es nuestra, gritaba el jefe indio.

Mientras todos aplaudían emocionados y le escuchaban anonadados, la bella Oseetah, el Pájaro, miraba al joven y fuerte jefe con miedo de que quisiera desposarse con ella, porque su corazón ya pertenecía a otro hombre.

Pero el jefe Sol, ya se había fijado en Oseetah y, tras el banquete de celebración quiso acercarse a ella. Al verlo, Oseetah comenzó a caminar huyendo de él y, silenciosamente se escabulló hasta la orilla del lago.

Al encontrarse con ella, el jefe Sol, intentó acercarse para demostrarle sus intenciones pero, cuando quiso abraarla, ella le pidió que la dejara sola. Sol, todavía sintiéndose grande por su victoria, insistió en acercarse a ella pero Oseetah, pensando en su verdadero amor, corrió hacia el borde de una roa empinada y allí, se lanzó a las aguas profundas.

El jefe Sol, temiendo por ella, se lanzó en su busca pero, por más que nadó entre las rocas, no consiguió encontrarla. Triste y cabizbajo, regresó al pueblo y le contó a la gente lo que había sucedido. 

Los padres de Oseetah, el Pájaro, lloraron aflijidos y, el jefe Sol, se retiró a su tienda para no mostrar su tristeza a los demás. Más tarde, al mediodía llegó un cazador con noticias extrañas:

- ¡Crecen flores en el agua!, dijo.

La gente se dirió al lago, tomaron sus canoas y navegaron hasta la Isla de los Olmos. Allí, en una cala, el agua quieta estaba cubierta de flores, unas blancas como la nieve, llenando el aire de perfume, otras fuertes y amarillas, como el lago al atardecer.

- Explícanos qué es esto, gritaron al curandero de la tribu. ¡Ayer no estaban!

Es nuestra hija, dijeron los padres de Oseetah. Estas flores son la forma que toma. El blanco es su pureza, el amarillo su amor. Su corazón se cerrará cuando se ponga el sol y se reabrirá cuando él vuelva a salir.

Y el joven jefe se apartó e inclinó la cabeza en señal de respeto.

El origen de los vientos: cuento de los indios norteamericanos

Cuento nativoamericano: El origen de los vientos

Hace muchos, muchos años, en una aldea del bajo Yukón vivían un hombre y su esposa que no tenían hijos. Un día, la mujer le dijo a su marido:

- A lo lejos, en la tundra, crece un árbol solitario. Trae un trozo de madera y haz una muñeca con él. Así parecerá que tenemos un hijo.

El hombre salió de la casa y viajó muy lejos hasta que vio ante él un hermoso objeto brillando. Al acercarse, se dio cuenta de que era el árbol que había ido a buscar. El árbol era pequeño, así que tomó su cuchillo de caza, cortó una parte del tronco y se llevó un trocito a casa.

Se sentó frente al fuego y talló en la madera una imagen de una niña pequeña.

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Cuentos de los indios americanos: Las aventuras de un valiente indio 

Aventuras de un indio valiente

Muy, muy lejos, en el oeste de América, vivía una vez un anciano que tenía un hijo que era el mejor cazador de toda su tribu. Una mañana, cuando se acercaba el invierno, el joven y sus compañeros partieron para cazar algunas cabras montesas y ciervos, porque tenía miedo de la llegada de una tormenta de nieve. El anciano y la esposa, sin embargo, no querían salir, sino que permanecían en el poblado haciendo arcos y flechas.

Cuando llegaron al lugar donde se encontraban las cabras y los ciervos, pronto cazaron a todos los animales que necesitaban. Pero el líder fue quien cazó a la mayoría, ya que era el mejor tirador.

- Ahora debemos dividir lo que hemos cazado, dijo el líder. Y así hicieron y, caminando uno detrás del otro, partieron de regreso hacia el pueblo. Pero cuando llegaron a un gran río, el joven no quiso seguir portando su mochila y la dejó en la orilla.

- Me voy a casa de otra manera, les dijo a sus compañeros. Y tomando otro camino llegó al pueblo mucho antes que ellos.

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Cuento antiguo de los indios nativos americanos: El coyote y la tortuga

Cuento del coyote y la tortuga

A principios de una mañana de verano, cuando el suelo estaba fresco y húmedo, una tortuga salió arrastrándose lentamente de su casa en la rivera del río. Se arrastró buscando cosas para comer. Encontró tantas cosas buenas que caminó más y más lejos del río. Se olvidó por completo de su anciano padre Sun, que al cabo de un rato vendría buscándola por las colinas. 

Si hubiera sido una tortuguita sabia, no se habría alejado tanto de casa. Las tortugas de río deben mantenerse húmedas. Si se secan demasiado, no pueden caminar, y si el sol brilla demasiado sobre ellas, mueren.

Ahora, mientras esta pequeña tortuga caminaba lentamente, el sol salió y brilló sobre ella. Asustada, se dio la vuelta y emprendió el regreso de vuelta al río; pero las tortugas viajan tan lentamente y el sol estaba tan caliente, que solo pudo llegar a la mitad del camino. Cuando vio en qué lío se encontraba, se metió en un agujero sombreado en una gran roca y comenzó a llorar.

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La luna y la gran serpiente: Cuento popular de los indios nativos 

cuento indio nativo

El gran jefe Águila de Guerra estaba sentado frente al fuego con su larga pipa entre la manos, miró a todos los jóvenes allí congregados junto al fuego y comenzó su historia:

Una vez hubo una sola serpiente en todo el mundo, y era enormeo. Su cuerpo estaba pintado con todos los colores que conocemos. Esta serpiente estaba orgullosa de su traje pero tenía un corazón malvado. 

Como sabéis, la luna estaba casada con el sol pero el sol se acostaba pronto y la luna vigilaba la noche. La gran serpiente solía trepar por una colina alta y mirar a la luna en el cielo todas las noches.

Estaba enamorado de ella, pero la luna no le hacía caso. La serpiente pensó que debía buscar otra colina más alta para que la luna viera su bello traje de colores y, encontró otra más alta desde la que hizo señales a la luna para que la mirara.

Una noche, por fin, la luna hizo caso a la gran serpiente. Estuvieron hablando toda la noche e incluso le llegó a decir cosas bonitas pero, al amanecer, la lluna se fue a la cabaña del Sol y dejó a la serpiente. 

A la mañana siguiente, muy temprano, el sol se dio cuenta de que aunque la luna debía estar recogida en la cabaña, esta seguía brillando en el cielo. El sol se preguntó qué era lo que le había retenido tanto tiempo y empezó a sospechar de la serpiente. Decidió tratar de atraparlos juntos. 

Así que todas las mañanas el Sol dejaba la cabaña un poco antes que antes para ver qué ocurría entre la luna y la gran serpiente; y una mañana, justo cuando escalaba una montaña, vio a la gran serpiente hablando con la luna. Eso lo enojó mucho.

El sol corrió tras la serpiente que huyó asustada. Cunado la atrapó la gran serpiente suplicó y prometió no volver a hablar con la luna, pero el sol no se apiadó y la estrujó tanto que la rompió en mil pedazos, todos de diferentes colores, tantos como eran las diferentes partes de su cuerpo pintado. 

Cada uno de los pedacitos se convirtió en una pequeña serpiente, tal como las conocemos ahora, pero todas eran demasiado pequeñas para que la luna pudiera verlas. Así es como llegaron tantas serpientes al mundo.


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Comentarios (1)

12 ago 2021 22:53 Andrea

Hermosas historias!