Pegar a los hijos, ¿puede tener consecuencias legales?

Qué dice la ley en torno a los bofetones o cachetes a los hijos

La gente en las consultas muchas veces pregunta si se puede pegar o no a un hijo (cachete, bofetada, con la zapatilla, manotazo...) y se ha dicho muchas veces, que desde el año 2007 eso había cambiado en nuestra legislación y que estaba prohibido ya que no tenia cobertura legal.

Hasta el año 2007 el artículo 154 del Código Civil, que es el que nos interesa, tenía una coletilla al final del mismo que decía: "Los padres en el ejercicio de sus funciones: podrán corregir razonable y moderadamente a sus hijos". Esta coletilla había servido para entender en determinado ámbitos, en el jurídico también que alguna bofetada, golpe o cachete dado en determinadas circunstancias estaba amparado por el mencionado artículo.

Pero ese artículo se modificó en dicho año (2007) y se cambio la frase por otra más laxa que dice : "Los padres en el ejercicio de sus funciones podrán recabar el auxilio judicial".

Nada de referencias a corregir razonable y moderadamente porque se entendía que esa interpretación que se hacía no era acorde con lo que establecía el artículo 19 de la Convención de los derechos del Niño.

El castigo físico a los niños según la ley

Consecuencias legales de pegar a los hijos

Esto ha dado lugar a muchas interpretaciones a favor y en contra aunque la tendencia mayoritaria es que no se puede educar o enseñar a nuestros menores a golpe de bofetadas, sobre todo si tenemos en cuenta que el Gobierno actual tenía un proyecto de ley orgánica de protección integral a la infancia y a la adolescencia frente a la violencia que descarta todo tipo de violencia y de castigos físicos que se puedan producir frente a los menores, sin ninguna excepción.

Estamos en el siglo XXI, en la era de Internet y de lo digital y no podemos quedarnos anclados en la educación que nos dieron nuestros padres que si consideraban perfectamente legal el hecho de darte un guantazo o un zapatillazo en determinadas circunstancias. Pues señoras y señores y por mucho que a algunos les pese, eso ya no es así, y ahora podría dar lugar a una condena penal por maltrato domestico.

Hay infinidad de sentencias de Juzgados y Audiencias Provinciales que así lo entienden, la mayoría afirmando que eso no es manera de educar.

Esta afirmación viene corroborada además con la aprobación de la referida con anterioridad Ley Orgánica de la infancia y la adolescencia frente a la violencia ((sin publicar todavía en el Boletín Oficial del Estado) que de una vez por todas viene a prohibir expresamente todo tipo de castigos físicos y psicológicos frente a las personas más vulnerables como son los menores y adolescentes. Además la norma recoge el deber de denunciar ante la autoridad competente los mismos por parte de cualquier persona que los observe o advierta una situación de violencia ejercida sobre una persona menor de edad. La definición que da la referida Ley en el apartado 3 del artículo 1 de la violencia es "maltrato físico, psicológico o emocional, castigos físicos, humillantes o denigrantes, el descuido o trato negligente, las amenazas, injurias, calumnias..."

Sin querer ser exhaustivo, les transcribo parte de los argumentos de una sentencia de la Sala Segunda del Tribunal Supremo de fecha 8 de Enero de 2020, recurso 879/2018 referidos a un padre que propinó a su hijo una bofetada en la cabeza. El Tribunal centra la cuestión en "si existe un derecho de corrección de los padres a los hijos que legitime el uso de la violencia física" y se contesta, que, desde una perspectiva general, el simple hecho de golpear a un menor ya incardina la conducta del acusado en un delito del artículo 153 del Código Penal. Y añade, que dicho acto fue intencionado por más que su objetivo fuera el de reprender o corregir al menor, constituyendo un acto de agresión física al darle una bofetada en la cara.

El Tribunal Supremo incide como línea de principio, que ese mencionado derecho a corregir a los hijos o el ejercicio de la patria potestad, implique que pueda golpeárseles o aplicarles castigos físicos. Se puede advertir, amonestar, reprender, pero nunca golpear. Además añaden que hoy en día las cosas han cambiado y los profesionales de la educación están de acuerdo en que los castigos físicos no son pedagógicos y solo sirven para extender conductas violentas. La represión ante una eventual desobediencia de un menor, nunca puede justificar el uso de la violencia, ni admite considerar esa actuación orientada a su beneficio.

Otra sentencia esta de 8 de Noviembre de 2015 analiza la conducta de un padrastro que le dió una bofetada a la menor que estaba bajo su protección y también dice, "integra un comportamiento de maltrato domestico que consolida un patrón de dominación violenta y de afectación a la integridad y dignidad del menor que excede de la conducta que en la época actual podeos considerar socialmente adecuada."

Hay gente que sigue sin entenderlo o no le interesa hacerlo y piensa que una bofetada a tiempo (al parecer como la que ellos recibieron) les va a servir para ganarse el respeto de los menores, que reconozcan lo que es la autoridad el día de mañana y que no es una mala manera de educar, pero tenemos que discrepar de esa afirmación, por dos razones:

- Primero porque legalmente como hemos dicho está castigado (si nos pillan, estas actuaciones se suelen producir en el interior del hogar) vamos a tener un problema.

- Segundo porque entendemos que no es manera de educar con castigos, golpes y vejaciones, si no que hay que educar en el amor, en el cariño, en la comprensión, en la responsabilidad en el dialogo, en la negociación y en el apego, en vez de en la violencia o en el castigo físico aunque ya sabemos que eso cuesta mucho más que darle un cachete a nuestro hijo o hija.

La pregunta que hacemos es, ¿eso se lo harías a tu compañero de trabajo, a tu vecino, a tu pareja, cuando se confunde o hace una cosa mal, para educarle y enseñarle?

Antonio Lafuente 

Antonio Lafuente Torralba
Abogado experto en Derecho de Familia 
Coautor del libro "En Plan Adolescente" Kit de supervivencia para familias
Autor del libro "Esto se Pasa" Guía para padres y madres con hijos e hijas pre y adolescentes.
Autor del Blog Divorcios Inteligentes

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