La motricidad de 0 a 12 meses

Desde que nace, el bebé tiene unas capacidades ilimitadas. Le encanta coger objetos, manipularlos, llevárselos a la boca... esa actividad es un excelente ejercicio para su motricidad.

Para el recién nacido, un móvil, sí, pero...

No cuelgues siempre el mismo móvil sobre la cabeza del niño y desplaza a menudo al bebé para que lo disfrute desde diferentes ángulos.

Varía los objetos que pones a su disposición: cuelga juguetes u objetos que brillan, reflejan la luz y se mueven en todas direcciones (bolas de Navidad, espumillón, cintas de colores...).

También puedes sujetar sus objetos preferidos con pinzas de tender la ropa para poder cambiarlos a menudo.

De los 3 a los 9 meses, destacan los sentidos del tacto y del gusto

Para desarrollarse, tu bebé necesita ejercitar los sentidos, especialmente el tacto y el gusto, además de la vista.

Deja al alcance de su mano una esponja, un cepillo de dientes... para que los coja y se los lleve a la boca. El pequeño utiliza su manita para informarse sobre la forma del objeto (cuadrado o redondo), su textura (liso o rugoso) y su temperatura (caliento o frío). Es bueno para su estimulación.

Para que tu hijo pueda atrapar esos tesoros, instálalo en el suelo (sobre una alfombra, por ejemplo). El pequeño hará los esfuerzos necesarios para alcanzarlos por sí mismo, ¡incluso si están escondidos!

Entre los 9 y los 12 meses, es la etapa de los grandes desplazamientos

A esta edad, se pone de pie, a veces camina y a menudo se desplaza a cuatro patas. Lo toca todo y descubre así su entorno.

Dale cajas de plástico que se abren y se cierran o cazuelas que encajan y siéntalo "en un barreño lleno de sémola", propone Isabelle Barbier, a modo de cajón de arena casero. ¿Te atreves?

Safia Amor con Isabelle Barbier, ortofonista

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