Mi hijo no soporta que hable por teléfono

¿Tu bebé llama tu atención en cuanto suena el teléfono?

Mi hijo no soporta que hable por teléfono

En cuanto descuelgas el teléfono, tu hijo manifiesta su rechazo. Se retuerce como una anguila o se lanza a tus piernas. Hace ruido, estira del cable... ¿Qué le pasa?

Cada vez que hablas por teléfono, pasa lo mismo. Tu hijo monta tal follón que no oyes nada. Hasta que, cansada de luchar, acabas colgando. Entonces, como por arte de magia, regresa la calma.

¿Por qué reacciona con tanta vehemencia cuando estás al teléfono?

Una conversación telefónica requiere una especial concentración. Y, aunque a ti te parezca anodina, para tu hijo no lo es. Porque tu comportamiento cambia cuando estás al teléfono. Tu actitud (mirada ausente, gestualidad particular) rompe con tu modo habitual de comunicación.

La situación es especialmente dispar porque estás relajada, a veces incluso echada en el sofá. Este extraño comportamiento seguro que desconcierta a tu hijo. Para él, es fácil comprender que no estás disponible cuando te ve cocinando. El teléfono, en cambio, le desconcierta: estás físicamente presente, pero psíquicamente ausente.

Está desconcertado y, además, tiene que asumir que no te dediques totalmente a él. ¡Es más de lo que puede soportar! Cuando estás preparando la comida, puedes seguir hablándole. Pero cuando estás al teléfono, siente una frustración con la que le resulta difícil lidiar. Su reacción es inmediata: quiere que lo mires. Y el método más eficaz que tiene para lograrlo es hacer ruido. ¡Y lo utiliza, vaya que sí!

¿Qué hacer para hablar por teléfono con tranquilidad?

Escoge el momento adecuado. A esta edad, tu hijo descubre la separación. Va a la guardería, a casa de la niñera o a casa de la abuela. Cuando regresa, necesita reencontrarse con su hogar. Cuida ese reencuentro diario y conságrale el tiempo necesario. Es el peor momento para llamar por teléfono. Utiliza el contestador o incluso abusa de él.

Mantente firme. Aunque sea pequeño, tu hijo ya se está autoafirmando como un ser autónomo. Quiere lo que está prohibido y se niega a hacer lo que se le pide. También ha comprendido que sus gestos y sus primeras palabras tienen un sentido y que tú respondes a ellos.

No le dejes el teléfono. Todo lo contrario: establece las primeras reglas de comportamiento: "No toques el teléfono sin mi permiso". Ya contestará por ti más adelante.

Valora sus esfuerzos y sé coherente. Dile, por ejemplo: "Estoy hablando por teléfono, después me dices lo que quieras. Ahora no puedo ocuparme de ti, pero iré a verte después". ¡Y cumple tu compromiso!

Cómprale un teléfono de plástico para que pueda simular a su gusto sus primeras conversaciones. Aunque puede que se canse enseguida de él y prefiera el aparato del que sale una voz.

Una sugerencia: sírvete del juguete para compartir conversaciones imaginarias con él. "¿Diga? ¿Hola? Soy mamá. ¿Me oyes?". Y préstale el de verdad. Es un objeto mágico que le fascina, a través del cual ya ha oído voces familiares como la de su papá o la de otra persona cercana. Déjale que diga unas palabras a su abuela. Le encantará la experiencia. Una vez saciada su curiosidad, volverá rápidamente a sus juegos.


Chrystelle Gabory con la colaboración de Didier Lauru, psicoanalista.

© Enfant Magazine

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