¡El calcio es fundamental para el bebé!

El pediatra Jean-François Duhamel te informa sobre este tema.

El calcio es un elemento esencial para la formación del esqueleto, por lo que tiene que estar presente siempre en la alimentación de tu bebé.

¿Qué es el calcio?

El calcio es un mineral esencial para el desarrollo del esqueleto y la correcta consolidación de los huesos. Se requieren veinte años para acumular una reserva de calcio suficiente, es decir, unos 1000 gramos. Después de los 20 años, el capital reunido simplemente se mantiene, pero ya no se puede aumentar. Es un buen motivo para que este mineral esté presente en todas las comidas desde la más tierna infancia.

Sobre todo porque sus efectos saludables no terminan ahí: varios estudios sugieren que su consumo favorece un mejor control del peso y ayuda a prevenir la caries dental y a controlar la presión arterial.

¿Qué aportes se aconsejan?

El organismo no es capaz de fabricar calcio. Por eso lo tiene que aportar la alimentación. Para que el intestino de un bebé absorba correctamente el calcio alimentario y luego ese calcio se fije en los huesos, el niño necesita la ayuda de la vitamina D. Por eso las dos cosas se administran de forma conjunta desde el nacimiento.

Cuando el bebé es amamantado, la leche de la madre cubre sus necesidades esenciales de calcio. A ese calcio se añaden unas gotas de vitamina D, a razón de 800 unidades internacionales al día.

Si el bebé se alimenta con biberón, a pesar de que la leche artificial está enriquecida con vitamina D, hay que darle el mismo suplemento con una cucharita o en el biberón de la mañana. A partir de 1 año, las últimas recomendaciones de la Anses (la Agencia nacional de la seguridad sanitaria de alimentación, del medioambiente y del trabajo de Francia) estipulan que un niño tiene que recibir 500 mg de calcio al día hasta los 3 años y 800 mg de los 4 a los 9 años.

A partir de los 12 meses, tu bebé podrá tomar leche de crecimiento, que se caracteriza principalmente por ser rica en calcio y estar enriquecida con ácidos grasos esenciales y hierro. Conviene recordar que la leche de vaca es demasiado rica en proteínas y ácidos grasos saturados.

¿Dónde se encuentra el calcio?

El calcio está presente sobre todo en los productos lácteos. Tiene la ventaja de que se absorbe muy bien gracias a la presencia de determinados nutrientes de la leche (proteínas, lactosa, fosfolípidos) y se fija bien (gracias, en parte, al fósforo). El pescado y algunas aguas minerales también contienen calcio.

Para obtener un aporte adecuado, hay que escoger aguas cuyo contenido en calcio sea superior a 150 mg por litro. En cambio, para la preparación de biberones, es mejor utilizar aguas minerales cuya concentración sea inferior a 100 mg por litro. En cuanto a la fruta y la verdura, son los parientes pobres del calcio: el niño tendría que comer cantidades enormes para satisfacer sus necesidades. Además, la asimilación del calcio "vegetal" es más débil.

Y si a mi bebé ya no le gusta la leche, ¿qué hago?

Llega un día en que algunos niños se niegan a tomar el biberón o su tazón de leche matinal. En ese caso, prueba a añadir a la leche un producto con sabor a chocolate o fresa. También puedes dársela preparando un batido casero con frutas. Si sigue rechazándola, añade leche de forma más discreta en los purés, las sopas o la sémola. ¡Así serán más cremosos!

Utiliza los derivados de la leche, como el queso, para preparar quiches o platos gratinados. Los quesos curados contienen más calcio. Por último, dale postres a base de leche: los flanes, los dulces o el bizcocho de yogur hacen las delicias de los más recalcitrantes.

Si a pesar de todo tu hijo no quiere saber nada, habrá que darle un suplemento medicinal a base de calcio efervescente o de sobres solubles.

¿Lo sabías?

  • De los 6 meses a los 3 años, basta con medio litro de leche al día para que el niño ingiera la cantidad de calcio necesaria.
  • Hay 30 mg de calcio en 30 gramos de queso comté o emmental, en un cuarto de litro de leche, en 5 petit suisse de 60 g, en 300 g de queso fresco, en dos yogures o en 80 g de queso camembert.
  • El calcio que contiene la leche materna tiene un índice de absorción récord del 50%, frente al 15 o 20 % de la leche de vaca.
  • No descuides el ejercicio físico en cuanto tu hijo sea capaz de realizarlo. El ejercicio estimula la actividad de las células del tejido óseo haciendo que incorpore más calcio a su esqueleto.

Declaraciones recogidas por Maryse Damiens
© Enfant Magazine


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