Los niños, ¿nacen o se hacen lectores?

Recomendaciones para leer mejor y desarrollar la comprensión lectora

En el caso de que los padres no sean demasiado lectores, nos plantearemos como objetivo que los niños lean y demuestren interés. Podemos ir con ellos a una librería, a una biblioteca con un fondo interesante de literatura infantil, hojear con el niño libros, prestar atención a aquellos que interesan al niño...

?Al principio los niños nos necesitan (ellos no son lectores autónomos), quieren que nos sentemos a su lado y leamos juntos. De este modo observarán los textos escritos, sus ilustraciones, pasarán las páginas..., se introducirán en el mundo mágico de las letras a través de cambios de voz, según los personajes del relato, y convendrá que sean historias breves y disfrutadas por toda la familia (se fomenta con ello la idea del "Todos Juntos"). Así, con la práctica, los pequeños se sentirán dueños del ritmo y de los sonidos de las palabras, entonando poemas e incluso inventando canciones relacionadas con los cuentos; de este modo, el niño empezará a ser "un lector activo".

La lectura, una actividad familiar apetecible en verano

En los primeros años, los cuentos y las narraciones orales son una inmensa fuente para disfrutar y para introducir a los niños en el lenguaje escrito. Es necesario, por tanto, buscar un rato y un lugar confortable para leer todos los días con los pequeños. Así, alejados de los deberes escolares, la lectura comenzará a ser valorada por sí misma y este hábito les ayudará a convertirse en lectores futuros.

Lo más importante es convertir la lectura en una actividad familiar, a los más pequeños les encanta que leamos con ello. Podemos buscar el momento antes de dormir o en un rato relajado del día...

Además, es conveniente incluir la lectura en el tiempo de ocio familiar mediante actividades y visitas (cuenta cuentos, librería especializadas...)

Cuando los niños crecen y se van convirtiendo en chicos, cualquier actividad es buena para leer: cocinar un delicioso postre y leer su receta, preparar el itinerario de una excursión con mapas y horarios secuenciados, conocer las noticias del periódico, saber qué moda es la que se llevará esta estación... Los niños nos imitan, si manejamos continuamente libros, periódicos o revistas, nos convertiremos en los "mediadores" entre ellos y la lectura.

A veces, cuando pensamos que ya son mayores para escuchar nuestras historias y seguir compartiendo lectura, es muy probable que estemos equivocados, dado que ellos necesitan nuestra estimulación continuamente; llevarlos a la biblioteca de nuestra zona y animarlos a que vayan a la del colegio, será otro de los pilares básicos para saborear un libro apetecible.

Cómo ayudar para que los niños sean buenos lectores desde su primera infancia

  • Hablar a nuestro hijo. Si acostumbramos a explicar al pequeño todas las actividades cotidianas, alrededor de los tres años pueden experimentar un enorme avance en lo relacionado con el aprendizaje. Por ejemplo, en el momento en que se le? esté vistiendo se le puede comenzar a hablar de cada una de las prendas que llevará puestas, esto hará que el niño pueda aprender más fácil a leer y más tarde convierta en un niño lector. 
  • Práctica diaria. Si al niño se le incentiva a leer cada día un poco más, esto le dará la posibilidad de incrementar su capacidad lectora, leer es una de las dinámicas que se progresa entre más se practique.
  • Comprensión lectora. Es muy importante que los niños comprendan lo que se esté leyendo, de hecho, es necesario para lograr que los niños cada día se enamoren más de la lectura.
  • Acompañar en el tiempo de lectura. A nuestro hijo le fascina que nos sentemos y escuchemos la lectura, esto además de hacernos sentir bien, incentivará al niño a seguir con este objetivo.
  • Ejercicios de lectura de textos incompletos. Cuando al niño lee frases incompletas, se ve obligado a comenzar a pensar dentro de esta importante competencia de la lectura.
  • Las bibliotecas públicas son una buena fuente para tomar libros prestados y muchas ya han retomado su actividad a pesar de la pandemia...
  • Dedicar un tiempo a la lectura compartida. Los padres somos los intermediarlos entre las historias que el libro ofrece al niño.
  • Acercarse al niño cuando ya sabe leer de manera fluida y preguntarle relajadamente si nos quiere contar impresiones de su lectura... Recordando que leer es un placer y que siempre los pequeños encontrarán un libro que responda a sus gustos.

¿Cómo despertar la curiosidad de los niños?

Con un poco de paciencia y el deseo de compartir momentos mágicos donde la sensibilidad sobre lo que se lea esté a flor de piel; en realidad no existen secretos para llevar a cabo las primeras lecturas con los niños. Emocionarse con lo que está pasando en el texto, expresar lo que pueden sentir los distintos personajes, reír cuando se narra algo gracioso, poner cara de sorpresa cuando la situación lo requiera... estar juntos en definitiva pasándolo bien al margen de que sepamos que a la vez estamos instruyendo y preparando para el futuro, ya que esto queda relegado a un segundo plano para poder disfrutar de cada instante.

Sugerencias:

  1. Permitir que el niño sea parte activa en la elección del cuento, la biblioteca nos ofrece otra forma de acercamiento a los libros.
  2. No agobiarnos cuando el niño cause algún desperfecto al libro, lo importante es que se extraiga algo positivo de él y se disfrute con su lectura.
  3. Encontrar un lugar adecuado y cómodo para empezar la lectura, si es posible un mismo sitio lejos de excesivas distracciones.
  4. Usar mucho las inflexiones de la voz, cambiar el ritmo, tono y volumen para atraer la atención de los pequeños.
  5. No preocuparnos si se distrae con otras cosas, tener paciencia y seguir leyendo.
  6. Escoger los primeros libros en función de las características del niño.

¿Construimos una biblioteca?

Cuando hablamos de un espacio destinado a convertirse simplemente en biblioteca para los más pequeños, no nos referimos simplemente a cubrir una decoración vistosa y unas necesidades de niños de 2-6 años; nuestra propuesta va mucho más allá. Empezaremos por plantearnos una concepción del espacio cuya finalidad sea la interacción con los libros y el grupo de iguales, un entorno seguro afectivamente, bonito y diseñado a la medida de los niños. Serán ellos, los propios niños, quienes encontrarán respuestas e inventarán propuestas de intercambio de información y, por supuesto, aportarán recursos. La clave del éxito radica en una disposición de los elementos transparente, ordenada, con mensajes de silencio en códigos sencillos y universales que todos entenderán y compartirán. En la biblioteca, los niños aprenderán a coger y a dejar los libros, a respetar las normas básicas de uso, a interactuar con los compañeros, a estudiar la diversidad de ofertas... dentro de un ambiente que promueva actitudes y conductas positivas.

La biblioteca estará abierta a los cambios, partirá de las características reales y concretas de los niños y planteará soluciones ajustadas a sus necesidades.

Planificación del espacio: condiciones y características generales

  • La biblioteca será un espacio estimulador y ordenado en el que los alumnos elijan entre diversas posibilidades de acción. Para ello estudiaremos con minuciosidad el terreno con el que contamos.
  • La biblioteca se definirá como un lugar cálido, confortable, en el que los niños se sentirán bien.
  • La biblioteca posibilitará la utilización autónoma de libros, juegos de lectura, materiales y recursos. Para ello estarán visibles y accesibles, a la misma altura y de frente a los niños.
  • La biblioteca será versátil, flexible y adecuada a las actividades propuestas. Especializar demasiado los espacios evitaría que pudieran transformarse en un momento dado. Los muebles serán ligeros, transportables y con varios usos; existirán alfombras, separadores de ambiente...
  • La biblioteca invitará a la identificación, los niños vivirán ese espacio como suyo, colaborarán en la construcción y en la decoración del entorno.
  • Los diferentes departamentos de la biblioteca estarán clasificados por medio de carteles alusivos, los cuentos por colores o símbolos y las normas básicas con un cartel de dibujo y texto.
  • La biblioteca será un lugar tranquilo, sin interferencias acústicas, con accesos sencillos, sin aglomeraciones. Estudiaremos su situación procurando que esté junto a una zona silenciosa; caso de no ser posible, sería conveniente algún tipo de insonorización o colocar corcho sobre los tabiques compartidos con otras zonas.

¿En qué formato leen mejor los niños? 

La mayoría de los niños leen libros en formato papel, aunque según van avanzando en esas crece el interés por el soporte digital. Loa adolescentes lectores ya manejen el formato digital con soltura y un porcentaje muy alto lo utiliza habitualmente.

Recomendaciones para leer mejor y desarrollar la comprensión lectora

"Lee en voz baja y después de manera silenciosa las siguientes frases. Recuérdalas cada día cuando comiences tu tiempo dedicado a la lectura"

  1. Leeré despacio si la lectura es difícil.
  2. Leeré más rápido si estoy buscando un dato o detalle determinado.
  3. Me detendré después de cada fragmento y reflexionaré sobre lo que ya he leído.
  4. Me detendré después de cada fragmento y me haré preguntas sobre lo que ya he leído.
  5. Leeré cada línea dos o más veces si tengo que memorizarlo, así lo recordaré mejor.
  6. Leeré algunas veces cada párrafo para entender las palabras más difíciles.
  7. Si la lectura es nueva, primero haré una lectura rápida para conocer de qué trata, después otra más despacito para comprender.
  8. Me detendré y me haré preguntas cada cuatro o cinco líneas para saber si voy comprendiendo el texto.
  9. Cuando termine de leer todo el texto, de nuevo me haré preguntas para saber si lo he comprendido en totalidad.
  10. Leeré prestando toda mi atención, muy concentrado y sin pensar en cosas ajenas a lo que estoy haciendo.
  11. Leeré un ratito sin llegar a cansarme y lo retomaré más tarde cuando haya descansado.
  12. Si me encuentro una palabra complicada y que no conozco, la deletrearé y la anotaré para buscarla en el diccionario o preguntar su significado, una vez asimilada, continuaré mi lectura.
  13. Leeré todo el tiempo que necesite si la lectura me cuesta un poco más, o aún no he adquirido el hábito de leer con constancia.
  14. Me detendré y pensaré que va a ocurrir en el próximo fragmento dentro de mi lectura, así me implicaré en la trama y me resultará todo mucho más emocionante.

Ana Roa, pedagoga y psicopedagoga


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