El retrato Oval. Historia de misterios para adolescentes

Historia basada en un relato de Edgar Allan Poe

 Las historias de Edgar Allan Poe son una amalgama de misterio, horror, y psicología oscura que han dejado una profunda huella en la literatura y la cultura popular. Son historias perfectas para adolescentes que quieren adentrarse en el misterio y el miedo.

Edgar Allan Poe

Este maestro del relato corto y la poesía, nacido en 1809 en Boston, Massachusetts, y fallecido en 1849 en Baltimore, Maryland, es uno de los escritores más influyentes y reconocidos en la historia de la literatura estadounidense. Las obras de Poe, a menudo situadas en ambientes oscuros y lúgubres, exploran las profundidades de la mente humana, la obsesión, el miedo y la decadencia.

Su habilidad para crear atmósferas inquietantes y personajes atormentados ha cautivado a lectores de todas las épocas y ha influido en generaciones de escritores, desde su contemporáneo Nathaniel Hawthorne hasta autores posteriores como H.P. Lovecraft, Stephen King y Neil Gaiman. Poe es considerado el padre del cuento de terror psicológico y pionero en la creación de relatos de detectives, con su célebre personaje C. Auguste Dupin, quien precedió a Sherlock Holmes en el mundo literario.

Sus cuentos cortos más conocidos, como "El corazón delator," "El pozo y el péndulo," y "El gato negro," son ejemplos magistrales de su capacidad para sumergir al lector en el abismo de lo desconocido y lo perturbador. Además de su narrativa, la poesía de Poe, incluyendo obras maestras como "El Cuervo" y "Annabel Lee," destaca por su oscuro romanticismo y su musicalidad melancólica.

La vida de Edgar Allan Poe estuvo marcada por la tragedia y el sufrimiento, elementos que también se reflejaron en su obra. Su turbulenta biografía, su lucha contra la adicción al alcohol y las dificultades financieras contribuyeron a forjar su visión sombría del mundo. A pesar de su corta vida, su legado literario perdura como un faro en la exploración de lo desconocido y lo macabro, y sus historias continúan intrigando, asustando y fascinando a lectores de todas las edades en todo el mundo.

El retrato oval

La historia de El retrato Oval. Relato para adolescentes

Había una vez un castillo antiguo y misterioso, ubicado en lo alto de una colina, donde la oscuridad y la grandeza se entrelazaban de manera imponente. Aunque parecía haber sido abandonado recientemente, su atmósfera estaba llena de secretos y sombras que despertaban la curiosidad de quienes se atrevían a acercarse.

Un hombre herido llegó a este lugar en busca de refugio, acompañado por su leal criado, Pedro. El hombre, aún débil por su herida, decidió explorar el castillo en busca de un lugar para descansar. Finalmente, eligió una habitación pequeña y lujosamente decorada en una apartada torre. Las paredes estaban cubiertas de tapices que mostraban trofeos heráldicos y numerosas pinturas enmarcadas en dorados arabescos. La belleza y la variedad de las obras de arte llamaron la atención del hombre, quien decidió examinarlas mientras se recuperaba.

La noche cayó rápidamente, y el hombre encendió las bujías de un candelabro colocado junto a su lecho. La luz reveló la riqueza de los detalles en las pinturas y la extraña arquitectura de la habitación.

Mientras exploraba el lugar, descubrió un pequeño volumen que yacía sobre la almohada. Era un libro que contenía la descripción y la crítica de las pinturas que adornaban la habitación. El hombre comenzó a leer con avidez mientras la tormenta rugía fuera del castillo. Las palabras del libro describían una historia que lo atrapó desde el principio.

Contaba la historia de un pintor apasionado y estudioso que, a pesar de estar comprometido con su arte, se enamoró de una joven de inigualable belleza y alegría. La joven, sin embargo, odiaba al arte y temía los instrumentos artísticos que alejaban a su amante de ella. A pesar de la resistencia inicial de la joven, el pintor la convenció para que posara para él en la oscura torre del castillo.

Mientras trabajaba en su retrato, la salud de la joven se marchitaba gradualmente a medida que la luz que iluminaba la habitación consumía su vitalidad. A pesar de su deterioro, la joven seguía sonriendo, sin quejarse ni mostrar resentimiento hacia el pintor. Las semanas pasaron, y el pintor continuó obsesionado con su obra, apenas apartando la mirada de la tela. La joven, cada vez más débil, seguía posando pacientemente mientras su vida se desvanecía. A medida que el retrato se acercaba a la finalización, los espectadores admiraban la asombrosa semejanza de la obra con la joven. Algunos decían que el retrato era una maravilla tanto de la habilidad del artista como de su profundo amor por la mujer.

Finalmente, llegó el momento de dar los últimos retoques al retrato. El pintor, en un trance de inspiración, aplicó las últimas pinceladas en los labios y los ojos de la joven. Fue entonces cuando, al mirar el retrato con admiración, exclamó: "¡Ciertamente, ésta es la vida misma!". En ese instante, volvió la cabeza para mirar a la joven que había posado pacientemente a su lado durante tanto tiempo. Pero en lugar de encontrarla sonriente, descubrió que ella estaba muerta.

La lectura del relato dejó al hombre profundamente impresionado. La historia del pintor obsesionado por su obra y la sacrificada joven que posó para él había dejado una marca indeleble en su mente. Se levantó y volvió su atención hacia la habitación, especialmente hacia una de las pinturas que había pasado inadvertida al principio. Era un retrato oval de la joven que había sido sacrificada por la pasión del pintor. La pintura capturaba su belleza y su vitalidad, pero también reflejaba la tristeza de su destino. El hombre contempló el retrato oval con reverencia, consciente de que la obra de arte encerraba una verdad profunda y perturbadora. La joven había sido consumida por el arte que su amante había creado, y su vida se había convertido en parte de la pintura. La obra maestra del pintor no era solo una representación de la vida, sino también una representación de la muerte.

Mientras la tormenta continuaba afuera, el hombre reflexionó sobre la historia que había leído y sobre el retrato oval que tenía ante él. Comprendió la tragedia de la joven y la obsesión del pintor. El arte, en su búsqueda de la perfección, había cobrado un alto precio. El hombre se sintió agradecido por haber sobrevivido a su propia experiencia en el castillo y por haber descubierto la historia que yacía en esas pinturas.

Con esta profunda reflexión, el hombre apagó las bujías y se recostó en su lecho, contemplando el retrato oval en la oscuridad. La tormenta rugía en el exterior, pero dentro de la habitación, reinaba un silencio sepulcral. La historia del pintor y la joven perduraría en su memoria, recordándole la importancia de encontrar un equilibrio entre la pasión por el arte y la vida misma.

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