Los momentos del día perfectos para hablar con tus hijos

¿En qué momentos del día puede ser más fácil comunicarnos con ellos?

En numerosas ocasiones los padres nos quejamos de que no hay manera de comunicarnos con nuestros hijos. Cuando tenemos ocasión de preguntar qué tal, ellos nos responden bienno... y  tras varios intentos de estímulo para que abandonen los monosílabos, acabamos desistiendo. Al principio pensamos que son muy pequeños y después, cuando crecen, algunos se vuelven más reservados... cuando llegan a la adolescencia directamente prefieren no contarnos nada. El caso es que nos dedicamos a ir detrás de ellos para saber algo más de lo que hacen y es "misión imposible".

Muchas veces nosotros no elegimos el mejor momento para hacerlo. Están viendo la tele, su serie favorita, y nosotros estamos al lado preguntando qué tal, cuéntame qué tal en el cole...  tampoco es el mejor momento la salida del cole, cuando están despidiendo a sus compañeros... Para favorecer un diálogo con los niños en lugar de un monólogo por nuestra parte, es importante considerar si el momento en el que estamos es adecuado. A veces no somos conscientes del cansancio, de terceras personas que pueden estar escuchando, de estímulos distractores... los momentos para comunicarnos con nuestros hijos requerirán cierta calma, respiración tranquila y escucha activa... es importante que ellos se conecten y ni sientan que les estamos interrogando...  Otra de las prioridades es evitar hacerles preguntas cerradas, preguntas que puedan responder con sí/no, bien/mal. Tenemos que hacer preguntas abiertas, que les obligue a darnos una respuesta de más de una palabra.

En las comidas familiares, cuando estamos sentados en la mesa y podemos vernos cara a cara, durante unos minutos podemos compartir unos momentos del día en los que nos han sucedido cosas interesantes. En esos instantes nos sentimos tranquilos y con atención plena. A diario, quizás no sea posible hacer esto al mediodía, pero probablemente podamos hacerlo durante las cenas,cuidado con  las tareas domésticas o la tele, no dejemos que entorpezcan nuestra labor. 

¿En qué momentos del día puede ser más fácil comunicarnos con ellos?

Por la mañana, cuando hay tiempo para desayunar con calma...

Si podemos comenzar el día disfrutando con calma de un desayuno junto a nuestros hijos evitaremos el estrés y afrontaremos nuestra jornada de trabajo de manera mucho más relajada. . Si tenemos el privilegio de poder desayunar en familia, es sin duda un momento excelente para hablar con ellos: preguntarles sobre su día en el colegio, comentar lo sucedido en  la jornada anterior y contarles nosotros también nuestras cosas. A veces es muy difícil porque el horario y las prisas no son compatibles, incluso dejando toda la ropa y materiales ya preparados la noche anterior... No obstante, siempre nos quedarán los fines de semana para poder hacerlo, pues por la mañana nos encontramos descansados y con la mente limpia.

Camino del cole...

Otro momento muy interesante a tener en cuenta es usar el trayecto en coche mientras los llevamos al cole o en el autobús, metro... En esta situación prescindiremos del móvil, salvo que nos quieran dar a conocer alguna nueva canción y podamos comentarla después con ellos. El trayecto hacia el colegio no tiene por qué ser "en piloto automático", aburrido  y monótono... Podemos aprovechar para conocer las necesidades de los niños o inclusive de los planes que haréis juntos a la salida del colegio, o en el fin de semana.

Una experiencia muy bonita que relató una familia hace unos meses consistía en la invención de un "lenguaje secreto" que solamente entendieran los niños y los papás, los mensajes cifrados son una divertida forma de decirles a nuestros hijos que estamos  con ellos y conectamos con sus emociones. 

Por la tarde: La hora de la merienda

Cuando recogemos a nuestros hijos del colegio, a veces los llevamos al parque o bien les permitimos un ratito de relax en casa mientras meriendan, antes de los deberes. En otras ocasiones los recogemos después de las extraescolares. Este momento también es ideal para hablar con ellos. Cuando salen del cole con tienen cosas que contarnos, y necesitan nuestra atención. Muchas veces estamos hablando por el móvil o contestando whatsapp sin darnos cuenta... Cuidado, este momento es ideal para compartir inquietudes, noticias del cole y novedades. Es importante no atender el teléfono y escuchar atentamente sus relatos, mantener una escucha activa de su día y aprovechar para interesarnos por lo que nos cuenta. Si ellos perciben que nos se les atiende se quedarán callados  o quizá se vuelvan demasiado insistentes dañando la comunicación. Además, podemos aprovechar para, algo tan sencillo y básico como jugar con nuestros hijos pues, a menudo, estamos inmersos en nuestros pensamientos, rutinas o preocupaciones y acabamos olvidando algo esencial... Jugar con nuestros hijos.

Por la noche: La hora de cenar y de dormir

Cuando nuestros hijos son muy pequeños, el momento del baño es muy importante y solemos cuidar hasta el último detalle para que todo sea perfecto. Allí estamos en comunicación continua con nuestros bebés. A medida que van creciendo, pasamos a cenar en familia. La cena, en muchos hogares, es el único momento del día en el que la familia comparte la mesa y  un ratito de conversación de manera positiva, por tanto se convierte en un hábito que no debemos perder; para ello es importante dejar los móviles a un lado, apagar la televisión y dedicarnos a estar todos juntos. Intentaremos abrir nuestros canales de comunicación al máximo, mirándonos a los ojos, parafraseando sus mensajes e interesándonos por lo que nos cuentan... ""me interesa mucho lo que me estás diciendo, igual que para ti es muy importante, para mí también lo es..."

El cuento, una tradición necesaria:

Conectando con los niños.

"La distancia más corta entre el hombre y la verdad es un cuento"

(Anthony de Mello)

"Como adultos, estamos acostumbrados a comunicarnos mediante explicaciones conceptuales. Un código de comunicación que compartimos y que permite que nos entendamos perfectamente entre nosotros. Lo utilizamos cuando nos comunicamos entre adultos y, por extensión, lo utilizamos también con los niños. Pero la mente infantil es poco receptiva a este código. A los niños les cuesta entrar en el significado de los conceptos, y aunque los pueden entender, difícilmente los recuerdan por mucho tiempo. Las explicaciones conceptuales calan muy poco en sus mentes infantiles, y les llegan muy poco. Por eso nos parece que tenemos que repetirles doscientas veces las cosas para que las asimilen, cuando lo que ocurre es que no les interesa lo que les contamos. Y es que sin darnos cuenta, les hablamos en un código de adultos que los adultos entienden y comparten, pero que a ellos les es completamente ajeno.

Pero comunicarnos con los más pequeños no es difícil. Exige solamente un cambio de código. Hemos de abandonar las explicaciones conceptuales y cambiarlas por la narración simbólica, es decir, las historias, los cuentos, las metáforas, las vivencias, o cualquier otro recurso narrativo que se nos ocurra"

Fuente elpais.com

El masaje, beneficioso siempre:

"El masaje infantil es un arte muy antiguo que forma parte de la tradición de muchas culturas en las cuales se ha ido transmitiendo de generación en generación. En los últimos años se está reintroduciendo en Occidente por los muchos beneficios que aporta, tanto para los bebés como para los padres, supone un enriquecimiento mutuo. Existen diversos estudios científicos que constatan la importancia en el desarrollo físico, mental y social que ejerce este contacto.

Los seres humanos pertenecemos a la especie denominada "de acarreo o de transporte". Los mamíferos que pertenecen a esta especie se caracterizan por tener un contacto continuo con sus crías, una alimentación muy frecuente, un instinto protector muy acentuado, etc. Nosotros al igual que estos mamíferos tenemos muy marcada esta necesidad de contacto, la cual no se suple con otros cuidados.

Este contacto se considera una "nutrición afectiva" y es tan necesaria como la propia alimentación del bebé.

En nuestra sociedad muchas veces se obvia la importancia de ofrecer un tiempo a nuestros hijos/as, regalándoles el beneficio del contacto con nuestras manos, nuestra mirada, nuestra sonrisa... Este contacto piel con piel es una necesidad humana básica y es la primera manera de comunicación que recibe el recién nacido, una comunicación afectiva no verbal. Además ayuda a establecer relaciones de confianza, seguridad e interacción positiva entre padres e hijos"

Fuente zonahospitalaria.com

El fin de semana:

En ocasiones, los días laborables se convierten en un auténtico maratón y puede complicarse esa dedicación exclusiva que tanto necesitan nuestros hijos. Una sugerencia interesante es solicitar su participación en las tareas domésticas. Ellos puedes ayudarnos a hacer la compra, a preparar la comida...

También podemos preparar actividades como practicar deporte en familia montando en bicicleta, salir de excursión cuando el tiempo lo permita, bailar todos juntos con una coreografía previa... La mayoría de estos momentos están al alcance de cualquiera de nosotros, pues son situaciones cotidianas que no requieren de mucho tiempo. La comunicación familiar está llena de oportunidades y situaciones relajantes... cuidado con aprovechar estos momentos para  "un tercer grado"... A veces basta con escuchar.

Temas para tratar con nuestros hijos en esos momentos tan especiales...

Os proponemos una serie de temas para iniciar conversaciones:

  • ¿Qué te ha gustado más hoy y qué te ha gustado menos? (lo mejor del día y lo menos interesante)
  • ¿A qué has jugado durante el recreo?
  • ¿Qué reto o problema has tenido que superar hoy?
  • Opinión sobre un tema de actualidad
  • Mira lo que me ha pasado... ¿qué habrías hecho en mi lugar?

Ana Roa, pedagoga y psicopedagoga
www.roaeducacion.com
roaeducacion.wordpress.com


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