Bullying, ¿cómo detectar si mi hijo ejerce acoso escolar?

12 pautas que debes seguir cuando tu hijo se comporta como acosador

El Dr. Dan Olweus es considerado el pionero en el estudio e investigación de la intimidación y en la utilización de la palabra bullying (Término inglés que procede del vocablo holandés "boel"), implantó en la década de los 70 en Suecia un estudio que culminaría con un completo programa antiacoso para las escuelas de Noruega. 

El acoso o bullying se define como una práctica de conducta cruel o dominante sobre otros, generalmente menores o más débiles. Se trata de utilizar la violencia de forma destructiva para manifestar el poder.

Los tipos de Bullying pueden ser:

  • Físico (empujones, agresiones con objetos...) que son más frecuentes en Primaria.
  • Verbal (motes, insultos, menosprecios públicos...) siendo el más habitual según las investigaciones.
  • Psicológico (llegando a fomentar una sensación de temor y minar la autoestima de la víctima).
  • Social (al pretender aislar a la víctima del resto de compañeros).
  • Ciberacoso (amenazas, textos o imágenes agresivos o despectivos enviados por redes sociales, comentarios publicados en Internet...)

¿Cómo detectar si mi hijo ejerce acoso?

El acoso no aparece como acontecimiento aislado se prolonga a lo largo del tiempo e incluso puede agravarse; además, el acosador suele estar apoyado por un grupo que aprueba e intensifica su conducta violenta y muchas personas cercanas pero no implicadas en el hecho, manifiestan, en muchas ocasiones, pasividad, indiferencia o ignorancia.

Existe el riesgo de acosador cuando...

  • Espera y quiere que hagan siempre su voluntad.
  • Le gusta probar la sensación de poder.
  • No se siente bien o no disfruta con otros niños.
  • Sufre intimidaciones o algún tipo de abuso en el hogar o en la escuela.
  • Es frecuentemente humillado por los adultos.
  • Vive bajo constante presión para que tenga éxito en sus actividades.

En el caso de los niños acosadores, no encontramos un único perfil. El acoso escolar no entiende de posición social o de rendimiento académico. Por ello, se pueden encontrar acosadores con calificaciones académicas negativas o conductas disruptivas y acosadoras?con un buen expediente académico y sin conflictos con la autoridad. No obstante, podemos establecer rasgos comunes:

  1. Tendencia a abusar de la fuerza y la violencia.?Se implican en peleas y enfrentamientos, se burlan de los compañeros...
  2. Se identifican con el?modelo basado en el dominio y la sumisión. La persona ejerce su poder sobre otra, que no es capaz de defenderse por sí misma (es el mismo modelo que explica la violencia de género)
  3. Presentan falta de empatía, les cuesta entender el sufrimiento que causan.
  4. Suelen se impulsivos, con baja tolerancia a la frustración.
  5. Carecen de habilidades de resolución de conflictos, resuelven de manera violenta.
  6. No respetan los límites ni las normas, tienen dificultad para convivir de manera respetuosa tanto en casa como en el colegio.
  7. No muestran capacidad de autocrítica ni se sienten responsables del daño causado.
  8. Utilizan el acoso para llamar la atención

¿Qué consecuencias plantea el acoso en el agresor?

  1. Disminución de su capacidad de comprensión moral y empatía.
  2. Incremento de la identificación con el modelo dominio-sumisión.
  3. Riesgo de la utilización de la violencia en el futuro y en otros contextos.
  4. Acoso laboral y violencia de género.

El acosador?aprende a utilizar la fuerza como método para conseguir lo que desea?y como la manera adecuada para resolver sus problemas. La utilización de la violencia ejerciendo poder sobre otra persona (modelo de dominio-sumisión), se establece como norma. Si el niño toma la violencia como forma de relacionarse en el colegio, probablemente?en un futuro también lo hará en su lugar de trabajo, o en sus relaciones de pareja.?Para evitar que esto ocurra es necesaria una prevención desde los primeros años y educando a nuestros hijos en valores, con nuestro ejemplo y con una sólida comunicación familiar, estarán suficientemente protegidos.

¿Cómo se comportan los acosadores con las víctimas?

  • Provocando el aislamiento en cualquier situación entre iguales. 
  • Usurpando y destruyendo objetos de su propiedad.
  • Insultando o agrediendo con palabras, burlas o ridiculizando determinadas carencias, defectos o deficiencias de la víctima ante un público objetivo. 
  • Coaccionando con amenazas con el fin de llegar a un sometimiento de la voluntad de la víctima. Agrediendo físicamente con golpes o empujones. 

Según José Antonio Luengo, licenciado en Psicología, especialista en Psicología Educativa y Sanitaria, Secretario de la Junta de Gobierno del Colegio de Psicólogos de Madrid, el problema se agrava cuando los niños acosados, en algún caso, se vuelven acosadores, "porque reconocen, en ocasiones, que prefieren mil veces los reproches de padres y profesores por portarse mal con otros, que ser el objetivo de todas las críticas" 

Los alumnos que acosan presentan: 

  1. Acentuada tendencia a abusar de su fuerza y mayor identificación con el modelo social dominio-sumisión.
  2. Dificultades para ponerse en el lugar de los demás y falta de empatía.+ Identificación de la víctima que eligen con palabras como chivato o cobarde. Impulsividad, baja tolerancia a la frustración, insuficientes habilidades alternativas a la violencia.
  3. Dificultades para cumplir normas y mala relación con el profesor/a.
  4. Escasa capacidad de autocrítica y ausencia de sentimiento de culpabilidad.
  5. Utilización del acoso como forma destructiva de obtención de protagonismo.
  6. Dificultades en el aprendizaje de alternativas a la violencia en la propia familia.

¿Qué hacemos para ayudar a nuestros hijos?

Como padres nos resulta muy difícil asumir que nuestro hijo se está comportando como acosador. Cuando recibimos esta noticia, nos sentimos culpables y tendemos a negar los hechos, sentimos que hemos fallado en la educación de nuestros hijos... una vez que vamos dejando atrás estos momentos, tomamos conciencia de que la negación y la rabia no van a ayudarnos a reconducir?la situación... En primer lugar, hay que analizar por qué el niño decidió asumir esa posición... Quizá exista un precedente social importante que lo incite o puede que desde la primera infancia el niño no fue orientado a manifestar sanamente emociones como la rabia, frustración, el miedo... Otros chicos sencillamente repiten conductas de vivencias del entorno, situaciones de violencia, abandono, abusos... que probablemente se descubrirán cuando se muestre como acosador.

Cuando tu hijo se comporta como acosador... 

  1. Investiga por qué.
  2. Habla con los profesores.
  3. Acércate más a los amigos de tu hijo y observa qué actividades realizan (comportarse como agresor es sinónimo de superioridad, de liderazgo y esta persona en la mayoría de los casos cuenta con un grupo de apoyo para cometer esos actos).
  4. Establece un canal de comunicación y confianza con tu hijo ("escucha activa") Es prioritario conversar con tu hijo para que entienda que sus conductas llevan a consecuencias en el plano escolar y familiar.
  5. Mantén una actitud colaborativa con el colegio en el seguimiento del caso y evalúa las mejoras. Resulta muy útil hablar con el departamento de orientación para acordar estrategias sobre el afrontamiento de la situación.
  6. Canaliza la conducta agresiva del chico hacia algún deporte de competición.
  7. Señala a tu hijo que la conducta de acoso no está permitida por la familia.
  8. No ignores la situación. Mantén la calma y procura saber cómo ayudar a tu hijo.
  9. Ayuda a tu hijo a manifestar sus insatisfacciones y frustraciones sin agresión.
  10. Demuestra a tu hijo que le quieres pero desapruebas ese comportamiento.
  11. Anímale a que reconozca su error y pida perdón a víctima.
  12. Busca ayuda de un profesional tanto para corregir la conducta de acosador como para dotar de herramientas a la familia para afrontar la situación.

Condiciones básicas para la prevención de la violencia desde el ámbito familiar

La familia ante el bullying:

  • Relación afectiva y cálida sin sobreprotección.
  • Cuidado atento a las necesidades cambiantes de seguridad y autonomía.
  • Disciplina consistente sin autoritarismo ni negligencia.
  • Supervisar las compañías de los niños, interesarse por los lugares que frecuenta...
  • Determinar los límites elementales y las normas aplicando consecuencias por su incumplimiento Educar en la adquisición de habilidades sociales.
  • Crear un clima de comunicación y confianza. Donde tú y tu hijo podáis hablar y expresar vuestros sentimientos.
  • Fomentar que tu hijo entienda la responsabilidad de sus actos.
  • Eliminar críticas no constructivas, burlas que hacemos de forma inconsciente.

Ana Roa, pedagoga y psicopedagoga

Artículos relacionados

Comentarios

¡Sé el primero en comentar!