¿Hasta cuando conviene darle el pecho al bebé?

Información clara para decidir sin culpas ni presiones


Publicado por Patricia Fernández, bloguera y periodista especializada en ocio y tiempo libre
Creado: 19 de septiembre de 2011 11:59 | Modificado: 21 de diciembre de 2025 11:35


Los consejos sobre lactancia vuelan por todas partes: en el parque, en el grupo de WhatsApp, en la consulta, en casa de los abuelos... Pero cuando toca decidir hasta cuándo dar el pecho, la respuesta no debería venir de las presiones externas, sino de información fiable y de lo que la madre y el bebé necesitan.

Hasta cuándo dar el pecho al bebé

Qué recomiendan los organismos oficiales y por qué

La mayoría de sociedades científicas y la Organización Mundial de la Salud coinciden en unas líneas generales:

  • Lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida: es decir, solo leche materna, sin agua, infusiones ni otros alimentos.
  • A partir de los 6 meses, introducir alimentación complementaria (purés, papillas, BLW...) y mantener el pecho hasta los 2 años o más, mientras madre e hijo lo deseen.

Esto no significa que a los 2 años "haya que" dejar el pecho, sino que se considera seguro y beneficioso continuar más allá si ambas partes están cómodas. Cada familia encontrará su propio momento.

A partir de los 6 meses el pecho sigue siendo importante

Al llegar a los 6 meses, el bebé ya no se alimenta solo de leche. Empiezan las primeras frutas, cereales, verduras, legumbres, carne... poco a poco. Pero el pecho sigue siendo una pieza central:

  • Aproximadamente, la leche materna puede seguir aportando alrededor del 50 % de las calorías durante algunos meses.
  • Aporta proteínas, grasas, vitaminas y, además, anticuerpos y factores de protección que ayudan al sistema inmunitario del bebé.
  • Es consuelo, contacto, regulación emocional y fuente de hidratación.
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La alimentación complementaria se llama así por algo: complementa, no sustituye de golpe a la leche. El paso de un modelo "todo pecho" a uno mixto debe ser gradual y respetuoso con el ritmo del niño.

Introducción de la alimentación complementaria: despacio y observando

Entre los 4 y los 6 meses, algunos pediatras pueden valorar introducir alguna toma de alimentación complementaria en situaciones concretas, por ejemplo:

  • Si la madre se reincorpora al trabajo.
  • Si no puede extraerse leche suficiente para las tomas en su ausencia.

En estos casos, se puede comenzar antes con algunos alimentos o con pequeñas cantidades, siempre siguiendo indicaciones profesionales. La clave es:

  • Introducir cada alimento de forma progresiva, dejando unos días entre uno nuevo y otro para observar tolerancia.
  • Mantener la lactancia materna como base, siempre que sea posible.
  • Respetar las señales de hambre y saciedad del bebé.

Destete: ¿quién decide cuándo se acaba la lactancia?

Aquí entra una parte muy importante: la decisión de finalizar la lactancia no la marca el calendario, sino la realidad de esa madre y ese bebé. En general, se suele hablar de dos grandes tipos de destete:

Destete inducido (decisión de la madre)

Es aquel que se inicia porque la madre así lo desea o lo necesita: por cansancio, por trabajo, por motivos de salud o simplemente porque siente que ha llegado su momento.

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Algunas recomendaciones generales:

  • Hacerlo poco a poco, retirando tomas de manera gradual para que el cuerpo se adapte y evitar molestias en el pecho (ingurgitaciones, mastitis).
  • Empezar retirando, por ejemplo, las tomas diurnas que el bebé menos demande y mantener alguna toma de consuelo (como la de la noche) si se desea.
  • Ofrecer alternativas de consuelo: brazos, cuentos, mimos, agua, contacto. El pecho no es solo alimento, también es vínculo.
  • Comunicarlo con calma al bebé, aunque sea pequeño: el tono, la paciencia y la repetición de rutinas le ayudan a entender que algo cambia pero que sigue estando acompañado.

Destete natural (decisión del niño)

Es el destete que se produce porque el bebé o el niño va perdiendo interés progresivamente por el pecho.

Puede ocurrir que:

  • De pronto rechace algunas tomas, sobre todo cuando ya come bastante sólido.
  • Vaya espaciando las tomas hasta que un día deja de solicitarlas.
  • Haya una mezcla de etapas con más pecho y otras con menos.

A veces el desteteparece brusco; otras, casi ni se nota. En ambos casos, es importante respetar el proceso y, si la madre desea continuar y percibe un "rechazo" repentino, valorar con un profesional si hay algo más (un diente que duele, un cambio de sabor de la leche por embarazo, etc.).

¿Hay una edad "máxima" para dar el pecho?

No existe una edad "tope" universal a partir de la cual la lactancia sea mala o inadecuada. En muchos países, la lactancia prolongada (más allá de los 2 años) es algo habitual y socialmente aceptado.

Lo que sí conviene tener en cuenta es:

  • A partir del año, la leche sigue siendo beneficiosa, pero el niño debe tener ya una alimentación sólida variada y equilibrada.
  • Es recomendable evitar comentarios culpabilizadores, tanto hacia quienes dejan el pecho pronto como hacia quienes lo prolongan. Cada caso es distinto.
  • Si a la madre la lactancia le resulta dolorosa, agotadora o fuente de conflicto constante, es importante pedir ayuda y valorar opciones: ajustar la técnica, espaciar tomas o, si se decide, iniciar un destete acompañado.

Factores que influyen en la decisión

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La respuesta a "¿hasta cuándo conviene darle el pecho al bebé?" no puede ser idéntica para todas las familias. Influyen muchos factores:

  • Salud del bebé y de la madre.
  • Circunstancias laborales y de conciliación.
  • Apoyos disponibles (pareja, familia, entorno laboral).
  • Preferencias personales y culturales.
  • Experiencias previas con la lactancia.

Lo más sano es que la decisión se tome con información, sin culpas y sin convertir la lactancia en una especie de examen de maternidad. No dar el pecho no convierte a nadie en mala madre; mantenerlo "más tiempo de lo esperado" tampoco.

Cómo hacer que el destete sea más fácil para todos

Independientemente del momento elegido, hay algunas ideas que pueden suavizar el proceso:

  • Planificarlo, siempre que sea posible, evitando épocas de cambios muy grandes (inicio de guardería, mudanza, llegada de un hermano, etc.).
  • Reducir las tomas asociadas a aburrimiento ("teta porque sí") ofreciendo actividades alternativas.
  • Mantener rutinas de contacto: si antes el momento de dormir era con pecho, sustituirlo por cuento, canción o masaje.
  • Aceptar que puede haber llantos y protestas: el bebé no pierde solo alimento, también su forma habitual de consolarse. Acompañar sus emociones es parte del proceso.

Escuchar al bebé y escucharte a ti

En resumen, más que preguntarse "¿hasta cuándo es correcto dar el pecho?", quizá conviene reformularlo:

  • ¿Estamos bien así, mi bebé y yo?
  • ¿Disponemos de la información y el apoyo que necesitamos?
  • ¿Quiero continuar, quiero parar o necesito cambiar algo en esta lactancia?

La lactancia materna tiene enormes beneficios, especialmente en los primeros meses de vida, pero no debería vivirse como una cadena. Escuchar al niño y escucharse a una misma, con información fiable y apoyo profesional cuando haga falta, suele ser la mejor brújula para decidir hasta cuándo seguir amamantando.

 

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