Claves para comunicar un fallecimiento a un niño

Consejos para ayudar a los niños a afrontar el dolor ante la pérdida

¿Cómo podemos comunicar un fallecimiento a un niño o niña?, ¿Cómo decirle que ya no verá nunca más a alguien que conoce?

Cada familia tiene una tradición cultural, una ideología y una manera diferente de comunicarse con sus hijos. No hay respuestas universales. Seguramente una explicación válida para unas personas puede no funcionar con otras.

Sin embargo, sí es importante hacer partícipe a un niño del fallecimiento de una persona, le ayudará a enfrentarse al dolor. Hablarle y escucharle con el corazón le reconfortará. Necesita saber lo que ha ocurrido y lo que va a pasar. Estas pautas y consejos pueden ayudarte a afrontar ese momento en el que el niño recibe la noticia de que un ser querido ha fallecido, así como ideas para reconfortarle y apoyarle a partir de entonces. 

Claves para comunicar un fallecimiento a un niño

cómo comunicar el fallecimiento a un niño o niña

Debemos explicar el fallecimiento al niño

Ante situaciones de gran dolor, a menudo se trata de dejar al margen al niño para evitarle el sufrimiento. Los adultos abrumados lloran y se consuelan mutuamente, pero el niño, con una información inexacta e incompleta, se siente excluido, abandonado y confuso. Por pequeño que sea, percibe cuando las cosas no van bien y si no se le ofrece una información concreta y no se le hace partícipe, puede distorsionar la realidad y creerse sus propias fantasías. Necesita también llorar la pérdida, hablar sobre lo que entiende, piensa y siente y sobre todo sentir que pertenece a un grupo familiar.

Es importante hablar con ellos pronto, antes de que lo hagan amigos y parientes o se hagan una composición de lugar errónea a partir de los comentarios que escucha. En un lugar tranquilo y de la manera más cariñosa y calmada posible explicarle la situación comprobando que va entendiendo lo que intentamos decirle. En principio, bastará con lo más elemental, que la persona ha muerto, de qué y qué significa estar muerto. No se trata sólo de darle información científica o los detalles del suceso, sino de averiguar a través de sus palabras y reacciones lo que ya sabe, lo que siente y lo que le preocupa. Saber que trataremos de responder lo mejor posible a sus preguntas y que estaremos a su lado en todo momento le ayudará a superar la pérdida.

También le dará seguridad saber lo que ocurrirá en los días sucesivos y cómo le va a afectar a él (si faltará al colegio, si tendrá que viajar, si cuidará alguna persona de él, etc.)

Cómo ayudar al niño a comprender el significado de la muerte 

A continuación hay que dejarles claro que morirse significa que el cuerpo de la persona deja de funcionar y que ya no va a volver a hacerlo. Les pueden surgir infinidad de preguntas (¿puede oírnos?¿por qué no se mueve?¿por qué no lo arreglan?...), pero las respuestas debe girar en torno a esta explicación ("una vez que el cuerpo deja de funcionar no se puede poner de nuevo en marcha y ya no puede hacer ni sentir las cosas que antes hacia").

Evitar los eufemismos al hablar de la muerte con los niños

Si les decimos "nos ha dejado", "ha perdido a su padre" o "se ha ido al cielo", para el niño quizás suponga que algún día vuelva a casa. También hay que evitar la palabra "sueño", porque cuando duermes, aunque tienes los ojos cerrados tu cuerpo funciona e incluso puede llegar a tener miedo de quedarse dormido.

Realizaremos las aclaraciones necesarias

Pueden relacionar sucesos que no tienen nada que ver ("si se mueren los ancianos mis padres también podrían morirse", "si se murió de un dolor de cabeza y a mi madre también le duele..."). Es importante diferenciar entre enfermedades realmente graves o estar simplemente "enfermos", entre ser muy viejo o sólo mayor, entre "viejo y enfermo" y "viejo y no enfermo".

Decirle que su abuela+ que ha quedado dormida o que se ha ido al cielo, puede hacerle pensar que en cualquier momento puede despertar o volver. Si queremos ayudarle a superar el miedo a la muerte debemos entablar un diálogo sincero con ellos.

Más consejos sobre la forma en la que podemos comunicar un fallecimiento a un niño

hablar con nin?os de la muerte

Hablaremos con los niños sobre lo que pasará tras el fallecimiento

Contarles lo que pasará a continuación (velatorio, entierro, funeral...) le hará estar mejor preparados e incluso decidir si quiere asistir o no.

Las reacciones pueden ser innumerables. Desde no estar nada afectados, a estar enfadados con sus padres por pasar demasiado tiempo con la persona enferma, consigo mismos por haberle deseado algún daño al difunto, con el difunto por haberle abandonado; culpable por no haberle visitado antes de morir; responsable del fallecimiento por un mal comportamiento; miedo por si le pasa a él ... Por todo esto es muy importante que los niños entiendan por qué murió la persona. Y si preguntan algo que no podemos responder es mejor admitir que no lo sabemos que llenarle la mente de verdades a medias o evasivas. Ellos, a su nivel, merecen contestaciones a sus preguntas.

Hay que tener en cuenta la edad del niño

Cuando vamos a comunicar un fallecimiento a un niño debemos estructurar antes lo que vamos a decir para asegurarnos que entienden lo que intentamos decirles. Para ello hay que valorar su edad, su madurez y los conocimientos que ya tiene sobre la muerte. El mensaje que le daríamos a un niño de cinco años es muy distinto al que le daríamos a un adolescente. La explicación también variará si la muerte ha sido consecuencia de una larga enfermedad o de un accidente repentino, ó si se es o no creyente, pero en general ?y por lo menos en un principio- los niños no necesitan que les bombardeen con un sinfín de detalles. Una explicación sencilla y sin cuentos de hadas es lo más adecuado.

Los niños tienen edades e inquietudes diferentes y según la persona que fallezca les afectará en mayor o menor medida. Para los más pequeños, su familia es el centro de su mundo y su mayor temor es quedarse solo, por lo que las explicaciones deben ir encaminadas a tranquilizarles de que estaremos a su lado todavía durante mucho tiempo y en el caso de que no sea así, siempre habrá alguien que cuide de él.

A partir de los seis años suelen personificar la muerte como un agente externo que les puede atrapar, por lo que todavía deberemos dedicar mucho tiempo para ayudarles a entender lo que es la muerte.

Hacia los nueve años, muchos niños consideran la muerte como un castigo por un mal comportamiento (por ejemplo desearle mal a alguien por un enfado), por lo que es importante que sepan que los deseos no matan.

Los preadolescentes, por sus conocimientos científicos, ya pueden procesar los detalles biológicos de lo ocurrido y los adolescentes, seguramente son conscientes de lo que significa la muerte en toda su extensión, pero en esta época de inestabilidad, hay que estar muy cerca de ellos para ayudarles a entender sus emociones y a superar el dolor.

Debemos tener en cuenta otras circunstancias

No es lo mismo que fallezca un vecino, un abuelo tras una larga enfermedad o un hermano en un trágico accidente. Situaciones tan distintas requieren diferentes palabras. Resumir en un espacio tan corto tanta información y tan delicada es complicado, pero recogiendo vuestras opiniones, creo que merece la pena subdividir el tema, para tratar de concretar algo más la próxima quincena.

Ayudarles a entender su estado emocional

Los niños pueden no entender el concepto de la muerte, pero captan perfectamente el ambiente de tristeza. Es importante que sepan que es normal estar triste cuando alguien se muere por lo que podemos empezar por un "Ha ocurrido algo muy triste...","Estamos muy tristes porque..."

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