¿Tienes problemas a la hora de acostar a tu hijo?

Consejos para que los niños se vayan a la cama sin protestar

Hay niños que se niegan o protestan cuando los padres les obligan a irse a la cama. Otros se acuestan sin problemas, pero cuando los padres salen de la habitación arman el gran escándalo. Y a veces, el niño insiste en realizar una serie de rituales antes de acostarse, los cuales pueden durar bastante rato. Hay para todos los gustos. Si tienes problemas a la hora de acostar a tu hijo, puede ayudarte conocer el por qué de la situación y qué métodos puedes poner en práctica para evitar las rabietas, llantos u otras situaciones estresantes de noche.

¿Por qué algunos niños no quieren acostarse?

problemas a la hora de acostar al niño

Muchos niños se niegan a acostarse antes de que sus padres lo hagan. Esto para muchos padres no es un problema, incluso les satisface. Pero para la gran mayoría no es admisible, ya que es el único rato libre para relajarse o estar juntos. Generalmente funciona actuar con firmeza, pero es necesario también saber qué está ocurriendo. No es lo mismo que el niño tenga miedo, realice actividades demasiado excitantes antes de irse a dormir, haya problemas en casa, esté demasiado espabilado o sólo proteste ante uno de los padres. En cada caso habrá que actuar de forma diferente. Veamos cada caso por separado: 

1. Niños que no quieren acostarse por no estar solos

niños que no se quieren ir a dormir

Es desesperante cuando el niño empieza a llorar cada vez que uno de sus padres sale de la habitación. Es muy importante la forma de reaccionar del adulto. Tal vez le cueste conciliar el sueño, y aunque el niño lloriquee o se queje, cuando la madre sale generalmente el niño se calla. Pero si dejamos que el llanto nos altere y entramos de nuevo en el dormitorio de forma ruidosa y encendiendo la luz, impediremos que el niño concilie el sueño y podemos crear un problema innecesario.

2. Niños que comienzan con exigencias al irse a la cama

Hay niños que reclaman tener las luces encendidas, y si aceptan apagarlas, ponen como condición dejar la puerta abierta, las cortinas descorridas o sus juguetes ordenados de una determinada forma. El niño con estas rutinas se siente más seguro y protegido, por lo no se deben impedir salvo que conlleve a una situación fuera de control. Con el paso del tiempo dejarán de hacerlo.

3. Miedo a la oscuridad

Muchos niños sienten temor a la oscuridad, un miedo muy frecuente a la infancia que además puede perdurar durante años. En este caso, no debemos reírnos de sus miedos, ni restarles importancia, tampoco convertirlos en el centro de la atención. 

Cosas que ayudan a la hora de acostar al niño

No hay un método único si tienes problemas a la hora de acostar a tu hijo porque las circunstancias cambian en cada caso, pero sí hay determinadas estrategias que pueden ayudar:

-Dejarle llorar no es el único método, sobre todo si va en contra de los instintos naturales de los padres.

-Realizar actividades sosegadas inmediatamente antes de acostarse o un buen baño le relajará.

-Establecer una rutina antes de acostarse, llevar a cabo un ritual que implique contacto afectivo, tradiciones y costumbres familiares, contribuye a que irse a la cama se convierta en algo placentero y a que sepa lo que se espera de él.

-Tener en cuenta las características de cada niño para establecer los horarios es fundamental. Si llega demasiado fatigado a la hora de acostarse estará muy irritable. Si por el contrario está poco cansado le costará conciliar el sueño. Un poco de ejercicio por la tarde contribuirá a que coja la cama con gusto.

-Dedicar tiempo de calidad al niño en algún momento del día hará menos probable que el niño requiera la presencia continua de los padres para velar su sueño.

Virginia González. Psicóloga y maestra de Educación Infantil

Virginia González


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