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Cómo actuar si tu hijo critica a otros niños constantemente

Niños criticones ¿porqué?


Publicado por Patricia Fernández, bloguera y periodista especializada en ocio y tiempo libre
Creado: 24 de junio de 2025 11:37 | Modificado: 24 de junio de 2025 12:20


A veces, los padres nos sorprendemos al escuchar a nuestros hijos criticar o juzgar a otros niños. Este comportamiento, aunque puede resultar incómodo, tiene un origen emocional que merece ser comprendido. Saber cómo actuar es clave para enseñarles respeto y empatía desde la infancia.
"Esa niña se viste raro", "ese niño no sabe jugar", "yo lo haría mejor que él". Estas frases, que a veces escuchamos de boca de nuestros hijos, pueden generarnos preocupación. ¿Por qué critican tanto a otros niños? ¿Están imitando algo? ¿Se creen superiores? Lo cierto es que el juicio hacia los demás, cuando se convierte en costumbre, no debe pasarse por alto. Más allá de la incomodidad que genera, puede ser una señal de que el niño necesita trabajar la empatía, la seguridad en sí mismo o la manera en que gestiona sus emociones.

Este artículo busca responder a una pregunta muy frecuente en familias y aulas: ¿qué hacer cuando un niño critica constantemente a sus compañeros o amigos? Exploraremos las causas más comunes de este comportamiento, cómo afrontarlo en casa y qué herramientas pueden ayudarnos a fomentar el respeto, la aceptación y la amabilidad en su manera de relacionarse con el mundo.

Niños que critican

¿Por qué algunos niños critican a los demás?

Criticar a otros niños no siempre es una señal de malicia o superioridad. De hecho, puede tener detrás muchas causas diferentes:

1. Baja autoestima

Paradójicamente, algunos niños critican a los demás para sentirse mejores. Cuando no se sienten seguros de sí mismos, pueden intentar "bajar" al otro para "subir" ellos. Las críticas se convierten en un escudo que tapa su inseguridad.

2. Modelos adultos

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Los niños observan y repiten. Si en casa o en su entorno oyen comentarios críticos constantes sobre los demás, el aspecto físico, la forma de ser, la ropa, los errores ajenos, tienden a imitar esa conducta como algo normal.

3. Falta de empatía o inmadurez emocional

La empatíase desarrolla con el tiempo. Algunos niños simplemente no son conscientes del daño que puede causar una crítica o no han aprendido a ponerse en el lugar del otro.

4. Necesidad de atención o liderazgo

Criticar puede ser una forma de destacar, llamar la atención o tomar el control del grupo. Algunos niños adoptan esta actitud para imponerse o sentirse importantes.

Claves para actuar en casa con respeto y firmeza

1. No ignores ni minimices la conducta

Es tentador responder con un "bah, cosas de niños" o incluso reírse, pero si las críticasse repiten, conviene intervenir. Si normalizamos este comportamiento, estamos enviando un mensaje confuso: que está bien juzgar a los demás.

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2. Pregúntale con calma por qué lo ha dicho

Evita el reproche inmediato. Pregunta: "¿Por qué crees que has dicho eso?", "¿cómo te sentirías tú si alguien dijera eso de ti?". Muchas veces no hay una intención maliciosa, sino una confusión o una reacción automática.

3. Invita a reflexionar, no a avergonzarse

No se trata de hacer sentir culpable al niño, sino de ayudarle a ver lasconsecuencias. Por ejemplo: "Quizá a ese niño le gusta vestirse así. Todos somos diferentes y eso está bien", o "Si alguien te dijera eso, ¿cómo te harías sentir?".

4. Fomenta el lenguaje positivo

Anímale a buscar cualidades positivas en los demás. Puedes jugar a decir tres cosas buenas de cada compañero, o a imaginar qué cosas buenas podría estar sintiendo el otro niño. Es un buen ejercicio para redirigir el enfoque.

¿Qué hacer si el hábito de criticar persiste?

1. Revisa tu propio lenguaje

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Los niños absorben lo que oyen. Si en casa criticamos a vecinos, familiares, compañeros de trabajo o incluso personajes públicos, es probable que los niños repitan ese patrón. Haz un ejercicio de conciencia sobre cómo hablas delante de ellos.

2. No le etiquetes como "niño criticón"

Las etiquetas crean identidad. En lugar de decir "eres muy criticón" o "siempre estás juzgando", intenta reformular: "Últimamente estás diciendo cosas poco amables sobre los demás. ¿Qué podemos hacer para mejorar eso?".

3. Refuerza los comportamientos empáticos

Cuando tenga una actitud amable, inclusiva o tolerante, hazlo notar. Refuerza con frases como "me ha encantado cómo has respetado la opinión de tu amigo" o "ha sido muy bonito lo que le has dicho".

4. Crea espacios para hablar de emociones

En muchas ocasiones, los niños critican porque están frustrados, tristes o necesitan expresar algo que no saben cómo decir. Hablar a diario sobre cómo se han sentido en el cole o en el parque ayuda a reducir la tensión acumulada.

Ejercicios para fomentar el respeto y la empatía

  • Juego del espejo: Cada vez que diga algo negativo de alguien, pídele que lo diga como si se lo dijera a sí mismo. Ayuda a tomar conciencia del impacto emocional.
  • El "reto de la bondad": Proponle un día sin críticas y con al menos tres comentarios positivos hacia otras personas.
  • Libros o cuentos sobre respeto: Hay excelentes títulos infantiles que trabajan la empatía, la diversidad y el respeto(como Elmer, Por cuatro esquinitas de nada o Yo voy conmigo).
  • Diálogos teatrales: Escenificar situaciones en las que se producen críticas y luego cambiarlas por versiones amables puede ser un juego divertido y educativo.

¿Cuándo pedir ayuda profesional?

Si el niño critica de forma constante y esas críticas derivan en aislamiento, conflictos frecuentes, actitudes agresivas o falta de amigos duraderos, puede ser útil consultar con un orientador escolar o un psicólogo infantil. En algunos casos, detrás de esa actitud puede haber problemas de autoestima más profundos o dificultades para socializar.

Enseñar a mirar con ojos más amables

Criticar es humano. Todos lo hacemos en algún momento. Pero cuando se convierte en una costumbre, especialmente en la infancia, es importante pararse a mirar qué hay detrás. Los niños necesitan referentes que les enseñen a convivir con la diferencia, a aceptar lo que no comprenden y a expresarse con respeto incluso cuando algo no les gusta.

No se trata de evitar toda crítica, que también puede ser constructiva, sino de enseñarles a hacerlo desde un lugar de respeto y empatía. Como padres y madres, nuestra tarea no es silenciar sus opiniones, sino acompañarlos a convertirlas en herramientas de convivencia y crecimiento.

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