Cómo ayudar al niño a controlar esfínteres

Cómo ayudar al niño a controlar esfínteres

El control de esfínteres es un proceso complejo, ya que intervienen una serie de sistemas y órganos que necesitan de una maduración. No por iniciar la educación del aseo muy temprano e insistir de manera muy intensa, se acelera el control de la vejiga y el intestino.

Sin prisa pero sin pausa

Nuestros abuelos comenzaban enseguida con la educación del aseo, por eso de dejar cuanto antes de lavar pañales, pero no siempre se conseguía con éxito. Hoy en día los pañales desechables son una revolución. Su comodidad para padres y niños hace que se pueda esperar sin demasiada impaciencia a que el niño nos indique que está preparado. Pero una vez llegado el momento, hay que ayudarle a que sea autónomo y que no siga llevando pañal, ya que si el niño que acostumbra a hacer sus necesidades en él de forma consciente y voluntaria, será difícil modificarlo.

El deseo de dejar el pañal

Aunque es el niño el que debe realizar la mayor parte del trabajo, los padres podemos ayudarles en el proceso del control de esfínteres. Podemos habituarles a sentarse en el orinal, servirles de modelo, fortalecer su autoestima, fomentar su autonomía... y en muchas ocasiones, casi de forma inesperada, decidirá por si mismo que “ya es mayor” y que no quiere usar más el pañal. 

Algunos tropiezos

La edad adecuada del control diurno suele estar entre los 18 y los 36 meses, y por la noche alrededor de los 4 años, aunque es normal que todavía ocurran escapes, –sobre todo en los varones. Pero a veces, la edad se prolonga más de lo normal o los “accidentes” son demasiado frecuentes. Puede deberse a problemas orgánicos (inmadurez del sistema urinario, infecciones, obstrucciones, etc) o factores psicológicos (trastornos del sueño, terrores nocturnos, celos, etc). Es importante averiguar la causa, pero en cualquier caso mucha comprensión, ellos lo pasan mal cuando se les escapa.

Allanar el camino

Es aconsejable:

  1. Elegir un periodo vacacional, libre de estrés, para que no nos falte tiempo ni paciencia.
  2. Colocar un adaptador en el váter o un orinal en el baño para que el niño se siente cómodamente cuando quiera.
  3. Que su ropa sea fácil de quitar, para que pueda hacerlo él mismo.
  4. Tener una muda de repuesto siempre a mano.
  5. Recordarle que vaya al baño si detectamos que tiene ganas de hacer pis, pero está demasiado enfrascado en su juego.

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