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Fábula teatral adaptada para niños de La Fontaine: La tortuga y los patos

Una lección sobre orgullo y humildad


Publicado por Patricia Fernández, bloguera y periodista especializada en ocio y tiempo libre
Creado: 24 de junio de 2025 12:50 | Modificado: 25 de junio de 2025 12:03


Jean de La Fontaine (1621-1695) es uno de los fabulistas más conocidos de todos los tiempos. Inspirado por autores clásicos como Esopoy Fedro, supo adaptar las enseñanzas morales de la Antigüedad a su contexto cultural con una maestría literaria que aún hoy sigue cautivando a lectores de todas las edades. Sus fábulas para niños no solo entretienen, sino que también forman parte de una tradición educativa basada en el aprendizaje a través del ejemplo, especialmente útil para enseñar valores a los más pequeños.

Una de sus fábulas menos conocidas, pero de gran contenido simbólico, es "La tortuga y los patos". A través de un relato aparentemente simple, La Fontaine nos advierte contra los peligros de la vanidad y la necesidad de mantener la humildad, incluso en los momentos de mayor reconocimiento.

Fábula teatralizada de La tortuga y los patos

Fábula teatral adaptada para niños: La tortuga y los patos

Duración aproximada: 10 minutos
Personajes:

  • Narrador/a

  • Tortuga

  • Pato 1

  • Pato 2

  • (Opcional) Campesinos/as ? pueden ser varios niños con frases breves

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 ESCENA ÚNICA ? La charca seca

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(Suena música de fondo suave de verano. En el escenario hay una charca pintada o simulada con tela azul, y un árbol seco al fondo. La tortuga está sentada en el centro, con cara de aburrimiento.)

Narrador/a:
En una charca solitaria y cada vez más seca, vivía una tortuga muy tranquila. Pero hacía calor... mucho calor. Y el barro empezaba a agrietarse.

(Entran Pato 1 y Pato 2, aleteando y mirando alrededor.)

Pato 1:
¡Uf! Esta charca ya no da más de sí. ¡Ni un charquito queda!

Pato 2:
Tienes razón. Creo que ha llegado la hora de volar hacia otra más fresca.

Narrador/a:
Los dos patos se preparaban para partir, pero entonces...

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Tortuga (levantándose de golpe):
¡Eh, eh, esperad! ¿A dónde vais?

Pato 1:
Nos vamos a una charca con agua limpia y fresca. Esta ya no sirve para nadar.

Tortuga:
¡Quiero ir con vosotros! ¡No me dejéis aquí!

Pato 2 (con dulzura):
Pero, tortuguita... tú no sabes volar.

Tortuga (con cara de "ya veréis"):
¡Tengo una idea brillante! Vosotros sujetáis una rama con vuestros picos, uno a cada lado, y yo me cuelgo en el medio con la boca. ¡No abriré la boca ni para decir "tortuga"!

Pato 1 y Pato 2 (mirándose entre sí):
Hmmmm... ¿y si funciona?

Narrador/a:
Y así lo hicieron. Buscaron una rama firme, la sujetaron con el pico y la tortuga se agarró con fuerza en el centro.

(Los tres "simulan volar" caminando o saltando de lado a lado del escenario. Música alegre de vuelo.)

Narrador/a:
¡Y allá fueron! Volaron sobre campos dorados y colinas verdes. Hasta que unos campesinos, que trabajaban la tierra, alzaron la vista...

(Entran Campesinos/as al fondo del escenario, señalando hacia arriba.)

Campesino 1:
¡Mirad! ¡Una tortuga volando!

Campesino 2:
¡Qué cosa más rara! ¡Increíble!

Narrador/a:
La tortuga, que los escuchó desde el cielo, no pudo resistir el elogio. Y el orgullo... se le subió tan alto como el vuelo.

Tortuga (con voz contenida y boca cerrada):
Mmm... mmm... ¡A que soy maravillosa!

(Al decir esto, abre la boca, suelta la rama y cae al suelo con un gran ruido. Puede usarse un cojín o colchón para simular la caída.)

Narrador/a:
¡CRAAASH! Y en un instante... ¡plof! La tortuga cayó al suelo.

Pato 1 (bajando corriendo):
¡Tortuga! ¿Estás bien?

Pato 2:
¿Pero por qué hablaste?

Tortuga (adolorida, desde el suelo):
No pude evitarlo... me sentí tan especial...

Narrador/a:
Y así, por querer presumir, la tortuga arruinó su gran aventura.

MORALEJA (dicha en coro por todos los personajes):

Todos juntos:
Si te aplauden, sonríe con humildad...
¡y no abras la boca si vas volando!

 

Esta fábula infantil de La Fontainetransmite una lección clara: cuando se nos reconoce un logro o se nos admira por algo, lo mejor que podemos hacer es aceptar el elogio con sencillez y gratitud. La tortuga tenía una idea brillante, logró algo que parecía imposible, volar, pero su necesidad de presumir la llevó a su ruina.

Es un relato perfecto para enseñar a los niños a gestionar sus emociones, sobre todo cuando logran algo importante. No se trata de no sentirse orgullosos, sino de evitar que ese orgullo nos empuje a actuar de forma impulsiva o a buscar más admiración de la necesaria.

Además, el cuento puede abrir la puerta a hablar sobre otros temas importantes: la colaboración (ya que los patos ayudaron a la tortuga), la creatividad(la idea de cómo volar), y el autocontrol (la dificultad de no hablar durante el vuelo).

Preguntas de comprensión lectora sobre la fábula

  1. ¿Por qué decidieron marcharse los patos?

  2. ¿Qué idea tuvo la tortuga para poder volar con ellos?

  3. ¿Qué condición debía cumplir la tortuga para no caer?

  4. ¿Qué ocurrió cuando la tortuga habló durante el vuelo?

  5. ¿Qué enseña esta historia sobre el orgullo y la humildad?

  6. ¿Cómo habrías actuado tú si estuvieras en el lugar de la tortuga?

Una lección que sigue vigente

Aunque fue escrita hace más de tres siglos, esta fábula de La Fontaine sigue tan actual como entonces. En una época como la nuestra, donde las redes sociales nos invitan constantemente a mostrar lo que hacemos y buscamos aprobación, es más fácil que nunca caer en la trampa de la vanidad. Los niños, que están aprendiendo a formar su identidad, son especialmente vulnerables a estos impulsos. Por eso, fábulas como esta son una herramienta valiosísima para educarlos en la modestia, elautocontrol y la gratitud.

Al final, el mensaje de La Fontaine es claro: no es malo destacar, pero sí lo es perder el norte por buscar aplausos. La verdadera grandeza no está en alardear, sino en hacer las cosas bien, con humildad.

 

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