A mi hijo no le gusta jugar al fútbol

10 consejos prácticos sobre cómo actuar si a tu hijo no le gusta jugar a fútbol

La práctica algún deporte fomenta un estilo de vida saludable, lejos del sedentarismo que tantos problemas de obesidad infantilestá causando. El deporte aporta infinidad de beneficios no solo físicos si no también psicológicos, permite estar en forma, sanos y fuertes, relaja y ayuda a concentrarse. Muchos estudios relacionan la práctica de un deporte con el éxito escolar.

¿Qué ocurre con los niños a los que no les gusta "el deporte rey": el fútbol? En la mayoría de las ocasiones jugar al fútbol en los recreos, en extraescolares o en algún equipo asegura la integración en un grupo. No obstante, en ocasiones, encontramos niños a los que no les gusta jugar a fútbol y quedan apartados o jugando en algún rincón del patio con algún otro compañero al que tampoco le gusta jugar al balón... Podemos hablar con el colegio para promover otro tipo de actividades destinadas a estos niños, los profesores pueden promover juegos y actividades diferentes al fútbol... su labor es fundamental.

Sería muy interesante, en primer lugar, preguntar qué cosas les gustan, a veces no todos los niños se muestran aficionados al deporte ni a las actividades físicas y puede que no les guste el deporte en general. Si lo que no les gusta es jugar al fútbol, puede que otro juego les llame la atención: baloncesto, tenis, voleibol...  Practicar con regularidad es beneficioso para su salud y además, de esta forma, ellos mismos descubrirán por su cuenta sus verdaderos intereses y los compartirán con otros. 

¿Por qué a mi hijo no le gusta jugar al fútbol?

Si a nuestro hijo no le gusta jugar al fútbol no debemos obligarlo ni cuestionar continuamente su negativa. Podemos comentar con él si entiende las reglas de este deporte, si sabe cómo funciona... Quizá haya sufrido alguna experiencia estresante o se aburra simplemente...

Los deportes grupales, a veces, no interesan a algunos niños. Es importante descubrir si sus preferencias son otras y sus capacidades para otro tipo de juego son más adecuadas. Hacer gimnasia, tenis, artes marciales, patinaje... son deportes individuales que le mantendrán activo, por tanto, es muy interesante analizar con él las posibilidades de realizar actividades fuera del colegio y que no estén relacionadas con el fútbol.

Existen dos causas muy frecuentes por las que un niño no quiere jugar al fútbol:

  • Escasas habilidades psicomotrices. Hay niños menos habilidosos..., hay otros en cambio a los que cualquier deporte se les da bien a la primera y sin ningún esfuerzo. A estos niños menos habilidosos no les suele gustar jugar al fútbol porque son conscientes de sus limitaciones. Una buena recomendación es la práctica, animar al niño que se mueva, que chute, que pierda ese recelo y entrene. Al principio, si es necesario, en solitario o en compañía de sus padres y hermanos... Una vez que observe cómo mejora con la práctica cambiará su enfoque sobre el fútbol.

  • Timidez. La timidez es un problema de expectativas, de ansiedad, que se produce en la tensión de verse uno mismo frente a los demás. Una buena terapia contra la timidez consiste en afrontar esas situaciones productoras de ansiedad hasta que llegue un momento en que sean neutras, es decir, que no tengan ningún valor tensional y que no produzcan ningún efecto. Esto es válido para nuestros hijos. Vayamos poco a poco con ellos, de forma gradual, e incluso de forma indirecta: hoy un poco, mañana un poco más, hasta que logremos el objetivo de superar las situaciones negativas. En este tema podemos ayudar pero nunca sustituir, son ellos quienes deben lograr vencer sus temores, y si no les permitimos ensayar sobre el mundo y sobre su capacidad de vencer al propio temor, corremos el peligro de coartar su autonomía personal... son experiencias que les preparan para la vida.

Cómo actuar si a mi hijo no le gusta jugar a fútbol 

Es muy importante mostrarnos respetuosos ante los gustos y preferencias de nuestros hijos. Si el fútbol no es su deseo de nada sirve forzar pues solamente conseguiremos que se sienta incómodo. Los gustos por los deportes, hobbies o actividades en general se van conformando a lo largo de la vida y, si a nosotros nos gusta el fútbol puede que nuestro hijo comparta la afición debido a la influencia familiar o quizá se decante por otro tipo de deporte o de juego.

10 consejos prácticos sobre cómo actuar si a tu hijo no le gusta jugar a fútbol:

  1. No presiones. Cuanto más insistas más resistencia generas.
  2. Respeta sus gustos.
  3. No cedas a la presión de otros padres, tu hijo necesita encontrar su deporte.
  4. Refuerza siempre su autoestima y su autoconcepto.
  5. Valora sus esfuerzos.
  6. Recuerda que el fútbol no es el único deporte en el mundo.
  7. Elogia sus cualidades y aptitudes.
  8. Juega con él a fútbol o lo que sea.
  9. Fomenta su autoestima.
  10. Descubre nuevas actividades para compartir en familia.

¿Y si le gusta el fútbol?

Este es un pequeño decálogo para aquellos padres que buscan la felicidad de sus hijos y que sólo desean que sus peques hagan deporte jugando al fútbol, se socialicen y sean felices. (Fuente eurosport.es)

1. El fútbol es un juego; deja disfrutar a tu hijo

Si tú no has tenido facultades para llegar a ser Messi, tu hijo no está obligado a serlo. No es necesario que le presiones, cada niño aprende a su ritmo. Agobiarle nunca será una buena idea porque convertirás un juego en un ejercicio estresante para él.

2. Nunca pierdas las formas; ni en la victoria ni en la derrota

No merece la pena celebrar una victoria del equipo de tu chaval como si fuera la Champions ni hacer un drama de una derrota. Ellos seguramente se habrán olvidado del resultado a los diez minutos de terminado el partido.

3. Valora el entorno, no la categoría del club

Lo más importante es, como decíamos antes, que tu hijo sea feliz en un entorno que le haga crecer como deportista y como persona.

Si el club que has elegido para que haga deporte cumple con esas premisas, ¿qué más dará si tu hijo juega en Primera, en Segunda o puede aspirar a ganar algún título?

4. Respeta las decisiones del entrenador

El niño necesita unas referencias; y el entrenador es de una de ellas.

Es probable que la persona que enseña fútbol a tu chaval ni siquiera cobre por ello y lo hago de manera altruista. Él es el que decide cuantos minutos juega tu hijo y la posición que debe desempeñar en el campo. El mayor problema del fútbol base sin duda son los padres. Intentan que sus hijos lleguen a ser estrellas cuando ellos lo que quieren es disfrutar del deporte

5. Respeta al árbitro

Sin árbitro no habría fútbol de competición y ellos también están aprendiendo en el fútbol base, lo mismo que nuestros hijos.

6. Respeta a los compañeros de tu hijo

Los compañeros de equipo de tu hijo son sus amigos, no sus rivales. No compite con ellos por un puesto en el equipo, ellos juegan juntos para divertirse y conseguir un bien común.

Si cuando vas a verle jugar haces comparaciones entre ellos o gritas diciendo que tu hijo es mejor que un compañero te estarás equivocándote gravemente. Y estarás generándole un problema a tu chaval.

7. Cultura del esfuerzo, no del resultado

Si tu hijo está aprendiendo, se esfuerza en cada entrenamiento o en cada partido, el resultado no tiene ninguna importancia.

8. Compromiso con tu hijo y con el equipo

Cuando apuntas a tu hijo a un equipo de fútbol lo haces con todas las consecuencias. Desde que empiece la liga no habrá viajes de fin semana, puentes, ni escapadas a una casa rural porque tu crío necesita a sus compañeros para jugar, y ellos le necesitan a él.

9. Castigado sin ir a entrenar

Cuando avanza el curso y los niños suspenden alguno asignatura, es habitual que los plantillas de los equipos se queden con pocos efectivos porque hay muchos niños castigados. Y si no es por este motivo, es por mal comportamiento en casa.

Pero lo que los padres no entienden es que castigando a su hijo sin ir a entrenar o a jugar están castigando también a sus compañeros porque el fútbol es un deporte de equipo.

10. El tercer tiempo

Aunque este es un concepto más de rugby que de fútbol, tu hijo agredecerá compartir el post-partido junto a sus compañeros.

Hacer piña junto a sus compañeros ayudará a su socialización y a ti, padre de una futura estrella, te vendrá bien tomarte un cervecita de manera relajada junto al resto de los padres.

Ana Roa, pedagoga y psicopedagoga
www.roaeducacion.com
roaeducacion.wordpress.com

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