Fábula de Samaniego para niños: El perro y el cocodrilo

Las fábulas son una herramienta maravillosa para transmitir valores y enseñanzas a los más pequeños. A través de personajes animales y situaciones imaginativas, estas pequeñas historias encierran profundas lecciones de vida. Autores como Esopo, La Fontaine o Samaniego han dejado un legado literario imperecedero que sigue vigente siglos después. Entre ellos, Félix María Samaniego destacó en el siglo XVIII por su estilo directo, divertido y moralizador. Sus fábulas están llenas de picardía y sabiduría, y son ideales para introducir a los niños en el mundo de la literatura con contenido formativo.

Hoy vamos a conocer una de sus fábulas más curiosas: "El perro y el cocodrilo", un cuento breve pero muy significativo que habla sobre la prudencia, la desconfianza razonable y la astucia frente al engaño. A través de esta historia, los niños (y los adultos también) aprenderán a no dejarse llevar por palabras bonitas cuando provienen de quien ya ha demostrado malas intenciones.

La fábula contada para niños: "El perro y el cocodrilo"

En una tierra lejana, junto a las orillas del majestuoso río Nilo, un perro sediento se acercó para beber un poco de agua. Pero no se detenía a descansar, sino que bebía mientras caminaba de un lado a otro, mirando con precaución a su alrededor.

De repente, una voz grave y falsa se oyó entre los juncos:

-¡Eh, perro! ¿Por qué bebes con tanta prisa? -dijo el cocodrilo, que estaba oculto bajo el agua, espiando desde muy cerca.

El perro se sobresaltó, pero no perdió la calma. Sabía bien quién era ese que hablaba.

-¡Amigo cocodrilo! -respondió el perro sin detenerse-. Ya sé que beber así, andando, no es lo más cómodo ni lo más saludable...

-Entonces, ¿por qué no te quedas quieto un momento? Bebe tranquilo, sin moverte tanto. Aquí el agua está fresca y clara -insistió el cocodrilo con voz melosa.

El perro, que ya conocía las historias del Nilo, entrecerró los ojos con picardía y respondió:

-Será muy fresca, sí... pero también sé lo que pasa cuando uno se queda quieto demasiado cerca de cocodrilos como tú. ¡Prefiero un poco de sed a convertirme en tu cena!

El cocodrilo, viendo que no podría engañar al perro, se sumergió molesto en el agua, mientras el perro se alejaba trotando y con el rabo en alto, orgulloso de no haber caído en la trampa.

Desde la orilla, otros animales que habían presenciado la escena aplaudieron la inteligencia del perro, y uno de ellos exclamó:

-¡Oh, qué docto perro viejo! ¡Qué bien ha sabido actuar!

Moraleja: Sigue tus instintos y no te fíes de quien reconoces como tu enemigo.

Explicación de la moraleja

Esta fábula nos recuerda una verdad fundamental: no siempre debemos hacer caso a quien nos da un buen consejo si sabemos que no tiene buenas intenciones. El cocodrilo, con voz suave y argumentos aparentemente razonables, intentaba engañaral perro para atraparlo desprevenido. Pero el perro, prudente y experimentado, no se dejó seducir por palabras amables provenientes de un enemigo declarado.

En la vida real, esta lección es aplicable a muchas situaciones. A veces, personas que no han sido sinceras o que tienen malas intenciones pueden intentar convencernos con halagos, promesas o consejos. La enseñanza es clara: debemos estar atentos,pensar por nosotros mismosy, sobre todo, no bajar la guardia frente a aquellos de quienes ya hemos aprendido a desconfiar. No se trata de vivir con miedo, sino con inteligencia.

Además, la historia subraya el valor de la experiencia y del sentido común. El perro, que no es el animal más fuerte ni el más grande, se salva gracias a su prudencia. Una lección que vale más que la fuerza física o el valor temerario.

Preguntas de comprensión lectora

1. ¿Dónde estaba bebiendo agua el perro?

2. ¿Qué le dijo el cocodrilo al perro mientras bebía?

3. ¿Por qué el perro decidió seguir caminando mientras bebía en lugar de quedarse quieto?

4. ¿Qué pretendía el cocodrilo al hablarle con amabilidad?

5. ¿Cómo reaccionó el perro ante la propuesta del cocodrilo?

6. ¿Qué significa la frase "¡oh, qué docto perro viejo!"?

7. ¿Cuál es la moraleja de la fábula?

8. ¿Conoces alguna situación en la vida real en la que alguien haya intentado engañar a otra persona con palabras amables?

9. ¿Crees que siempre hay que desconfiar de los demás? ¿Por qué?

10. ¿Qué te ha enseñado esta historia sobre cómo tomar decisiones?

El perro de esta fábula de Samaniego no solo nos hace sonreír con su astucia, sino que nos da una valiosa enseñanza: hay que conocer bien a quién tenemos delante antes de confiar. En un mundo donde las palabras pueden ser muy engañosas, la sabiduría y laprudenciason cualidades esenciales.

Las fábulas de Samaniego, como esta, no solo entretienen a los niños, sino que también los forman en valores importantes como la desconfianza razonada, la observación y el buen juicio. Leerlas y reflexionar sobre ellas es una excelente forma de enseñar a pensar y a protegerse del engaño.

¿Y tú? ¿Serías más como el perro o como el cocodrilo? Quizás todos necesitamos ser un poco como ese perro sabio que, aunque tenía sed, supo esperar el momento oportuno para cuidarse.