Caperucita roja. Cuento en verso de Gabriela Mistral

Cuentos en verso para niños

Gabriela Mistral es una de las grandes poetisas en español. Sus poemas son de una gran sencillez, así como de un intenso sentimiento y ternura. Entre sus escritos la maternidad y la naturaleza tiene un lugar destacado, y es que, Lucila Godoy, el nombre real de Gabriela, nunca tuvo hijos y, sin embargo, si tuvo un gran amor hacia la infancia. 

Mistral fue Premio Nobel de Literatura y recibió otros muchos premios por todo el legado que nos dejó, entre poemas, relatos en prosa, rondas y algún cuento en verso, como este clásico de la literatura: Caperucita roja.  

Lee también:los más bellos poemas de Gabriela Mistral

Cuento en verso de Caperucita roja por Gabriela Mistral

Caperucita roja en verso

Caperucita Roja visitará a la abuela
que en el poblado próximo sufre de extraño mal.
Caperucita Roja, la de los rizos rubios,
tiene el corazoncito tierno como un panal.

A las primeras luces ya se ha puesto en camino
y va cruzando el bosque con un pasito audaz.
Sale al paso Maese Lobo, de ojos diabólicos.
«Caperucita Roja, cuéntame adónde vas».

Caperucita es cándida como los lirios blancos.
«Abuelita ha enfermado. Le llevo aquí un pastel
y un pucherito suave, que se derrama en juego.
¿Sabes del pueblo próximo? Vive en la entrada de él».

Y ahora, por el bosque discurriendo encantada,
recoge bayas rojas, corta ramas en flor,
y se enamora de unas mariposas pintadas
que la hacen olvidarse del viaje del Traidor...

El Lobo fabuloso de blanqueados dientes,
ha pasado ya el bosque, el molino, el alcor,
y golpea en la plácida puerta de la abuelita,
que le abre. (A la niña ha anunciado el Traidor.)

Ha tres días la bestia no sabe de bocado.
¡Pobre abuelita inválida, quién la va a defender!
... Se la comió riendo toda y pausadamente
y se puso en seguida sus ropas de mujer.

Tocan dedos menudos a la entornada puerta.
De la arrugada cama dice el Lobo: «¿Quién va?»
La voz es ronca. «Pero la abuelita está enferma»
la niña ingenua explica. «De parte de mamá».

Caperucita ha entrado, olorosa de bayas.
Le tiemblan en la mano gajos de salvia en flor.
«Deja los pastelitos; ven a entibiarme el lecho».
Caperucita cede al reclamo de amor.

De entre la cofia salen las orejas monstruosas.
«¿Por qué tan largas?», dice la niña con candor.
Y el velludo engañoso, abrazado a la niña:
«¿Para qué son tan largas? Para oírte mejor».

El cuerpecito tierno le dilata los ojos.
El terror en la niña los dilata también.
«Abuelita, decidme: ¿por qué esos grandes ojos?»
«Corazoncito mío, para mirarte bien...»

Y el viejo Lobo ríe, y entre la boca negra
tienen los dientes blancos un terrible fulgor.
«Abuelita, decidme: ¿por qué esos grandes dientes?»
«Corazoncito, para devorarte mejor...»

Ha arrollado la bestia, bajo sus pelos ásperos,
el cuerpecito trémulo, suave como un vellón;
y ha molido las carnes, y ha molido los huesos,
y ha exprimido como una cereza el corazón...

Puedes leer el cuento en prosa de Caperucita Roja

Otros cuentos en verso para niños

Los ratones: una historia en verso de Lope de Vega sobre unos ratones que quieren poner un cascabel al gato que intenta comerlos.

Las hadas: un bello relato en forma de poema de Rubén Darío.

El camello cojito: un poema de Gloria Fuertes sobre el viaje de los Tres Reyes Magos.

La vaca estudiosa: "Había una vez una vaca...", así comienza este divertido relato en verso de María Elena Walsh.

Artículos relacionados

Comentarios

¡Sé el primero en comentar!