4 fábulas sobre la generosidad para niños

Cuentos cortos con moraleja con valores para niños

Los niños suelen tender hacia el egoísmo: no aceptan bien el concepto de compartir. Sin embargo, es labor de los padres hacer entender a los hijos que el valor de la generosidad les reportará grandes satisfacciones.

Ser generoso se trata de hacer algo por los demás, sin importar o esperar nada a cambio, simplemente con la intención de favorecer o ayudar a otras personas. En cualquier caso, éstas pueden ser palabras vacías si no se explica a los niños mediante ejemplos. Los cuentos o fábulassuponen, en este punto, un recurso fabuloso para lograr que entiendan qué significa la generosidad. Te invitamos a leer con tus hijos estas 4 fábulas sobre la generosidad para niños.

Fábulas sobre la generosidad para niños 

Fábulas sobre la generosidad

1. El león y el ratón, cuento con moraleja sobre la generosidad

Esta fábula con moraleja es perfecta para transmitir a los niños el importante valor de la generosidad ya que, incluso quienes parecen nuestros enemigos naturales, pueden llegar a ser grandes amigos tan solo siendo benévolo y ejerciendo la compasión con los demás. 

Fábula del león y el ratón para niños

Érase una vez, un ratón que iba caminando muy distraído cuando, sin darse cuenta, se encaramó por el lomo de un león que andaba echándose la siesta. El león, que comenzó a notar unas leves cosquillas, se rascó pero... al pasar la zarpa por su lomo, notó algo extraño: 

El león sujetó al ratoncillo con sus garras y, viéndose aprisionado, comenzó a llorar desconsolado y a suplicar al león que le perdonara y le dejara marchar. 

- Señor león, no sabía que estaba sober usted, tiene que perdonarme iba despistado. Sálveme la vida y quizás, algún día, pueda yo salvar la tuya.

El león, al escuchar aquella vocecilla no pudo por menos que echarse a reír pero, una ola de generosidad le invadió y, conmovido, le dijo. 

- ¡Te perdono!

Y el ratón, se alejó de allí corriendo.

Pasaron los días, las semanas y los meses y, un buen día el ratón comenzó a escuchar unos fuertes aullidos. Se acercó con cuidado hasta el lugar de donde procedían y, no os lo vais a creer, allí estaba el león, atrapado en una red que los hombres habían puesto para cazar al rey de la selva.

El ratón, al verle atrapado y acordándose de la benevolencia del león que lo había dejado en libertad, corrió en su ayuda para roer la cuerda hasta deshacer la red que lo aprisionaba.

El fiero y temible león, pudo escapar de los cazadores gracias a la ayuda de un pequeño e insignificante ratón.

2. Cuentan de un sabio que un día, fábula sobre la generosidad

Esta fábula nos ayuda a explicar a los niños que, por más que piensen que no tienen suficientes juguetes, amigos u otros bienes, siempre hay alguien que lo pasa peor. La generosidad y solidaridad para con estas personas es fundamental.

cuentan de un sabio que un día

Cuentan de un sabio que un día

tan pobre y mísero estaba, 

que solo se sustentaba

de unas hierbas que cogía.

- ¿Habrá otro - entre sí decía - 

más pobre y triste que yo?

Y cuando el rostro volvió 

halló la respuesta, viendo

que otro sabio iba cogiendo

las hojas que él arrojó.

El roble y la caña, cuento con moraleja sobre la generosidad

En esta fábula, el soberbio y vanidoso roble, se creía mejor que una simple y frágil rama. Se ofreció a ayudarla y se compadeció de ella. Sin embargo, hay que fijarse bien sobre quién ofrecemos nuestra ayuda y no debemos mostrarnos vanidosos frente a quien parece más débil, porque en ocasiones, aquellos que parecen más frágiles, terminan siendo más fuertes.

El roble y la caña

Un día, el roble le dijo a la humilde y frágil caña: 

- No me extrañaría que te quejaras de tu mala suerte, ya que la naturaleza te ha hecho tan extremadamente frágil que hasta el peso del pájaro más pequeño te obliga a inclinarte. Ya no digamos cuando sopla el viento o arrecia la lluvia. Mírame a mí, en cambio: yo planto cara a los rayos del sol y no temo los embates de las tempestades, que me parecen suaves brisas. Es una pena que no hayas nacido al abrigo de mi follaje, porque así podrías vivir tranquila, ya que podría defenderte del viento y las tormentas.

La caña, agradecida ante la preocupación y generosidad del roble, le contestó:

- No te preocupes por mí, el viento cuando arrecia hace que mi tallo se doble, pero no llega a romperlo. No lo creerás, pero el viento puede ser peor para ti.

Mientras hablaban, comenzó a soplar un fuerte viento que se convirtió en un terrible huracán. El roble resistió con todas sus fuerzas pero terminó arrancando su tronco de cuajo. La caña, al verlo, inclinó su tallo y dejó que el viento pasara por encima de ella, sin rozarla siquiera. Tras cesar el viento, la caña volvió a alzarse, pero el roble yacía en el suelo.

Fábula corta para enseñar a los niños qué es el egoísmo La gallina de los huevos de oro

Esta fábula clásica, enseña a los niños que el egoísmoy la avaricia, no conduce a nada bueno.

Gallina de los huevos de oro

Érase un labrador tan pobre, tan pobre, que ni siquiera poseía una vaca.

Era el más pobre de la aldea. Y resulta que un día, trabajando en el campo y lamentándose de su suerte, apareció un enanito que le dijo:

-Buen hombre, he oído tus lamentaciones y voy a hacer que tu fortuna cambie. Toma esta gallina; es tan maravillosa que todos los días pone un huevo de oro.

El enanito desapareció sin más ni más y el labrador llevó la gallina a su corral. Al día siguiente, ¡oh sorpresa!, encontró un huevo de oro. Lo puso en una cestita y se fue con ella a la ciudad, donde vendió el huevo por un alto precio. Al día siguiente, loco de alegría, encontró otro huevo de oro.

¡Por fin la fortuna había entrado a su casa! Todos los días tenía un nuevo huevo.

Fue así que poco a poco, con el producto de la venta de los huevos, fue convirtiéndose en el hombre más rico de la comarca. Sin embargo, una insensata avaricia hizo presa su corazón y pensó:

- ¿Por qué esperar a que cada día la gallina ponga un huevo? Mejor la mato y descubriré la mina de oro que lleva dentro.

Y así lo hizo, pero en el interior de la gallina no encontró ninguna mina. A causa de la avaricia tan desmedida que tuvo, este tonto aldeano malogró la fortuna que tenía.

Moraleja: la generosidad es más productiva que la avaricia y el egoísmo.

Artículos relacionados

Comentarios

¡Sé el primero en comentar!