5 Ciudades medievales en España perfectas para recorrer con los niños

Rutas con niños por castillos, leyendas y plazas de piedra


Publicado por Patricia Fernández, bloguera y periodista especializada en ocio y tiempo libre
Creado: 21 de noviembre de 2025 12:55 | Modificado: 21 de noviembre de 2025 13:19


Si tus hijos solo relacionan la historia con libros de texto y exámenes, toca sacarlos al campo de batalla... medieval. España está llena de pueblos y ciudades con murallas, castillos y plazas empedradas que parecen escenarios de película. Aquí van cinco destinos donde los niños pueden viajar a la Edad Media sin aburrirse.

Viajar a la Edad Media con los niños

Ciudades medievales para ir con los niños

1. Taüll (Lleida). Románico, montañas y sensación de cuento

Taüll es un pequeño pueblo del Pirineo catalán, en la Vall de Boí, rodeado de montañas y famoso por sus iglesias románicas declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO junto con el resto del conjunto de la vall.
Las torres de Sant Climent y Santa Maria de Taüll se han convertido casi en iconos del románico catalán.

Por qué ir con niños

  • Iglesias "diferentes": no son solo templos; en Sant Climent hay proyecciones de mapping que recrean las antiguas pinturas murales, algo muy visual y fácil de entender incluso para peques.
  • Montaña a escala familiar: la Vall de Boí ofrece rutas sencillas, áreas de picnic y programas de actividades en familia ligados a naturaleza y cultura, pensados para que los niños no se limiten a mirar piedras.
  • Tres patrimonios en un mismo valle: románico, fallas del Pirineo y Parque Nacional de Aigüestortes cerca... suficiente argumento para cualquier proyecto del cole sobre "mi viaje favorito".

Además, el pueblo es pequeño y muy tranquilo: perfecto para dejarles un poco de autonomía en la plaza mientras los adultos toman algo caliente.

2. Santillana del Mar (Cantabria). El "pueblo de las tres mentiras"

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Dicen que Santillana del Mar ni es santa, ni llana, ni tiene mar, pero sí es uno de los pueblos medievales más bonitos de España. Calles empedradas, casonas blasonadas y balcones floridos rodean la gran protagonista: la Colegiata de Santa Juliana, joya del románico cántabro.

Por qué ir con niños

  • Casco histórico de cuento: el trazado medieval, sin coches en el centro, permite pasear con calma. Para ellos es como caminar por un decorado de película de caballeros.
  • Historia "que se ve": la colegiata, su claustro y los escudos de piedra son una manera muy visual de explicarles cómo vivían nobles y religiosos hace siglos.
  • Altamira a tiro de piedra: la Neocueva y el museo permiten introducir el arte rupestre de forma muy entretenida, combinando Prehistoria y Edad Media en el mismo viaje.

Santillana del Mar está llena de heladerías, tiendas de sobaos y quesadas, y pequeñas plazas donde pueden correr un rato entre visita y visita. El equilibrio perfecto entre "piedras" y recompensas.

3. Buitrago de Lozoya (Madrid): murallas completas y río para rematar el día

A apenas una hora de Madrid, Buitrago de Lozoya es el único pueblo de la Comunidad que conserva íntegro su recinto amurallado medieval.
Su perfil, con torreones, castillo gótico-mudéjar y el río Lozoya rodeando el casco histórico, es de los que impresionan nada más llegar.

Por qué ir con niños

  • Murallas practicables: parte de la muralla se puede recorrer, con tramos de adarve y vistas al río. Subir a "hacer de centinela" es un planazo para niños que imaginan asedios y dragones.
  • Castillo y casco antiguo concentrados: el pueblo es compacto, lo que hace muy fácil una visita de medio día sin largas caminatas ni cambios de coche constantes.
  • Río y naturaleza alrededor: puedes completar la jornada con un paseo por la ribera o por alguno de los embalses cercanos; así compensas las "piedras" con un rato de campo.
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En Navidad, además, el belén vivientey otras actividades convierten Buitrago en un destino muy familiar (y muy fotogénico) para escapadas invernales.

4. Cazorla (Jaén). Un castillo vigilante y naturaleza por todas partes

En Andalucía, Cazorla es una mezcla muy apetecible: pueblo blanco encajado en la montaña, presidido por el Castillo de la Yedra, y puerta de entrada al Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas.

Desde abajo, la estampa es total: casas blancas escalonadas, olivares infinitos y la fortaleza elevándose sobre la roca, como si aún vigilara la frontera medieval.

Por qué ir con niños

  • Castillo con historia: el Castillo de la Yedra, de origen defensivo y con estructura eminentemente militar, permite explicar de forma muy gráfica para qué servían torres, murallas y almenas.
  • Rutas sencillas y vistas: se han creado rutas de miradores que permiten ver el pueblo desde diferentes alturas sin necesidad de hacer grandes caminatas, algo perfecto para piernas pequeñas.
  • Entrada a la sierra: muy cerca arrancan rutas familiares, como las del río Borosa o la Cerrada de Elías, donde pueden ver cascadas, pasarelas y pozas de agua cristalina.

Entre un castillo de película, miradores panorámicos y un entorno natural espectacular, es fácil que los niños se olviden por un rato de la tablet.

5. Trujillo (Cáceres). Caballeros, plazas monumentales al atardecer

En Extremadura, Trujillo es una de esas localidades que solo con entrar en su Plaza Mayor ya parecen otra época: soportales, palacios, iglesia de San Martín y la estatua ecuestre de Pizarro dominando el espacio. El casco histórico está declarado Bien de Interés Cultural y presume de un conjunto monumental de primera.

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En la parte alta, el castillo, de origen árabe y posteriormente fortificado por los cristianos, completa el perfil medieval de la ciudad.

Por qué ir con niños

  • Castillo con vistas: subir hasta la fortaleza y caminar por sus murallas permite ver toda la llanura extremeña; perfecto para jugar a localizar "ejércitos imaginarios" o contar cigüeñas en los campanarios.
  • Plaza Mayor "para conquistar": amplia, peatonal y llena de terrazas, es ideal para dejar que jueguen un rato mientras los adultos se toman algo. Es de esas plazas donde siempre pasa algo.
  • Puerta de excursiones: Trujillo es buen punto de partida para visitar el Parque Nacional de Monfragüeu otros pueblos extremeños, así que se puede encajar en un viaje de varios días con niños amantes de los animales y la naturaleza.

Y, como extra, la gastronomía extremeña: probar jamón ibérico, migaso algún dulce típico después de una jornada de "turismo medieval" suele mejorar el ánimo de cualquier explorador cansado.

Consejos para recorrer ciudades medievales con niños sin morir en el intento

  • Planifica paradas: en cada pueblo, localiza de antemano una plaza con parque o una heladería. Saber que "dentro de un rato toca descanso" ayuda a evitar protestas.
  • Convierte la visita en juego: buscar escudos raros, contar torres, encontrar la puerta más antigua... Un pequeño "reto medieval" hace que presten atención sin darse cuenta.
  • Lleva calzado cómodo: las calles empedradas son preciosas, pero agotadoras con sandalias finas. Mejor deportivas o botas.
  • No abuses de monumentos seguidos: un castillo, sí; dos museos seguidos, quizá no. Mezcla siempre algo de naturaleza, juego libre o merienda especial.

Con estos cinco destinos, perfectos para ir con los niños, tienes medio mapa de España cubierto de buenos recuerdos: murallas, campanarios y muchas historias que luego ellos mismos querrán contar.

 

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