Señales para detectar si tu hijo necesita atención psicológica

Comportamientos de los niños que podrían indicar que necesitan acudir a un especialista.

Si observamos alguna dificultad persistente en el desarrollo del niño ya sea emocional, conductual o bien de rendimiento, no dudaremos en comentar nuestras apreciaciones con el colegio de nuestro hijo para saber si necesita un apoyo más específico y/o especializado. 

¿Qué le pasará a mi hijo?

El niño lleva una temporada complicada, se muestra agresivo, irritable, llora sin motivo aparente, dice que está triste, manifiesta cierta ausencia o déficit de atención en clase..., todos estos signos pueden ser indicadores de algo perturbador y ¿qué podemos hacer?... En primer lugar prestar atención a su comportamiento pero sin obsesionarnos, observando y registrando cuándo ocurre, cómo se produce y con qué frecuencia.

Posteriormente contrastaremos nuestra opinión con el tutor o la tutora de clase, pues mientras nosotros conocemos a nuestros hijos en casa, él o ella nos podrán completar nuestras observaciones aportando la visión desde el colegio (ya sabemos que pasan gran parte del día en él). El Centro Educativo, especialmente en Educación Infantil, es un entorno muy propicio para mostrarnos cómo el niño se adapta y se desarrolla en todos sus ámbitos: académico, personal, social, afectivo, motriz...; una vez intercambiadas las impresiones con la tutora procederemos a decidir si es necesario o no consultar a un profesional. 

Señales indicadoras de Atención Psicológica

Los síntomas son indicadores de que algo le pasa y cada patología tiene unos síntomas específicos.

  1. Problemas para conciliar el sueño, pesadillas muy frecuentes.
  2. Demasiada agresividad.
  3. Comportamientos regresivos en exceso.
  4. Dificultades lecto-escritoras.
  5. Retraso y lentitud en el desarrollo del lenguaje o del habla.
  6. Dificultades de aprendizaje.
  7. Respuestas emocionales inapropiadas o falta de respuesta emocional.
  8. Enuresis en edad avanzada.
  9. Problemas de relación social.
  10. Hiperactividad y/o falta de atención.
  11. Conductas repetitivas y demasiado obsesivas.
  12. Irritabilidad continua.
  13. Estado de ánimo bajo frecuentemente.
  14. Dolores de cabeza o de estómago frecuentes.
  15. Aislamiento continuado acompañado de dispositivos tecnológicos.
  16. Identidad sexual.
  17. Posible Bullying.
  18. Excesivo número de complejos.
  19. Hipocondría, miedo a enfermar.
  20. Ansiedad de separación.
  21. Cambios familiares (divorcios, separaciones).
  22. Miedos irracionales. 

El apoyo del Centro Educativo

En la mayoría de los colegios existe un departamento de orientación encargado de apoyar y orientar las necesidades educativas. Diseña programas de intervención específicos tras la valoración psicopedagógica del alumno indicando qué acciones se pueden llevar a cabo para superar determinadas dificultades. Si la problemática es compleja, se encargará de orientar a la familia y derivarla al profesional que más pueda convenir.

Cuando la situación se complica, los padres se plantean si deben acudir a un psicopedagogo, a un psicólogo o a un psiquiatra infantil... ¿quién es el más indicado? 

¿Psicopedagogo, neuropsicólogo, psicólogo o psiquiatra?

Según señalan los expertos, no se puede delimitar y diferenciar las funciones de cada uno de ellos de forma fragmentada. Podemos perfilar al psicopedagogo como aquel especialista encargado de analizar dificultades pedagógicas (bajo rendimiento, problemas lecto-escritores, déficit atencional...), el psicólogo se encargará de aspectos conductuales o cognitivos (baja autoestima, miedos...), mientras que si nos encontramos ante crisis o patologías más graves que necesiten una medicación determinada, el psiquiatra nos orientará. Sin embargo, en la realidad, es muy difícil separar las tres especialidades, pues el tratamiento de casos en muchas ocasiones precisa de los tres en conjunto para lograr una mayor eficacia. Dependerá de las circunstancias y necesidades de cada niño en particular. Actualmente, la información que tenemos sobre el cerebro humano, órgano responsable de nuestros aprendizajes, se ha incrementado notablemente debido al fuerte desarrollo de técnicas de visualización cerebral. Aparecen nuevas terminologías para designar a los especialistas en estudios cerebrales entre las que podemos destacar la neuroeducación, la neuropsicología y los neuropsicólogos. 

Para profundizar un poquito más en esta división entre los profesiones de educación y salud mental reseñaremos brevemente sus funciones en los apartados siguientes: 

Psicopedagogo/a y sus funciones

La orientación y el asesoramiento son elementos claves en la labor del psicopedagogo; básicamente hablamos de una orientación metodológica y educacional, por un lado,  y de una orientación vocacional y ocupacional, por otro, estando presente en todo momento una labor de tutoría. Es fundamental en su trabajo la detección temprana e integración de los alumnos con necesidades especiales, descubriendo también a aquellos que destaquen por algún tipo de talento especial, asesorando a padres, docentes, autoridades e instituciones  en los momentos oportunos.

El psicopedagogo realiza el diagnóstico, seguimiento y tratamiento psicopedagógico básicamente en el ámbito de la enseñanza para abordar aspectos relacionados con el fracaso escolar y el abandono de las aulas, y tiene una importante cabida en gabinetes interdisciplinares para abordar acciones conjuntas en la escuela  y en la comunidad. 

Psicólogo/a infantil y sus funciones

Este profesional se especializa en el estudio de los procesos mentales en sus tres dimensiones, conductual, afectiva y cognitiva; aparte de todas aquellas salidas profesionales vinculadas al ámbito educativo en colegios y universidades,  el psicólogo puede desarrollar su actividad profesional en diversas empresas (fundamentalmente en el campo de las relaciones laborales y departamentos de selección de personal y recursos humanos), y en distintas clínicas u hospitales.

Neuropsicólogo/a y sus funciones

Podemos encontrar al neuropsicólogo en ambientes académicos, clínicos, y de investigación. Evalúa el daño cerebral de una persona detectando aquellas zonas anatómicas y las funciones cognitivas fuertes y débiles, está capacitado para diseñar un programa de rehabilitación neuropsicológica de las alteraciones que encuentre. Desarrollará un diagnóstico clínico del funcionamiento cognitivo, conductual y emocional mediante pruebas estandarizadas; un tratamiento mediante técnicas psicoterapéuticas y procedimientos de rehabilitación; un consejo y una asesoría orientando a los pacientes y sus familiares.

Psiquiatra infantil y sus funciones

A diferencia del psicólogo, que considera los problemas del paciente como resultado de sus propias emociones personales, opiniones y relaciones con familiares, compañeros y otras personas ajenas, el psiquiatra enfoca el problema como resultado de una disfunción en el organismo del paciente. El psiquiatra es un médico que da más peso al aspecto orgánico que al psicológico y por ello, tras su diagnóstico, tiende a recetar un fármaco; por el contrario, el psicólogo (clínico) mostrará unas pautas al paciente para su aplicación cotidiana y así reorientar aspectos de su personalidad en los que exista cierto conflicto.

Ana Roa, pedagoga y psicopedagoga
www.roaeducacion.com
roaeducacion.wordpress.com 

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