Adaptación de los niños que son nuevos en clase

Facilitar la adaptación a los niños que cambian de colegio

A veces, por imperativos familiares, laborales o personales, no es posible que el niño continúe su escolarización en ese primer colegio que elegimos con tanto mimo.

Las razones que desembocan en un cambio de colegio suelen ser el cambio de domicilio que obliga a buscar la cercanía del centro escolar o la modificación de la estructura familiar (crece la familia o se separa), razones económicas o la propia estructura del colegio (transición de la escuela infantil al colegio y del colegio al instituto). También muchas familias están insatisfechas con el colegio y buscan mejores alternativas para sus hijos.

Sea como fuere, el niño ha de enfrentarse a un importante cambio: nuevos compañeros, nuevo profesor, nuevas instalaciones, etc. En estos momentos puede mostrarse ansioso e irritable, o puede mostrar miedo, vergüenza, inseguridad. Para ayudarles en este momento tan imporante, os mostramos unos consejos de adaptación para niños que son nuevos en clase.

Cómo lograr una buena adaptación del niño a un colegio nuevo

La adaptación al colegio de los niños nuevos

El cambio de colegio suele incidir sobre el rendimiento escolar del alumno. Generalmente, si el cambio es por razones educacionales (por ejemplo, para buscar una mayor calidad o un centro que se adecue más al estilo de aprendizaje del niño), el rendimiento suele mejorar.

Sin embargo, los cambios por razones no educacionales (por ejemplo, por divorcio o imperativos laborales) pueden tener un impacto negativo en los logros de aprendizaje, en la conducta del alumno o en sus relaciones sociales, sobre todo si el niño presenta una actitud de rechazo a dicho cambio o no está preparado para ello. Aunque si el cambio se prepara de forma adecuada y se eliminan sus temores, puede vivirse como una experiencia enriquecedora.

Elegir nuevo colegio para el niño

Enfrentados a la difícil tarea de volver a elegir colegio, hay que tener en cuenta que cada centro es un mundo distinto, por lo que hay que conocerlo a fondo para asegurarnos de que va a ser el adecuado para nuestro hijo.

A veces, por estar muy pendientes de la ubicación e instalaciones del colegio, se olvida evaluar el proyecto educativo del centro, que en muchos casos no es compatible con las capacidades y personalidad del niño, ni con la ideología, las costumbres, la religión y la cultura de la familia. Por lo tanto, al hacer la selección es clave conocer antes la filosofía del colegio, su metodología y estilo de enseñanza, así como los posibles equipos y programas de apoyo. También es de gran utilidad recorrer sus instalaciones durante el horario escolar.

Preparar al niño para ser el nuevo de la clase

Niños nuevos en clase

- Aunque la decisión a la hora de elegir o cambiar de colegio es responsabilidad de los padres, es conveniente contar también con el niño. Se le puede explicar las razones y ventajas de la decisión tomada, informarle de todos los detalles que conozcamos de su nuevo colegio para que se vaya familiarizando con él e incluso permitirle que pase algún día allí, antes de empezar oficialmente, para que pueda conocer al profesorado y empezar a hacer amigos. Pero aun así, es normal que se pueda sentir mal.

- No hay que ignorar sus temores, enfados o tristezas, porque, lógicamente, el cambio le afecta.

- Hay que hablar mucho con él, darle la oportunidad de expresar sus opiniones, ilusiones y temores, y acompañarlo y alentarlo en todo momento, transmitiéndole nuestra tranquilidad. De esta forma, una situación algo difícil puede llegar a convertirse en una experiencia constructiva.

- En los colegios debe haber programas especiales de transición para facilitar la adaptación y proporcionar cursos de nivelación a los nuevos alumnos, ya que esta movilidad es cada vez más frecuente. En cualquier caso, una de las principales labores de la familia y el colegio es conseguir una buena motivación en el niño.

- No se puede pretender que todos los alumnos tengan notas altas, ni que se adapten con la misma facilidad al método de aprendizaje. Se debe conocer al menor en profundidad y exigirle según sus posibilidades y, del mismo modo, recompensarlo de acuerdo con sus logros personales, ofreciéndole algo que él valore realmente en función de sus actitudes (felicitarle, dejarle que tenga más responsabilidades como, por ejemplo, decidir más libremente sobre el uso de su tiempo, publicarle un dibujo o un poema en el periódico escolar, etc.).

- Premiar su buen desenvolvimiento escolar, su esfuerzo, sus avances cotidianos y la superación de las dificultades es una manera de fomentar las conductas deseables y de ayudarle a confiar en sus capacidades, a sentirse seguro de sí mismo y a gusto con el entorno, lo cual redundará en un buen rendimiento escolar.

Ana Roa, pedagoga y  psicopedagoga
www.roaeducacion.com
https://roaeducacion.wordpress.com/

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