Cómo controlar los horarios del adolescente

Conseguir que los adolescentes respeten los horarios que imponen los padres

El adolescente reclama cada vez más libertad y negocia constantemente con los padres para llegar llegar tarde a casa y pasar tiempo fuera de casa. La cuestión para los padres es cómo dar autonomía en la adolescencia manteniendo los límites. Os ofrecemos algunos consejos que os permitirán ofrecer a vuestro hijo o a vuestra hija adolescente la independencia que reclama sin renunciar por ello a mantener ciertos principios educativos.

La autonomía en el adolescente

Los horarios del adolescente

Ya en Primaria, vuestro hijo fue adquiriendo autonomía. Iba solo al colegio, tenía su propia llave de la casa, empezaba a conocer bien el barrio, iba a comprar el pan o quedaba con un amigo en el parque… Es gratificante ver cómo se va haciendo más independiente. Y el proceso se amplía cuando entra en Secundaria. Pero ¿cómo debemos acompañar a nuestro hijo en este camino natural hacia la independencia sin precipitar las cosas? “Me paso la vida recordando a los padres que, hasta 2.º ó 3.º de la ESO, sus hijos son aún pequeños y que los necesitan, especialmente para hacer los deberes y estudiar la lección”, comenta Laurence, profesora de un instituto cerca de Nantes, en Francia.

Educar a un adolescente

Educar a un adolescente es dar con la dosis adecuada que mezcla un anclaje bien sólido a los principios educativos con una cierta flexibilidad. Es estar disponible cuando nos necesita, sabiendo que hay que dejarlo respirar en otros momentos. Es aceptar que es “aún pequeño”, sin dejar por ello de reconocer que ya despunta su personalidad de adulto. Al entrar en la adolescencia, el niño reclama cada vez más libertad y entabla una negociación casi permanente con nosotros (“Si estudio el martes por la tarde, ¿puedo salir el viernes a comer con mis amigos, al bar de enfrente del colegio?”, “Si adelanto los deberes de esta semana, ¿puedo ver mi serie favorita?”), o intenta culpabilizarnos (“Todos mis amigos del cole tienen móvil, ¿por qué yo no puedo?”). En esos momentos, tenemos que defender nuestros principios y nuestras normas de vida, sabiendo que no estamos solos ante la educación de nuestro hijo.

Laure Dumont. Periodista


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Comentarios (1)

16 oct 2014 15:12 Margarita

Hola, al leer esto mi hijo ya no se droga y ya lo mantengo siempre encerrado en su recamara :3 ♥