Fábulas de Esopo para niños: El león y el asno salvaje

Una advertencia sobre las alianzas desiguales y los abusos de poder


Publicado por Patricia Fernández, bloguera y periodista especializada en ocio y tiempo libre
Creado: 2 de agosto de 2025 12:35 | Modificado: 2 de agosto de 2025 13:02


En el mundo de las fábulas, las alianzas entre animales son una metáfora perfecta de las relaciones humanas. Esopo, con su sabiduría eterna, nos regaló historias donde la astucia, la fuerza y el engaño se enfrentan en relatos breves, pero contundentes. Una de sus fábulas menos conocidas, El león y el asno salvaje, ofrece una reflexión profunda sobre las asociaciones desiguales y el abuso de poder.

Esta historia muestra cómo, a pesar de haber trabajado juntos, uno de los personajes se apropia del mérito y de los beneficios, dejando al otro con las manos vacías y una advertencia nada amable. Una lección ideal para transmitir a los niños la importancia de la equidad, la honestidaden las colaboraciones y la necesidad de elegir bien con quién nos asociamos.

Te contamos la fábula, su moraleja y cómo puedes aprovecharla para fomentar el pensamiento crítico y los valores en la infancia.

Fábula El león y el asno salvaje

El león y el asno salvaje. Una fábula sobre poder y engaño

Una mañana soleada en la sabana, un león y un asno salvaje se encontraron junto a un arroyo.

PUBLICIDAD

-Hola, León -dijo el asno moviendo las orejas-. ¿Qué tal una cacería juntos? Con tu fuerza y mi rapidez, seguro que conseguimos mucha comida.

El león, que se acababa de despertar de una siesta, lo miró con curiosidad.

-¿Tú y yo, en equipo? -rugió con una sonrisa torcida-. Hmm... No suena tan mal. Tú corres y das coces, yo salto y muerdo. ¡Hecho!

Así que pasaron todo el día cazando por los campos. Entre emboscadas, carreras y alguna que otra patada certera del asno, lograron atrapar a varios animales. Cuando terminaron, hicieron un alto bajo la sombra de un gran árbol y colocaron toda la caza frente a ellos.

El león se adelantó con paso lento y solemne. Observó el montón de presas y comenzó a dividirlo en tres partes, cuidadosamente.

PUBLICIDAD

-Mira, compañero -dijo el león con tono serio-. Esta primera parte me la quedo porque, como bien sabes, soy el rey de todos los animales.

El asno levantó una ceja, pero no dijo nada.

-La segunda parte también es mía -continuó el león-, porque he sido tu socio en esta caza y he hecho el trabajo más duro.

El asno frunció el hocico y empezó a inquietarse.

-¿Y la tercera? -preguntó, intentando mantener la calma.

El león lo miró directamente a los ojos, con su melena sacudiéndose al viento.

PUBLICIDAD

-La tercera... -dijo lentamente- mejor que la olvides, amigo. Vete a dar un paseo si no quieres tener un problema. Ya sabes cómo me pongo cuando me contradicen.

El asno retrocedió un par de pasos, con las orejas gachas.

-Vaya... -susurró-. Yo creía que esto era trabajo en equipo.

-Claro que lo fue -rugió el león-. ¡Pero no dije nada de repartirlo de forma justa!

El asno, resignado, se alejó con la cola baja, comprendiendo que no siempre conviene juntarse con los más fuertes si no están dispuestos a ser justos.

Moraleja

Elige bien a tus compañeros. Si te juntas con los que solo piensan en sí mismos, acabarás perdiendo incluso lo que has ganado con tu esfuerzo.

Esta enseñanza tan simple y directa es más actual que nunca. La fábula no solo habla de desigualdad, sino también de abuso de poder, manipulación y falta de justicia. Aunque ambos animales trabajaron en equipo, el león, por su posición de poder, se adjudicó todo el mérito y los beneficios, sin dejar nada para su compañero.

Este relato ayuda a los niños a comprender que no siempre las personas con más fuerza, autoridad o influencia actúan de forma justa. Y que, cuando uno se asocia con alguien que no respeta la equidad, corre el riesgo de salir perjudicado.

Cómo usar esta fábula en la educación infantil

Las fábulas para enseñar valores a los niños son una herramienta pedagógica valiosa, no solo por sus moralejas claras, sino porque permiten reflexionar sobre situaciones reales de forma simbólica y lúdica.

¿Qué valores enseña esta fábula?

  • Justicia y reparto equitativo
  • Desconfianza ante los abusos de poder
  • Valor del trabajo conjunto
  • Cuidado al elegir compañeros o amigos

Actividades para trabajar con niños:

  1. Debate abierto: ¿Crees que el león actuó bien? ¿Qué debía haber hecho?
  2. Escritura creativa: Propón que los niños escriban un final alternativo donde el asno reacciona de otra forma.
  3. Dibujo simbólico: Que representen con dibujos cómo se sintió el asno al escuchar las palabras del león.
  4. Juego de roles: Dramatizar la fábula para comprender mejor los sentimientos de cada personaje.

Aplicación a la vida cotidiana:

  • Hablar sobre cómo compartir en el colegio.
  • Reflexionar sobre si alguna vez se han sentido excluidos de una recompensa merecida.
  • Identificar comportamientos injustos en grupos de amigos y cómo actuar frente a ellos.

Interpretación de la fábula desde una mirada actual

Aunque esta historia fue escrita hace más de dos mil años, su mensaje sigue siendo universal. En el mundo actual, donde las diferencias sociales, económicas o jerárquicas marcan muchas relaciones, la fábula nos invita a reflexionar sobre la necesidad de igualdad en las colaboraciones.

Tanto en el ámbito escolar como en el profesional o familiar, esta fábula puede abrir conversaciones sobre:

  • El abuso de poder
  • La falta de reconocimiento
  • Las relaciones tóxicas o desequilibradas

Incluso puede aplicarse a contextos como el trabajo en equipo, los juegos entre hermanos o amigos, y la gestión de premios o responsabilidades en grupo.

El león y el asno salvaje es una fábula sencilla, pero con una carga ética muy potente. Enseña que no todas las asociaciones son justas y que, si uno se une con quien no lo respeta, acabará perdiendo más de lo que gana. Es un relato ideal para que los niños comprendan la importancia de la equidad y aprendan a valorar su propio esfuerzo.

Utilizar este tipo de cuentos como punto de partida en casa o en el aula permite a los más pequeños desarrollar empatía, sentido de la justicia y pensamiento crítico. Y, al igual que en la fábula, les ayuda a estar atentos y no dejarse deslumbrar por quienes, bajo la máscara del poder, esconden la injusticia.

PUBLICIDAD

Artículos relacionados

Comentarios

¡Sé el primero en comentar!