Fábula de Samaniego para niños: El grajo vanidoso

Las fábulasson relatos breves que enseñan grandes verdades. A través de animales que actúan como humanos, los niños pueden aprender valores fundamentales como la honestidad, la humildad, el respetoy la autenticidad. Uno de los grandes fabulistas de la literatura en lengua española fue Félix María de Samaniego, un autor del siglo XVIII que adaptó con ingenio y crítica social las enseñanzas de Esopoy La Fontaine para su tiempo... y para el nuestro.

Una de sus fábulas más conocidas y con una moraleja que sigue tan vigente como el primer día es "El grajo vanidoso". En ella, Samaniego nos habla de las personas que intentan aparentar lo que no son. A través de la historia de un pájaro que quiere hacerse pasar por alguien más elegante y admirado, la fábula nos recuerda que la autenticidad vale más que cualquier disfraz.

La fábula para niños El grajo vanidoso

(Escena: Una mañana brillante en el campo. En una pradera se pasean altivos unos pavos reales, mostrando sus espléndidas colas irisadas. A lo lejos, un grajo los observa desde una rama, con algo más que curiosidad.)

Narrador: Había una vez un grajo, un ave negra, de plumaje modesto y sin grandes pretensiones, que pasaba sus días entre sus iguales. Sin embargo, no estaba satisfecho con su aspecto. Envidiaba profundamente a los pavos reales, con sus plumas de mil colores y su andar majestuoso.

Grajo (mirando a los pavos): ¡Qué elegantes son! ¡Cómo los admiran todos! Si tan solo pudiera parecerme un poco a ellos...

Narrador: Y como el destino a veces concede oportunidades extrañas, el grajo se encontró un día con varias plumas caídas de los pavos reales. Ni corto ni perezoso, se las colocó una a una entre su propio plumaje, intentando cubrir lo que era con lo que deseaba aparentar.

Grajo (orgulloso): ¡Ahora sí que soy digno de admiración! Voy a pasearme entre los pavos como si fuera uno de ellos.

Narrador: Con aire arrogante, entró en medio de la manada de pavos reales, caminando despacio, con la cabeza alta y el pecho hinchado. Pero los pavos no tardaron en darse cuenta del impostor.

Pavo 1 (sorprendido): ¿Quién se ha creído este para vestirse con nuestras plumas?

Pavo 2 (riendo): ¡Un grajo disfrazado! ¡Qué descaro!

Narrador: Uno a uno, los pavos comenzaron a picarlo y a burlarse de él. Le arrancaron las plumas prestadas y lo echaron sin miramientos.

Grajo (huyendo): ¡Ay, ay, basta! ¡Ya me voy, ya me voy!

Narrador: Malherido y humillado, el grajo intentó volver con los suyos, pero ni siquiera sus propios compañeros lo aceptaron. Lo habían visto tratando de ser algo que no era, despreciando su identidad y a los suyos.

Grajo 2 (con desdén): Si no te gustaba ser como nosotros, no esperes que ahora te recibamos de vuelta.

Narrador: Así, el grajo terminó solo, sin plumas ajenas... y sin amigos.

Moraleja: No intentes nunca aparentar lo que no eres

Explicación de la fábula de Samaniego

Esta fábula nos enseña que fingir ser algo que no somos puede alejarnos tanto de los que admiramos como de los que nos conocen de verdad. El grajo, al querer parecerse a los pavos reales, olvidó quién era y despreció su propia identidad. Pero la verdad, como el viento, siempre termina deshaciendo los disfraces.

Para los niños, esta historia es una excelente forma de aprender que lo más valioso que uno puede ser es uno mismo. No es necesario tener plumas brillantes ni destacar por apariencia si uno se comporta con honestidad, respeto yautenticidad. Tratar de copiar a otros solo lleva al rechazo y a la frustración, porque en el fondo, nadie puede fingir por mucho tiempo.

También se transmite un mensaje muy claro sobre el valor de lahumildad. El grajo no solo se disfrazó, sino que adoptó una actitud arrogante. En lugar de buscar aprender o mejorar con sinceridad, intentó engañar. Y en la vida, los engaños suelen tener consecuencias.

Preguntas de comprensión lectora

1. ¿Por qué el grajo quería parecerse a los pavos reales?
2. ¿Qué hizo para cambiar su aspecto?
3. ¿Cómo reaccionaron los pavos reales al verlo entre ellos?
4. ¿Qué pasó cuando el grajo intentó volver con los suyos?
5. ¿Qué enseñanza transmite esta fábula sobre la autenticidad?
6. ¿Conoces alguna situación en la que alguien haya intentado aparentar algo y le haya salido mal?

Sé tú mismo, con orgullo y respeto

La historia del grajo vanidoso de Samaniego es más que una simple anécdota con animales. Es una advertencia sobre uno de los errores más comunes que cometemos las personas: querer parecer en lugar de ser. Vivimos en un mundo que muchas veces premia la apariencia y no la autenticidad, donde el brillo externo puede llamar más la atención que el valor interior. Pero como enseña esta fábula, lo que no es verdadero no perdura.

Educar a los niños en la autoaceptación, en la idea de que cada uno tiene su propio valor, su forma de ser, su ritmo y sus talentos, es fundamental para que crezcan seguros de sí mismos. Es importante enseñarles que no necesitan disfrazarse de lo que no son para ser queridos o respetados. Al contrario: cuanto más auténticos sean, más firmes serán sus amistades y más sólido será su camino.

Al final, el grajo no solo perdió las plumas robadas, sino también la confianza de quienes lo rodeaban. A través de su caída, Samaniego nos recuerda que la verdadera belleza y la verdadera dignidad están en aceptarse y respetarse a uno mismo, tal como uno es. Porque no hay disfraz que supere el valor de la verdad.