Fábula de Hartzenbusch para niños: La luciérnaga y el sapo

 Las fábulasno solo enseñan, también invitan a reflexionar sobre los sentimientos humanos de una forma sencilla y accesible para todos. Con personajes animales y situaciones simbólicas, estas pequeñas historias transmiten grandes lecciones de vida. Aunque autores como Esopoo La Fontaine son mundialmente conocidos, también en la literatura española encontramos voces brillantes dentro del género, como Juan Eugenio Hartzenbusch, dramaturgo y fabulista del siglo XIX.

En su fábula "La luciérnaga y el sapo", Hartzenbusch aborda un tema tan común como incómodo: la envidia. A través de una escena breve pero cargada de emoción, el autor muestra cómo el simple hecho de brillar, ya sea literal o metafóricamente, puede despertar en los demás sentimientos negativos. Esta historia es especialmente valiosa para los niños, pues les enseña que ser diferente o destacar no siempre es bien recibido, y que deben aprender a protegerse sin dejar de ser ellos mismos.

Fábula para niños sobre la envidia: La luciérnaga y el sapo

(Escena: Una noche silenciosa en un jardín. Las hojas brillan por el rocío y el cielo está cubierto de estrellas. En medio del silencio, una pequeña luz parpadea entre los arbustos. Es una luciérnaga, que se mueve feliz de flor en flor.)

Narrador: En un rincón tranquilo del jardín, una pequeña luciérnaga volaba sin hacer daño a nadie. Con su luz suave y danzante, iluminaba el camino por el que pasaba, despertando la admiración de las flores que dormían y de las mariposas que aún no se iban.

Luciérnaga (contenta): ¡Qué noche tan bonita! Me encanta poder compartir mi luz. Volar así me hace sentir feliz.

Narrador: Pero no todos pensaban igual. Oculto entre las piedras húmedas, un sapo observaba a la luciérnaga con una expresión sombría. Mientras más brillaba ella, más oscuro se sentía él.

Sapo (murmurando): ¿Y esa qué se cree? ¿Por qué tiene que llamar tanto la atención? ¡Qué molesto es ver tanta luz cuando uno vive en la sombra!

Narrador: La luciérnaga, sin sospechar el peligro, pasó cerca del sapo. Y en un instante, él la atrapó con sus patas viscosas, sujetándola con fuerza. La luz comenzó a apagarse poco a poco.

Luciérnaga (con voz débil): ¿Por qué me haces esto? Yo no te he hecho ningún daño... ¿Por qué me atacas?

Sapo (con rabia): ¡Porque brillas! Eso es suficiente motivo. Tu luz es una ofensa para mí. ¿No ves que me recuerdas lo que yo nunca podré ser?

Narrador: Y así, el sapo dejó claro que no era el acto de la luciérnaga lo que le molestaba, sino su luz... su simple esencia.

Moraleja: Cuídate siempre de los envidiosos

Esta fábula nos ofrece una lección clara y profunda: a veces, lo que somos, lo que hacemos bien o lo que nos hace especiales, puede despertar en otros la envidia. Y no es necesario haber hecho nada malo. Basta con "brillar" para convertirse en objetivo de aquellos que no soportan la luz ajena.

Para los niños, esta historia tiene un valor educativo inmenso. La luciérnaga no presumía ni se burlaba de nadie. Simplemente, hacía lo que estaba en su naturaleza: iluminar. Pero el sapo, incapaz de brillar, se sintió atacado por esa diferencia. La envidia es una emoción destructiva que muchas veces actúa sin motivo, y es importante que los más pequeños aprendan a identificarla y protegerse sin dejar de ser quienes son.

Preguntas de comprensión lectora

1. ¿Qué hacía la luciérnaga cuando comenzó la historia?

2. ¿Cómo reaccionó el sapo al ver a la luciérnaga?

3. ¿Qué hizo el sapo cuando la tuvo cerca?

4. ¿Qué le respondió el sapo a la luciérnaga cuando ella le preguntó por qué la atacaba?

5. ¿Cuál es la moraleja de esta fábula y qué significa?

6. ¿Puedes pensar en una situación en la que alguien haya sido rechazado o criticado solo por destacar?

Brillar con valentía y sin miedo

"La luciérnaga y el sapo" es una fábula que va más allá del bien y el mal. Nos habla de algo profundamente humano: el rechazo hacia aquellos que, simplemente, destacan. Y también de algo aún más doloroso: el castigo que a veces reciben quienes son diferentes. Por eso, enseñar esta historia a los niños es enseñarles que brillar no es un error, pero sí puede incomodar a otros. Y que eso no debe ser razón para apagar su luz.

No se trata de tener miedo de los demás, sino de entender que la envidia existe, y que a veces aparece incluso cuando no la hemos provocado. Por eso, es importante que los niños desarrollen confianza en sí mismos, seguridad interior y una red de apoyo (familia, amigos, maestros) que les recuerde que está bien ser quienes son.

En definitiva, esta fábula les enseña a no renunciar a su luz. A que, si son generosos, talentosos, creativoso diferentes, eso es algo que deben cuidar y celebrar. Como la luciérnaga, deben volar con luz propia, aunque algún sapo envidioso intente atraparlos. Porque la verdadera valentía no está solo en brillar, sino en no dejar de hacerlo, aunque a otros les moleste.