¿Cómo educar para evitar la envidia?

Sigue estas pautas para evitar que los niños desarrollen comportamientos envidiosos.

La envidia es un sentimiento común entre los niños. Empieza a materializarse cuando son pequeños y se relacionan en la familia, primer núcleo de socialización. En la etapa de los berrinches y las rabietas, los pequeños están en pleno desarrollo emocional e intentan conseguir todo lo que no tienen.

Educar a los niños para que no sientan envidia

Educar a los niños para que no sientan envidia

La envidia está presente en todas las edades, en mayor o en menor medida, es un sentimiento de angustia o rabia por no tener algo que otros tienen, ya sean cualidades físicas, psíquicas o bienes materiales.

Para evitar que los niños desarrollen envidia es conveniente enseñarles a que aprendan a valorarse por lo que SON y no por lo que tienen

Podemos diferenciar dos tipos de envidia:

  • La envidia material o el deseo de los juegos, juguetes u objetos que poseen los otros niños.
  • La envidia social o el deseo de querer ser siempre el centro de atención privando de ese espacio a otros compañeros de clase o hermanos

¿Envidia y/o admiración?

A veces los niños tienen muchas veces dificultades para diferenciar la envidia y la admiración. Como padres tenemos la difícil tarea de enseñar a nuestros hijos qué significado tiene admirar a alguien y qué significado tiene envidiar a alguien," no es lo mismo tener envidia de una persona que admirar a una persona".

Es importante que tengamos cuidado porque los niños tienden a imitar la conducta de los mayores, por ello es muy importante evitar comentarios o comportamientos relacionados con la envidia para que no aprendan este tipo de conductas.

Por otro lado, en la etapa adolescente los chicos y las chicas encuentran cualidades en los demás que son fácilmente envidiables, se trata de cierto tipo de características que vemos en los demás y que, a veces, están lejos de las posibilidades de tenerlas. Como padres ayudaremos a que ellos mismos canalicen su ansiedad y comprenderemos que algunas situaciones pueden resultarles frustrantes.

¿Cómo actuar ante un niño envidioso?

Sí, es muy aconsejable porque puede aclarar muchas de sus interpretaciones. Hablar sobre la envidia no implica decir únicamente "que es mala y que las personas envidiosas no son felices y sufren mucho". Es importante que conozcan las emociones y sentimientos generados por la envidia, desde el enfado hasta el rechazo, pasando por la tristeza y la angustia. Se trata de animar a los niños a identificar sus emociones y a canalizarlas hacia otras más saludables y optimistas.

Desde el Observatorio Faros nos hablan sobre la importancia de aprender a detectar los sentimientos y conductas que pueden generar envidia. En general, la envidia afecta al niño en su bienestar emocional y en sus relaciones interpersonales. Los padres que se encuentran ante este sentimiento albergado en sus hijos pueden ayudar ofreciéndoles muestras extras de cariño, mucho amor y paciencia; necesitan que se les ayude a entender sus sentimientos, para que aprendan a diferenciarlos, para que aprendan de sus errores y sus defectos y, sobre todo, hacer hincapié en lo que hacen bien y en sus cualidades. De esa manera les ayudamos a enfrentarse a situaciones y a controlarse, sobre todo en esos momentos de rabietas y pataletas que son tan difíciles de controlar, tanto por parte de los padres como, por supuesto, de ellos mismos.

Pasados unos meses, si la envidia no disminuye en intensidad podemos plantearnos la posibilidad de pedir ayuda a un especialista.

¿Cómo educar para evitar la envidia?

  1. Detectar los sentimientos y conductas que pueden generar envidia en nuestros hijos.
  2. Ofrecer muestras de cariño y mucha paciencia.
  3. Entender sus sentimientos y hacer hincapié en sus mejores cualidades.
  4. Evitar las comparaciones entre hermanos, amigos...
  5. Potenciar sus aspectos positivos y cuidar su autoestima.
  6. Educar en la empatía y la valoración de los demás.
  7. Educar para valorar tanto los éxitos como los fracasos.
  8. Enfocar los fracasos como oportunidades de aprendizaje.

Si nuestro hijo está involucrado en algún conflicto, tiene problemas con sus amigos o ha discutido con sus hermanos, es necesario que perciba cómo sus padres no toman partido ni por un bando ni por otro, así no tendrá motivos para empezar a desarrollar la envidia. Ante los conflictos ayudaremos a los niños a llegar a acuerdos juntos, de esta manera sentirán que se los valora.

Ana Roa, pedagoga y psicopedagoga


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