Enuresis: la enuresis diurna

La enuresis también puede darse durante el día, con la consiguiente inseguridad que eso genera en el niño. Entender cómo funciona este trastorno es clave para poder ayudar a nuestro hijo a superarlo.

¿Qué es?

Es la persistencia o aparición de micciones incontroladas más allá de la edad en que se calcula que los niños alcanzan el control vesical, que son los 4 o 5 años como máximo.

¿Por qué ocurre?

Suele estar provocada por la falta de madurez del organismo del niño: la vejiga no ha aprendido a acumular toda la orina que el niño genera, sus paredes notan enseguida que se está llenando y por un mecanismo automático, libera su contenido de forma espontánea. Aunque también puede darse por trastornos de tipo afectivo.

¿Qué hacer?

No tratar de forzar su ritmo de aprendizaje El niño tarda un tiempo en aprender a controlar su esfínter y pueden darse incluso periodos de retroceso, justo cuando ya parecía que empezaba a “hacerse con ello”. Es importante respetar este periodo y no presionarle, pues sería contraproducente. Así, están de más los castigos, las reprimendas o las actitudes que ridiculicen al niño cuando esto suceda. Al contrario, deberemos hablar con él abiertamente del tema y tratar de averiguar si hay algo que le preocupe en exceso, pues ésta puede ser la causa de la enuresis.
Realizar ejercicios para que aprenda a controlar su vejiga como que practique retener el pipí, una vez esté sentado en el urinario, antes durante la micción, en un par de ocasiones al día. Visitar a un especialista Y si la enuresis de tu hijo te resulta “sospechosa” por cualquier motivo, como que se alargue mucho o que el propio niño dé otra explicación, visita a un especialista para que descartar que ésta se produzca por algún tipo de trastorno fisiológico.

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