Tratamiento del niño con autismo

El autismo es una posibilidad dentro del abanico de los trastornos del espectro autista, o conjunto de dificultades y alteraciones que afectan al desarrollo infantil.

Se ha demostrado que, en los casos de autismo, existe un problema de estructura, función, tamaño y forma en algunas partes del cerebro; también que hay un componente genético que podría ser determinante en su desarrollo. Sin embargo, no se puede detectar la alteración desde el nacimiento: mayoritariamente, el comportamiento característico del autismo se identifica antes de los dos años de vida y no desaparece a lo largo de la misma, pero puede mejorar.

Qué es el autismo infantil

El autismo es tres veces más frecuente en niños que en niñas, y uno de cada cuatro niños autistas tiene inteligencia normal. Uno de cada diez muestra habilidades extraordinarias como el cálculo aritmético o la memoria, que se manifiestan muy pronto y ayudan a la detección precoz.

El niño autista presenta un desarrollo normal durante el primer año y medio de vida. Hacia los 18 meses, los padres describen como una especie de parón las primeras manifestaciones de alteración del desarrollo: el niño pierde el lenguaje, parece sordo cuando le llaman o le dan órdenes y, sin embargo, reacciona a otros estímulos sonoros

Deja de interesarle la relación con otros niños; es difícil establecer contacto ocular con él; la actividad funcional con los objetos es rutinaria y repetitiva; muestra oposición a cambios en el entorno y se irrita ante un cambio mínimo.

El autismo es una alteración que afecta al desarrollo del niño en la comunicación, el lenguaje, las relaciones sociales, el juego y la capacidad para enfrentarse a situaciones nuevas.

El autismo en la comunicación y el lenguaje

Hay un retraso o ausencia en el lenguaje oral. A veces, cuando hay habla adecuada, existe un trastorno importante en la capacidad para iniciar o mantener conversaciones.

También se puede observar un empleo estereotipado o repetitivo del lenguaje, el niño puede repetir fragmentos enteros que ha oído, pero es incapaz de utilizar el lenguaje para comunicar algo más que sus necesidades inmediatas. El juego espontáneo presenta alteraciones y, en algunos niños, también el de imitación.

Las relaciones sociales del niño autista

Se observa un trastorno importante en muchas conductas de relación no verbal como mirar a los ojos, la expresión facial, las posturas corporales y los gestos, que son limitados.

Tiene pocas habilidades sociales: le cuesta iniciar juegos o compartir intereses con otros niños; hay una ausencia de conductas de señalar o mostrar objetos de interés; el tipo de juego que prefiere es peculiar y suele aislarse, muestra pocas habilidades para participar en juegos de grupo...

Se observan movimientos repetitivos de las manos o del cuerpo; se puede observar un contraste entre la buena manipulación de objetos y el uso que el niño hace de ellos, así como un interés marcado por partes aisladas de los objetos. También son frecuentes rutinas poco flexibles u obsesiones, los gustos alimenticios peculiares, la insistencia sobre una misma actividad y la reacción adversa a los cambios.

Tratamiento del autismo

Los niños y niñas con trastornos de espectro autista necesitan tratamiento con personal especializado. En cuanto a la escolarización, hay que tener presente que precisan apoyos adicionales y que algunos profesionales no cuentan con recursos suficientes.

Es frecuente que el niño autista pase la etapa infantil en un colegio ordinario y, luego, los equipos de orientación educativa evalúen la competencia curricular y las necesidades del niño y determinen los apoyos que necesita para la siguiente etapa y la modalidad educativa. Lo cierto es que no es realista pensar que, por ir a un colegio ordinario, podrá evolucionar e integrarse adecuadamente.

María del Mar García Orgaz. Psicóloga infantil