La lectura descubrimiento en los bebés

Déjale tocar, ¡está «LEYENDO»!

«Pero ¿a qué sabrá este "Popi"?» Podrías llegar a hacerte esta pregunta al ver a tu hijo triturar su revista y llevársela a la boca mientras la leéis juntos. Marie-Jo Rancon, foniatra y asesora de la redacción, nos explica que leer "Popi" significa para él descubrir con el cuerpo lo que aún no es capaz de comprender con palabras.

Antes de hablar sobre el mundo, el bebé toca el mundo.

En brazos de papá o de mamá, recibiendo caricias y besos, paladeando los alimentos... un bebé experimenta sus primeras sensaciones y hace sus primeros descubrimientos sobre el mundo a través de su cuerpo, de todo su cuerpo. Éste constituye la primera fuente de información y, en consecuencia, la vía por la que adquiere conocimientos.

Tocar es su forma de acercarse al exterior, pero también de interiorizar el mundo exterior. El niño «se come» ese objeto aún desconocido que es la revista, la mordisquea, la chupa... Entra en contacto con las cosas y va acumulando información sensorial de caricias, de experiencias táctiles: su cuerpo es un auténtico almacén.

Y así, tocando el mundo, «comiéndoselo», toma conciencia de que él no es el mundo, sino un ser del mismo. Hay un exterior y un interior; al diferenciarse a sí mismo del objeto que está descubriendo, el niño define los límites de su propio cuerpo.

Poco a poco, a medida que va independizándose de su madre, el niño empieza a buscar una nueva forma de comunicación y de contacto.

El bebé «despega»: pasa de tocar con la boca a tocar con las manos, a mayor distancia. Con las manitas palpa, acaricia, pellizca, agarra, intenta pasar las páginas, hace pinza con los dedos... Estos movimientos aún no son lo suficientemente finos, pero se irán perfeccionando.

¡Y, un día, señala con el dedo!

Puede señalar al gato que ve, porque de verdad pasa cerca o porque está representado en una página de la revista. Y, al señalar, individualiza un elemento exterior, lo cual va a permitirle actuar en el futuro. Señalar es uno de los primeros signos que anuncian el lenguaje, y tiene repercusiones importantes: el niño abandona el mundo inmediato para emprender el camino hacia la representación mental de los objetos. Al señalar, los identifica y, poco a poco, va siendo capaz de nombrarlos: ¡el universo del vocabulario le abre sus puertas!

Cuando señala, el niño experimenta una situación imprescindible en su desarrollo: ser «un niño con un adulto, mirando lo mismo, al mismo tiempo». Compartir el interés, el entusiasmo, es la base de la auténtica comunicación.

Por fin, el sentido del tacto se pone a disposición del lenguaje.

Ahora, el niño coge la revista al derecho y no al revés, empieza a pasar las páginas en el sentido de la narración, controla mejor sus movimientos y selecciona con el dedo el objeto del que quiere hablar. Sin embargo, la necesidad de tocar continuará viva mucho después: cuando un niño escucha un cuento, a menudo se chupa el pulgar. Puede ser por cansancio acumulado pero, en ocasiones, responde a la necesidad de sentir el tacto a través de su boca. Por otra parte, todos (niños y adultos) necesitamos mantener habitualmente el contacto con la piel.

Por eso es útil que la revista "Popi"proponga interactividad a sus lectores cada mes: levantar solapas, acariciar o pasear a un personaje por diferentes escenarios, pasándolo de una página a otra. De este modo, el lector puede desarrollar su necesidad de tocar. Así que déjale tocar, ¡está «leyendo»!

Entrevista realizada por Isabelle Gravillon para la revista Popi

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Comentarios (1)

01 abr 2017 18:54 Pablo Lomsacov

El exito y la felicidad de un pais o una sociedad depende sobre todo del nivel intelectual y cult ral de sus ciudadanos en conjunto