Cómo enseñar hábitos de autonomía a los niños en verano

Qué podemos hacer para enseñar a los niños a ser más autónomos

El aprendizaje de los hábitos de autonomía en la infancia, tales como lavarse los dientes, utilizar los cubiertos o atarse los zapatos, requiere de tiempo y cariño. Es por ello que, las vacaciones estivales suponen una oportunidad única para ayudar a nuestros hijos a ser más autónomos. Y es que, se trata de una época distendida en la que disponemos de más tiempo y paciencia de los habituales. ¿Quieres saber cómo aprovechar el verano para enseñar hábitos de autonomía a los niños?

Para que los niños sean más autónomos... ¡debemos dejarles ser autónomos!

Autonomía de los niños en verano

Debemos tener en mente esta idea: Ellos son capaces. Muchos padres se anticipan a las acciones del niño y no le dejan hacer cosas que podría hacer él solo. A veces por prisa -hacerlo nosotros tiene resultados más rápidos-, en otras ocasiones porque consideran que no tiene capacidad suficiente y alguna vez por evitar que se haga daño, el caso es que en vez de tomarse el tiempo necesario para enseñar al niño las habilidades de autonomía necesarias, no le dejan aprender. Hacer las cosas por sí mismo es muy importante para el desarrollo del niño, porque no sólo le permitirá disfrutar de independencia con respecto a los demás, sino que incrementará la seguridad y confianza en sí mismo.

Este espacio para dejarles intentarlo es perfecto en las vacaciones de verano, ya que no tenemos que salir corriendo al colegio, a extraescolares, al dentista... Ese tiempo extra es perfecto para que se prueben a sí mismos y para que practiquen habilidades como: atarse los zapatos, vestirse solos, lavarse los dientes sin ayuda, peinarse, ducharse...

Asearse, comer, vestirse, recoger los juguetes, poner la mesa, ir a comprar el pan, cocinar son un ejemplo de las habilidades y hábitos de autonomía que el niño ha de adquirir para ser independiente. Los niños desean crecer y necesitan demostrar en todo momento que son mayores. Cuando diga yo sólo, respetemos su decisión.

Debemos respetar la progresión de cada niño en sus hábitos de autonomía

Antes de comenzar algún aprendizaje determinado con el niño, es importante conocer si está preparado para realizarlo. ¿Podemos pedir a nuestro hijo que se ate los cordones de los zapatos si todavía no tiene una buena coordinación motriz?

Conforme crece, va desarrollando más habilidades, pero naturalmente hay una progresión evolutiva. Lo primero es asegurarnos que entiende y atiende a nuestras instrucciones, después que posee la coordinación motriz suficiente. Por ejemplo, antes de andar, se sentará; o le será más fácil pinchar con el tenedor cosas sólidas que comerse una sopa con cuchara. Conseguirá cuidarse de sí mismo en la medida que se lo permitan sus propias posibilidades y nosotros le demos el tiempo necesario. Y si la tarea es muy difícil, conviene descomponerla en pasos más pequeños.

El niño no puede ser autónomo si no le enseñamos a hacerlo

Aprovecha el verano para enseñar a tus hijos con más calma cómo deben hacer determinadas tareas o cómo realizar hábitos de autonomía acordes a su edad. No esperes que lo hagan sin más si no has tomado el tiempo de guiarles. Es más, es posible que tengas que recordar en varias ocasiones, cómo se cogen bien los cubiertos, dónde va cada juguete o qué proceso pueden seguir a la hora de ducharse. 

Recompensa al esfuerzo cuando el niño sea autónomo

Para enseñar hábitos de autonomía a los niños en verano, debemos ser conscientes de que, antes de conseguirlo, tendrá experiencias de fracaso, pero nuestro apoyo y paciencia en forma de escucha, sonrisa, abrazo o elogio, harán que lo intenten una y otra vez hasta conseguirlo. Finalmente, el éxito será su mayor recompensa. La propia satisfacción del niño será suficiente para querer superarse.

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