Controlar el peso de los niños

Buena alimentación y ejercicio regular son el combinado infalible para que los niños se mantengan dentro de su peso

Cada vez se nos alerta más sobre los peligros de la obesidad infantil y la comunidad médica se muestra más activa frente a esta enfermedad, que ya es una de las más extendidas en la población infantil mundial. Ante ésta los médicos se muestran unánimes: alimentación equilibrada, ejercicio regular y educación.

1º: Saber si tiene sobrepeso
Lo primero es conocer en qué rango de peso debe estar nuestro hijo de acuerdo con su edad y altura: a través del percentil infantil al que corresponda podremos averiguar si está en su peso, le sobra o, por el contrario –también podría darse el caso- le falta. Una vez lo sepamos podremos actuar sobre su alimentación y estilo de vida en consecuencia.

2º: Alimentación equilibrada
Es el primer pilar para mantener un peso adecuado. Para ello nuestra mejor guía será la pirámide alimentaria; no se trata de poner al niño a dieta, hacerle comidas exentas de grasa o prohibirle las golosinas, sino de buscar un equilibrio. La comida, en primer lugar debe ser sabrosa, y vetar las golosinas probablemente sólo le provocará más ganas de tomarlas. Respecto a esto, lo mejor es reducir el consumo de golosinas y convertirlo realmente en algo ocasional (fines de semana, celebraciones, premios de refuerzo...) y fritos y aumentar el de verduras, pero siempre tratando de apoyarnos en sus gustos para no provocar un rechazo total hacia éstas.

3º: Ejercicio regular
Parece cosa fácil imaginar a un niño haciendo deporte, pero la realidad es que las nuevas formas de ocio hacen que ésta sea una opción cada vez menos común. Si al niño no le gusta hacer deporte, no pasa nada, sólo hay que buscar alternativas e implicarnos en ellas; no a todos los niños les apetece estar jugando a la pelota o saltando a la comba toda la tarde. Tal vez logremos que le nazca el interés por los deportes si le animamos a que se apunte a algún equipo, o sencillamente prefiera salir a dar un paseo con la bici o los patines. Y si todo lo demás falla, siempre podremos organizar actividades que impliquen cierta actividad física los fines de semana para asegurarnos de que no caigan en una vida totalmente sedentaria.

4º: Educación
La educación nutricional, al igual que la educación en tanto que consumidores de ocio audiovisual, cada vez están más presentes en los planes de estudio escolares. Pero con esto no basta: desde casa, cada día, y contribuyendo con el ejemplo, debemos enseñar a nuestro hijo a comer, y no sólo proporcionarle lo que deba comer en cada momento. Así no sólo estaremos mirando por su salud durante la infancia, sino que estaremos inculcándoles hábitos que en un futuro se convertirán en calidad de vida para ellos.


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