¿El “carteo” puede ayudarle a mejorar en inglés?

Parece que a vuestro hijo o vuestra hija no le motiva demasiado el inglés... Independientemente de su nivel o del interés que tenga por la asignatura, un intercambio de cartas o de correos electrónicos con otro adolescente puede completar y hacer más atractivo lo que estudia en clase. Lemisse Al Hafidh, de la revista I Love English, nos ofrece explicaciones y consejos.

¿Qué interés puede tener un niño en el intercambio epistolar? Para un niño al que no le gusta nada el inglés del colegio, tener un “amigo por carta” estimula su interés por la lengua. Le transmite ganas de comunicarse con alguien de su edad, hablar de sus gustos, de sus aficiones... Para un niño al que ya le gusta la lengua, escribir a su “amigo por carta” le anima a practicar. Luego, si la relación cuaja y se organiza un viaje, el adolescente descubrirá un país con alguien de su edad. Es una buena alternativa a las estancias lingüísticas, porque da más seguridad a los padres, que pueden comunicarse con la familia del amigo para organizar la estancia.

¿Esos intercambios complementan el inglés estudiado en clase? Con su “amigo por carta”, el niño aprende los aspectos culturales de la lengua: el modo de hablar y las expresiones idiomáticas, que son muy importantes, especialmente en Gran Bretaña. Por ejemplo, en el colegio se aprende que, para preguntar a alguien cómo está, hay que decir: “How are you?”, cuando, en realidad, los británicos suelen decir: “How are you doing?” o “How is it going?”. Los acentos también varían mucho según el país, las regiones y hasta las clases sociales.

¿A partir de qué edad conviene iniciarse? En cuanto el niño sepa formular frases en el idioma. Suele ser en 6.º de Primaria, hacia los 11 ó 12 años.

¿Cómo acertar en la elección del “amigo por carta”? Para un adolescente, lo importante es encontrar a alguien de su edad. No tienen por qué compartir exactamente los mismos gustos. Puede que a los dos les guste la música, pero no la misma, el deporte, pero no el mismo... Lo importante es que los dos muestren interés por el otro, para que les apetezca comunicarse y, más tarde, verse en carne y hueso y pasar unas vacaciones juntos. Pero, evidentemente, es algo que no siempre funciona. Si vuestro hijo ve que el otro no está muy por la labor, que no escribe mucho, es mejor que busque otro “amigo por carta”.

Cómo conseguir un buen “amigo por carta”

Independientemente del interés que tenga vuestro hijo o vuestra hija por el inglés, un intercambio de cartas o de correos electrónicos con otro adolescente de su edad puede motivarlo/a a progresar en ese idioma. Lemisse Al Hafidh, redactora jefa adjunta de la revista I Love English, nos ofrece algunas explicaciones y nos da consejos.

¿Cómo pueden los padres encontrar un “amigo por carta” para su hijo? Yo les aconsejaría que acudieran al colegio y, si no existe un sistema ya en marcha, pediría a los profesores que establecieran acuerdos con otros colegios extranjeros. También se puede recurrir a internet pero, en la red, es más difícil comprobar con quién van a tratar realmente. En ese caso, los padres tienen que estar muy atentos y llevar a cabo la búsqueda ellos mismos, hasta que estén seguros de la idoneidad del niño con el que su hijo va a intercambiar correos.


¿Tiene que tener el inglés como lengua materna? A partir del momento en que la lengua de intercambio no es la lengua materna de ninguno de los dos, ese idioma se convierte en una herramienta de comunicación. Sin duda se pueden hacer progresos, porque lo importante es hacerse entender por el otro. Pero no hay que esperar que se adquiera un nivel de inglés impecable, incluso teniendo en cuenta que, por ejemplo, los adolescentes japoneses o noruegos suelen expresarse muy bien en inglés.

¿Hay que escribir o recibir las cartas en inglés? Lo ideal es que se den ambas circunstancias. Pero si el otro adolescente quiere practicar su español, lo mejor es que cada cual escriba en el idioma del otro. Escribir es poner en práctica todo lo que se ha aprendido en clase y todo lo que se ha podido leer. Y, además, si el adolescente quiere hablar sobre un tema determinado, necesitará un vocabulario específico que no tiene por qué conocer. Entonces tendrá que echar mano de herramientas como el diccionario.

¿Qué opina del uso del chat? ¿Y del correo electrónico? El uso de la mensajería instantánea, como el MSN, puede ser estresante. A menos que se sea bilingüe, es difícil formular una frase escrita rápidamente. El mail tiene la ventaja de ser más rápido que el correo postal y, a mi entender, es menos intimidante, porque se puede responder de inmediato o al cabo de unos días. Y para los adolescentes que se sienten más cómodos hablando que escribiendo, ¿por qué no utilizar sistemas de videoconferencia, tipo Skype? Oanna Favennec.

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