Fábulas de Hartzenbusch para niños. El renacuajo y la rana
Una lección sobre el respeto y la aceptación de las etapas de la vida
Publicado por Patricia Fernández, bloguera y periodista especializada en ocio y tiempo libre
Creado: 2 de agosto de 2025 13:18 | Modificado: 2 de agosto de 2025 13:24
En el mundo de las fábulas para niños, algunas historias pequeñas en extensión son grandes en sabiduría. Una de ellas es El renacuajo y la rana, del escritor español Juan Eugenio Hartzenbusch. Esta fábula, sencilla en su argumento y poderosa en su moraleja, trata sobre la impaciencia de los jóvenes, los juicios apresurados y el desconocimiento de las etapas del crecimiento.
A través del diálogo entre una rana adulta y un renacuajo, el autor plantea con humor y sensibilidad una reflexión profunda: cada edad tiene su belleza, sus características y su sentido. No se trata de comparar ni criticar, sino de comprender y acompañar el proceso natural de cambio.
A continuación, te ofrecemos esta maravillosa fábula con su explicación, su aplicación educativa y una serie de propuestas para que padres y educadores puedan trabajarla con los niños. Porque crecer no es solo una cuestión de tiempo, también es un aprendizaje emocional.
Índice
1. Fábula de Hartzenbusch: El renacuajo y la rana2. Significado y reflexión de la fábula de Hartzenbusch
3. ¿Por qué esta fábula es ideal para niños?
4. Actividades para trabajar la fábula
5. Interpretación en clave emocional
Fábula de Hartzenbusch: El renacuajo y la rana
En un tranquilo estanque, entre juncos y reflejos verdes, nadaba feliz un pequeño renacuajo. Daba vueltas en el agua, movía su larga cola con gracia y jugaba a esquivar las hojas que caían desde los nenúfares.
Una rana vieja y seria, que descansaba sobre una piedra, lo observaba con una mezcla de fastidio y superioridad. Al cabo de un rato, no pudo contenerse y le gritó desde su roca:
-¡Oye, tú! ¡Sí, tú, el de la cola tan fea!
El renacuajo se giró sorprendido y la miró con sus ojitos redondos.
-¿A mí me habla, señora rana?
-¡Claro que a ti! -bufó ella con desdén-. ¡Qué aspecto más ridículo tienes! Esa cola... ¡horrenda! Y esos movimientos torpes... Cuando yo era renacuajo, era mucho más bonita y elegante. No andaba por ahí dando tumbos como tú.
El renacuajo, que hasta ese momento estaba contento y sin preocupaciones, parpadeó y se acercó un poco.
-¿Usted fue renacuajo alguna vez?
La rana se irguió, infló el pecho y respondió con voz altiva:
-¡Por supuesto! ¡Pero era mucho mejor que tú! No tenía esa cola tan espantosa, ni ese cuerpo tan desproporcionado. Yo era casi como ahora: ágil, bonita y sin tantas... partes raras.
El renacuajo sonrió, no con burla, sino con serenidad.
-Perdón que le diga esto, señora rana -contestó-, pero creo que se equivoca. Usted no puede haber sido renacuajo. No habla como alguien que recuerde lo que era. Más bien parece que nunca fue como yo... o que lo ha olvidado por completo.
La rana se quedó callada. Por un momento pareció confundida. Luego bufó y volvió a mirar hacia el agua, fingiendo que no había escuchado nada más.
El renacuajo, tranquilo, dio una vuelta más sobre sí mismo y, antes de sumergirse de nuevo, murmuró:
-Supongo que cuando sea rana, tampoco me gustarán los renacuajos... a menos que no olvide que también fui uno.
Moraleja: Cada edad tiene sus propias características. Y también su belleza. Recordar lo que fuimos nos ayuda a respetar lo que otros son.
Significado y reflexión de la fábula de Hartzenbusch
Esta pequeña historia encierra una enseñanza muy poderosa y útil para todas las edades: no debemos avergonzarnos de lo que somos ni menospreciar a quienes están en otra etapa de su vida.
El mensaje principal es claro: cada edad tiene su valor, y es injusto juzgar o burlarsede alguien por estar en un proceso de transformación, aprendizaje o crecimiento. Todos, incluso quienes ahora se creen "superiores" o "acabados", han pasado por las mismas fases que hoy critican.
El renacuajo representa la infancia, la ternura de los comienzos, la forma en la que los más jóvenes suelen ser criticados sin razón. Y la rana encarna la soberbia del adulto que olvida su pasado y pretende enseñar desde el juicio, no desde la comprensión.
¿Por qué esta fábula es ideal para niños?
- Habla sobre el crecimiento:
Los niños están en constante cambio físico y emocional. Esta fábula los ayuda a comprender que crecer lleva tiempo, y que no deben compararse ni sentirse menos por estar en proceso. - Fomenta la pacienciay el respeto:
Enseña a valorar cada etapa, tanto en ellos mismos como en sus compañeros. Ayuda a prevenir burlas o juicios hacia los que "aún no han llegado". - Refuerza la autoestima:
Al presentar al renacuajo como un personaje tranquilo, seguro y sabio, los niños pueden identificarse con él y comprender que no hay prisa por cambiar, que todo llega en su momento. - Promueve el diálogo intergeneracional:
También puede interpretarse como un diálogo entre generaciones: abuelos, padres e hijos. Invita a hablar sobre cómo eran los adultos cuando eran niños y qué han aprendido desde entonces.
Actividades para trabajar la fábula
1. Reescribir la fábula desde el punto de vista del renacuajo:
¿Cómo se siente? ¿Está triste por lo que le dice la rana? ¿Le gustaría contarle algo más?
2. Dibujar la transformación de un renacuajo a rana:
Acompañar el cuento con una actividad científica o artística que explique el ciclo de vida de los anfibios. Es ideal para conectar literatura y ciencias naturales.
3. Juego de roles:
Representar la escena con dramatización en clase o en casa. Luego comentar cómo se sintieron en el papel de la rana y en el del renacuajo.
4. Crear un "diálogo generacional":
Invitar a un abuelo, abuela, madre o padre a contar qué les criticaban cuando eran pequeños. ¿Han hecho lo mismo alguna vez con los más jóvenes?
Interpretación en clave emocional
Más allá de la crítica a la soberbia del adulto, esta fábula también nos recuerda algo fundamental: el respeto por los procesos ajenos.
Muchas veces, en la vida diaria, tendemos a dar consejos o a corregir a otros desde una posición de autoridad o experiencia, olvidando que también fuimos novatos alguna vez. Esta historia es una llamada de atención para acompañar con empatía, sin imponer, sin burlarse y sin olvidar el propio pasado.
También puede aplicarse a situaciones cotidianas como:
- Un niño que aún no sabe leer y es criticado por otro que ya ha aprendido.
- Un adolescente que se burla de un hermano pequeño.
- Adultos que minimizan los sentimientos de los niños con frases como "eso no es importante".
En todos estos casos, esta fábula es útil para hablar sobre cómo cada uno está viviendo su propio momento, y que el respeto y la paciencia deben estar siempre presentes.
El renacuajo y la rana es una fábula sencilla, breve y de gran profundidad, que invita a niños y adultos a mirar con más cariño y menos juicio los procesos de los demás. Crecer, cambiar y transformarse es un viaje único para cada persona, y merece ser vivido con respeto, sin comparaciones ni críticas.
Esta historia de Hartzenbusch es perfecta para trabajar en el aula, en casa o en espacios de acompañamiento emocional. Y lo mejor: es una oportunidad para mirar atrás, recordar nuestras propias "colas de renacuajo" y entender que, aunque ahora seamos ranas, también fuimos pequeños, sensibles y en proceso.
Porque cada edad tiene su belleza. Y toda transformación merece ser celebrada, no ridiculizada.
¿Te ha gustado esta fábula? Entonces no te pierdas otras joyas de Hartzenbusch como La luciérnaga y el sapo o El águila y el caracol, donde el mensaje es tan claro como inspirador.

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