Cuento infantil para enseñar el valor de la generosidad a los niños

La generosidad, uno de los valores en la infancia más importantes


Publicado por Patricia Fernández, bloguera y periodista especializada en ocio y tiempo libre
Creado: 13 de noviembre de 2025 13:22 | Modificado: 13 de noviembre de 2025 13:38


Enseñar el valor de la generosidad a los niños no es solo una cuestión de buenos modales, sino de construir una sociedad más empática y solidaria. A través de historias y cuentos, los pequeños pueden comprender cómo compartir, ayudar a los demás y actuar con bondad puede tener efectos maravillosos, tanto para quien da, como para quien recibe. Ser generoso no significa dar todo lo que uno tiene, sino hacerlo con el corazón, sin esperar nada a cambio.

Los cuentos son una excelente forma de mostrar cómo, a través de pequeños gestos, los personajes pueden cambiar su entorno, mejorar relaciones o incluso salvar situaciones complicadas. Te presentamos una historia sencilla y emotiva, ideal para que los niños reflexionen sobre la importancia de pensar en los demás, de prestar atención a las necesidades ajenas y de aprender que la felicidad compartida, se multiplica.

Cuento infantil sobre la generosidad

Cuento infantil sobre la generosidad. "El árbol que compartía sonrisas"

Había una vez un pequeño pueblo rodeado de colinas, en el que todos conocían a un árbol muy especial. Nadie sabía exactamente desde cuándo estaba allí, pero todos lo llamaban "el árbol de las sonrisas".

Cada otoño, en lugar de soltar hojas secas como los demás árboles, este árbol dejaba caer pequeñas bolsitas de tela con mensajes y dibujos. Dentro había dulces, galletas, canicas o cuentos enrollados. Nadie sabía quién las ponía ahí, pero todos esperaban con ilusión el mes de octubre.

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Un día, Leo, un niño curioso y algo egoísta, decidió quedarse junto al árbol toda la noche para descubrir el secreto. Se escondió entre los arbustos y esperó. A la medianoche, escuchó unos pasitos suaves y risitas contenidas. Eran Emma, una niña de su escuela, y su abuelo.

-Abuelo, ¿crees que alguien descubrirá que somos nosotros? -susurró ella mientras colgaban una bolsita de colores entre las ramas.

-Tal vez -respondió el abuelo-. Pero no importa. Lo bonito es ver cómo sonríen los demás.

Leo se quedó boquiabierto. ¿Emma? ¿Esa niña callada de clase?

A la mañana siguiente, todos los niños del pueblo corrían a ver qué había dejado el árbol. Leo también fue, pero algo había cambiado en su corazón. En lugar de abrir su bolsita, la guardó en el bolsillo.

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Por la tarde, fue a casa de su vecina, una anciana que siempre le daba caramelos cuando pasaba por su jardín.

-Hola, señora Antonia -dijo tímidamente-. Esto es para usted. Lo dejó el árbol de las sonrisas, pero pensé que a usted le haría más ilusión que a mí.

La señora Antonia se emocionó tanto que le dio un abrazo largo y cálido.

Desde aquel día, Leo empezó a preparar sus propias bolsitas con dibujos, chistes, y pequeños regalitos. Por primera vez, sintió que dar era incluso mejor que recibir. Y aunque nunca se lo dijo a Emma, cada vez que la veía sonreír en clase, le devolvía la sonrisa.

Moraleja


La generosidad no siempre se trata de dar cosas materiales. A veces, un dibujo, una sonrisa o un gesto amable pueden ser el mejor regalo. Cuando damos sin esperar nada a cambio, no solo hacemos feliz a alguien más: también nos sentimos más felices nosotros mismos.

Actividades de comprensión lectora

1. Preguntas sobre el cuento

  • ¿Cómo se llamaba el árbol del pueblo?
  • ¿Qué dejaba caer el árbol en otoño?
  • ¿Quiénes eran los responsables de dejar los regalos?
  • ¿Qué hizo Leo cuando descubrió el secreto?
  • ¿Cómo cambió su actitud después?
  • ¿A quién decidió regalarle su bolsita y por qué?

2. Actividad creativa

Invita a los niños a crear su propia "bolsita de sonrisas": pueden incluir un dibujo, una nota bonita, una piedra decorada o una pulsera hecha a mano. Después, pueden regalársela a alguien del aula o de su familia, ¡sin decir quién fue!

3. Debate en clase o en casa

  • ¿Alguna vez has compartido algo que te gustaba mucho? ¿Cómo te sentiste?
  • ¿Qué cosas podemos compartir con los demás que no cuestan dinero?
  • ¿Por qué a veces es difícil ser generoso? ¿Qué podemos hacer para mejorar?

Si te ha gustado esta historia, te invitamos a descubrir más cuentos para trabajar valores como la amistad, el respeto, la paciencia o el coraje. Son ideales para leer en familia, en el aula o antes de dormir, y siempre traen consigo una gran enseñanza.

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