A mi hijo le han mordido o es él el que muerde, ¿cómo hay que reaccionar?

A vuestro hijo le ha mordido otro niño en el colegio… ¿o tal vez ha sido él quien ha dejado la marca de sus dientes en uno de sus compañeros? ¿Qué significan esos mordiscos? ¿Hay que preocuparse? ¿Cómo hay que reaccionar? Marie Léonard-Mallaval, psicóloga clínica, nos da algunos consejos.

¿Cuándo hay que preocuparse por este tema?

Si el niño muerde de forma reiterada más allá de los 3 años y parece ser su único modo de llamar la atención, hay que preguntarse qué está pasando. Porque el hecho de morder hace que los adultos reaccionen, tanto los padres como los auxiliares de puericultura, y el pequeño lo sabe. Aunque lo riñan, al menos se interesan por él.

¿Cómo hay que reaccionar?

Hay que ayudarlo a salir de ese círculo vicioso y favorecer otros modos de relación. Si observamos atentamente al niño, podremos identificar los juegos que le gustan y que le dan una imagen positiva de sí mismo y del otro. En casi todos los casos, el lenguaje es de gran ayuda, especialmente a través del contacto con los libros y los cuentos. Y es que los libros y los cuentos le permiten jugar con las palabras y las ideas, tomar distancia, empezar a comprender lo que es el humor y a distinguir lo real de lo imaginario (jugar “en broma” o “en serio”). Eso también permite trabajar las emociones negativas: es en cierto modo como trabajar la masa de pan. Los más pequeños aprenden entonces a tener paciencia y se acostumbran a soportar la frustración, una de las cosas que más les cuesta dominar a los bebés.

Entrevista de Delphine Soury a Marie Léonard-Mallaval


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