Cómo es un recién nacido

Saber cuál es el aspecto normal de un recién nacido te ayuda a aclarar dudas

Te has pasado todo el embarazo preguntándote qué aspecto tendría tu bebé, y la espera ha llegado a su fin. Miras su carita arrugada, acaricias sus manitas y sus pies diminutos... y te haces mil preguntas, entre ellas cuánto tiempo tendrás que esperar hasta que se parezca a esos bebés sonrosados, despiertos y sonrientes que se ven en las revistas. No te agobies: todo llegará. Muchos padres, sobre todo los primerizos, se sienten sorprendidos y preocupados por características y rasgos totalmente normales en un recién nacido. Te explicamos cómo es un recién nacido para ayudarte a aclarar dudas y prevenir ansiedades.

Así es un bebé recién nacido

Cómo es un recién nacido

La cabeza del recién nacido: no te extrañes si tiene forma cónica, es consecuencia de lo que se conoce como moldeamiento y obedece a la presión ejercida por el estrecho canal de parto. Más probable si se han utilizado fórceps o ventosas durante el nacimiento, la forma cónica va desapareciendo en días sucesivos y se va haciendo más redondeada.

Los ojos del bebé: la presión ejercida en la cara del bebé durante el parto puede producirle hinchazón en los párpados. También, la ruptura de algunos capilares de los ojos puede generar manchas rojas en el blanco (esclera) de los mismos. No te fijes demasiado en el color de sus ojos: hasta los seis meses no habrán adquirido su color definitivo.

Nariz y orejas del bebé: la apretada vida en el estrecho espacio del útero puede explicar una nariz achatada o ladeada y unas orejas dobladas. No te preocupes: son características que duran pocos días.

El cordón umbilical: a medida que se seca, el muñón del cordón umbilical va adquiriendo un color más negruzco hasta que finalmente cae, generalmente en las dos primeras semanas. Es importante mantener el muñón del cordón limpio (no hay necesidad de limpiarlo con alcohol) y exponerlo al aire para que se seque. Hasta que caiga, debes lavar al bebé sólo con esponja húmeda, sin sumergirlo en agua.

La piel del recién nacido: puedes notar unos puntos o ampollitas blancuzcas en la cara de tu bebé (mejillas, nariz, frente, barbilla...). Es lo que se conoce como milium, y suele desaparecer al cabo de pocas semanas, sin necesidad de tratamiento. En el segundo o tercer día de vida, quizá notes también lo que se conoce como eritema tóxico: pápulas rojas con un puntito central que parecen picaduras de insecto y pueden estar diseminadas por todo el cuerpo. No te angusties: no revisten peligro y suelen remitir a las 2-4 semanas de vida.

•También, en la semana 3ª ó 4ª, el bebé puede desarrollar una especie de acné: suele durar varios meses, es consecuencia de la transferencia de hormonas maternas y tampoco requiere tratamiento. Muchos recién nacidos vienen también al mundo con manchas de nacimiento (hemangiomas capilares) a menudo situadas en la nuca (sobre la línea de nacimiento del pelo), en los párpados o entre los ojos. Las manchas de los ojos suelen desaparecer. Las de la nuca tienden a permanecer, aunque se hacen menos perceptibles con el tiempo.

•A su vez, los bebés de origen africano, asiático y latinoamericano nacen a menudo con lo que se conoce como mancha mongólica. Aparece en la espalda o la región glútea y varía en tamaño y forma. Generalmente desaparece en los primeros dos años de vida, aunque puede permanecer indefinidamente.

Piernas y pies del bebé: a menudo, los pies y piernas del recién nacido están arqueados o curvados, como consecuencia de la postura en el útero. Mientras piernas y pies sean flexibles y puedan colocarse fácilmente en una posición normal, no hay por qué preocuparse. Piernas y pies suelen enderezarse cuando el niño empieza a caminar.

Vello (lanugo) del recién nacido: algunos recién nacidos aparecen cubiertos de un vello muy fino en el momento del nacimiento, especialmente en la espalda, los hombros, la frente, las sienes e incluso las orejas. Es lo que se conoce como lanugo. Más común en bebés prematuros, desaparece en las primeras semanas de vida.

Genitales y mamas del bebé: antes del nacimiento, pasan hormonas de la madre al organismo del bebé a través de la placenta. Esas hormonas pueden provocar un aumento de tamaño de las mamas en el recién nacido (tanto niños como niñas) e incluso estimular la producción de un poco de leche. Por ese mismo efecto hormonal, la vulva de las niñas puede estar algo aumentada de volumen y dar lugar a una secreción vaginal blanquecina. La secreción dura pocos días. El aumento de tamaño de los genitales desaparece en dos o tres semanas.

•En algunos recién nacidos varones, el escroto puede estar lleno de un líquido claro, producto del proceso del parto. Es lo que se conoce como hidrocele, y suele desaparecer en un plazo de tres a seis meses. También son normales las erecciones frecuentes, sobre todo cuando el bebé tiene la vejiga llena.

Fontanelas en los bebés: son cada uno de los espacios membranosos y blandos que se advierten en el cráneo del recién nacido y que indican que los huesos del cráneo no están totalmente unidos. Las fontanelas no sólo permiten que la cabeza relativamente grande del bebé se abra paso a lo largo del canal del parto: también dejan espacio suficiente para el cerebro en rápido crecimiento del bebé. Si bien las fontanelas pulsan con cada latido del bebé, no es peligroso tocarlas ( sí presionarlas). Por lo general, los huesos del cráneo cierran a los 12-18 meses de vida del bebé.

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Comentarios (1)

04 jun 2013 00:43 Maria del Carmen Miranda

muy interesante su boletin