Cómo aprender a estudiar en la infancia

Técnicas y estrategias de estudio para niños

Durante las etapas de Primaria y Secundaria, los escolares deben poner las bases para ir construyendo el aprendizaje de los contenidos del currículo. Profesores y padres deben asegurarse de que esos cimientos queden bien asentados para que ese aprendizaje sea significativo, reflexivo, crítico y sin problemas.

El papel que jugamos los padres en la enseñanza de nuestros hijos es esencial. En las primeras etapas educativas, el objetivo fundamental de los padres debe ser detectar, prevenir y corregir cualquier dificultad que se pueda presentar en la adquisición de los aprendizajes básicos y afrontarla con la mayor rapidez y eficacia para que no interfiera, o lo haga en el menor grado posible, en el rendimiento académico.

Estrategias para aprender a estudiar en el colegio

Cómo crear el hábito de estudio en los niños

Los padres tienen mucho que hacer en el estudio de sus hijos: controlar el tiempo dedicado al mismo en el inicio en la escuela, hasta que se cree el hábito y sean autónomos en el aprendizaje y aplicar medidas dirigidas más al esfuerzo que realizan sus hijos que al rendimiento en sí.

Además, hemos de ser conscientes de que la orientación para su vida profesional debe empezar tempranamente, no con una finalidad concreta por tal carrera o profesión, sino dirigirla a sus ámbitos de interés, para aumentar la motivación y trazar unos objetivos generales, unas metas, y así dotar de sentido al hecho de estudiar y aprender.

Los padres debemos ser conscientes de que, aunque las maneras de aprender de los niños van evolucionando a medida que su desarrollo avanza, los buenos hábitos se adquieren desde el inicio de la escolaridad.

Uno de los errores más extendidos es dejar para cuando sean mayores el que dediquen cada día un tiempo al estudio o a los deberes, porque la creación de hábitos, igual que las prácticas de higiene, comer y dormir, deben ser instauradas lo más temprano posible. Resulta muy difícil esperar hasta el segundo ciclo de Primaria para ponerse a hacer tareas y deberes escolares cuando el hábito es estar toda la tarde viendo televisión o jugando a la videoconsola. Por eso, desde pequeños tienen que reservar un espacio a su “trabajo”. Al principio pueden dedicarlo a dibujar, recortar, modelar, ver un cuento... Lo importante es que ese tiempo esté organizado y tenga una duración determinada: primero será corto e irá aumentando con la edad.

Estrategias de aprendizaje en la infancia

Por un lado, hay que dotar y entrenar a nuestros estudiantes en estrategias de aprendizaje adecuadas que incorporen la planificación del tiempo de su vida escolar, familiar y social.

1. Organizarse. Conviene acostumbrar a los niños desde muy pequeños en el uso de las agendas, a la planificación del tiempo y a saber que de las 24 horas del día, descontando el tiempo dedicado a necesidades básicas, como dormir, comer, estancia en el centro escolar y trayectos, les van a quedar muy pocas horas para poder dedicarlas a las tareas escolares. Lo primero que debemos hacer es, por tanto, ayudar a nuestros hijos a llevar un registro y análisis de sus actividades diarias, siguiendo estas pautas:

- Programar las actividades, tanto las diarias como las semanales.
- Dividir claramente el estudio de la diversión.
- Aprovechar los ratos libres.
- Elegir bien las actividades extraescolares y sus horarios. No utilizarlas como premio y castigo de las notas.
- No dejar para más adelante el comienzo del estudio.
- No olvidar la fecha límite para estudiar.
- Perdonarse los incumplimientos de horarios de estudio, pero incorporarlos y ajustar de nuevo la planificación.

El lugar de estudio debe ser un lugar para trabajar. En la actualidad, los niños disfrutan de auténticos “apartamentos” dotados de toda clase de comodidades en sus habitaciones: TV, videoconsola, cadena musical, ordenador, mesas y sillas ergonómicas..., pero son tantas las distracciones, que lo último que apetece es coger el libro de estudio y abrirlo. Por ello, es preciso delimitar un espacio, libre de distracciones, para el trabajo y dejar hasta la Secundaria el estudio fuera de casa, en bibliotecas o en casas de amigos, ya que estas prácticas exigen mayor responsabilidad del alumno.

Memorizar ¿Hay que estudiar repitiendo y repitiendo lo leído? Obviamente, no. Hay que hacer uso de las técnicas de subrayado, realización de esquemas y mapas conceptuales para elaborar y codificar de la mejor manera posible la información extraída. Si los alumnos no practican estas estrategias de codificación de la información de manera correcta, tendrán dificultades para su utilización en etapas superiores. Además, enseñar técnicas de memoria, reglas mnemotécnicas, puede resultar muy útil para los alumnos.

La repetición, las imágenes mentales, las palabras-gancho, los listados, acrósticos y demás, han gozado de gran predicamento en tiempos cercanos. Hoy en día las estrategias se inclinan más por la comprensión y la elaboración del material a retener, aunque sin duda las reglas y los trucos de “siempre” son muy eficaces a la hora de retener datos, listas y demás bases de contenido para el estudio.

Repasar y revistar es fundamental. La falta de tiempo, dejar el estudio para el último día, el pensar que ya ha hecho su lectura, el esquema, etc., conduce a que el día del examen el alumno se quede con la mente en blanco: el tema, el dato, le resuena en la memoria pero no acaba de evocarlo y mucho menos de expresar satisfactoriamente su contenido. La revisión tiene como objetivo la elaboración de materiales que faciliten en lo posible el proceso de memorización y recuerdo: fichas de síntesis, tablas terminológicas, fichas de preguntas/problemas, etc.

Falta de concentración y distracciones. A veces el problema no es el lugar de estudio apropiado, ni el horario, ni las técnicas instrumentales, sino algo tan frecuente como son las distracciones. “Leo y no me entero, tardo en ponerme a estudiar y cuando me pongo, me levanto con cualquier pretexto, me distrae el vuelo de una mosca...”: son los comentarios más frecuentes que hacen los alumnos ante la pregunta de cómo estudian y si les cunde. La falta de concentración es constante. Es necesario conocer el temperamento de nuestro hijo para poder modificar estas dificultades atencionales.

6· Interés y motivación. Los cambios hormonales, la presión del grupo (no está de moda estudiar mucho, ser un empollón) y la exigencia creciente del medio familiar y escolar ante su fututo profesional hacen que para algunos chavales estudiar resulte muy difícil o casi imposible. En muchas ocasiones, existe una completa falta de motivación para todo aquello que tenga algo que ver con lo escolar, una situación que es objeto de ansiedad constante para muchos padres y profesores.

El fenómeno es cada vez más frecuente y más intenso. En situaciones así, conviene dejarles muy claro que se estudia para uno mismo y que es un derecho de todo ciudadano pero también un deber para con la sociedad. Pero además, padres y profesores deben buscar la forma de motivarlos, recurriendo a lo que les gusta o emociona, por ejemplo, sus aficiones, e introduciendo el deseo de saber y aprender más.

También, y de manera clara y explícita, el adolescente debe encontrar consecuencias inmediatas a su falta de responsabilidad. No se puede suspender y pretender ir a esquiar en la Semana Blanca, salir todos los fines de semana o comprarse todos los caprichos, o dejar de estudiar y quedarse en casa sin hacer nada.

María Peñafiel. Psicóloga

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Comentarios (3)

22 may 2016 06:14 judith

verónica a mi también me pasa lo mismo, se distrae de nada, hasta lo que hablan en otro sitio le llama la atención y también se levanta con cualquier pretexto, que debo hacer al respecto?

08 feb 2013 15:44 Verónica Barcenilla

Mi hijo es el que se distrae solo, hasta sí pasa un mosca o levantarse por cualquier escusa. Que puedo hacer para ayudarlo y aprenda a centrarse en los deberes??

08 feb 2013 14:56 julia garcia

BUENOS DIAS LES DOY LAS GRCIAS PORQUE NOS EDUCAN CON SUS PAGINAS MUY MUY INTERESANTES.